Apologia De Socrates

Apología de Sócrates

Obra escrita por Platón en la que da su versión del discurso de defensa de su maestro ante los tribunales atenienses, donde se le acusaba de corromper a la juventud y ateísmo. La acusación es presentada por Meletos en representación de los poetas, Anitos en defensa de artesanos y políticos y Licón en pro de los oradores.

La obra inicia con el discurso de apertura de Sócrates, diciendo que no sabe la impresión que tiene el jurado de él dado todo lo que sus acusadores dicen y se propone demostrar y rebatir la falsedad de las acusaciones presentadas. Jura por Zeus limitarse en el uso de la oratoria y valerse sólo de un lenguaje improvisado que baste para decir lo justo en su defensa, porque también se le acusaba de debilitar los argumentos de los demás con su retórica; pide que no importe tanto su manera de hablar, si no más bien la justicia de lo que dice.

Comienza su defensa por los cargos más antiguos y pasa a los más recientes, intentando hacer ver el origen de las acusaciones; reta a los atenienses a recordar si se le ha oído hablar o discutir de lo que se le acusa. Se defiende de la acusación de Sofista diciendo que es pobre, mientras que los sofistas eran bien pagados, y que no se considera sabio. A continuación hace referencia a la visita de su amigo Querefonte al oráculo de Delfos donde éste preguntó al Dios si había en el mundo alguien más sabio que Sócrates y éste contesto que no; lo que le llevó a acosar a políticos, poetas y artesanos que decían ser sabios, se dio cuenta que de todos ellos él era el único que reconocía su ignorancia. “Sólo sé que no sé nada”.

Procede a defenderse de corromper a los jóvenes, diciendo que éstos le siguen espontáneamente, disfrutando del espectáculo de sus interrogatorios a sus interlocutores y que muchos de ellos le imitan. En su acusación de ateo tiende una trampa a Meleto (el único de los 3 acusadores en hablar durante el juicio),lo que le permite defenderse y rebatir la acusación, al final lo ridiculiza cuando éste termina por contradecirse en lo acusado.

Después de su defensa el jurado lo encuentra culpable y no se sorprende ante ello. Propone un castigo alternativo donde afirma que merece ser mantenido en el Pritaneo por ser benefactor de Atenas; se le sugiere el exilio y la cárcel, a lo que él contra-sugiere una multa que el jurado acaba considerando pequeña en comparación con la muerte. Es condenado a morir bebiendo cicuta.

Sócrates consideró entonces la muerte como una bendición y un viaje a donde poder compartir con otras ya antes condenadas almas famosas como Homero y Museo. Concluye diciendo que no guardará rencor alguno a los que lo han acusado y condenado, pide que cuiden de sus hijos y que si en algún momento éstos descuidan su virtud sean castigados como él.

Su última frase fue:

“Es hora de irse, yo para morir y vosotros a vivir. Quién

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