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Apologia De Socrates


Enviado por   •  2 de Octubre de 2012  •  1.477 Palabras (6 Páginas)  •  390 Visitas

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1. ¿Cuál es el argumento de la apología?

A sus setenta años de edad, Sócrates, inundado en la pobreza, por vez primera, llega a tribunales para ser condenado por una serie de acusaciones.

Fue él mismo su propio defensor, y comenzó su defensa exponiendo la indignación que sentía ante las grandes mentiras que habían dicho sobre él. Especialmente de aquella que decía que por su “facilidad para hablar” de un modo elocuente podría engañar incluso a los jueces. Argumenta luego, que se limitará a decir la verdad aunque no fuere “con palabras adornadas, sino así como vienen...” pero que es el contenido de su discurso lo que deben juzgar.

Divide a sus acusadores en dos grupos, y es de los “primeros” -los más viejos y según él considera los más temibles- de quienes se defiende en primer lugar.

Los acusadores recientes, son aquellos que fueron persuadidos por los antiguos y ahora quieren convencer a los otros. Fueron estos últimos quienes lo llevaron ante tribunales.

Sócrates se defendió tenazmente a cada una de estas acusaciones con los argumentos más sinceros y lógicos posible; y explicó que se había ganado la enemistad de los acusadores gracias a su sabiduría, que de hecho, para él, no tenía nada de sobrehumana y si alguien dijera que su saber era impropio de los hombres sería sólo con la intención de calumniarlo.

Con el propósito de sustentar sus palabras, y dar cuenta desde qué momento se había originado la calumnia, comenta una vivencia particular que le había ocurrido a Querofontes, un amigo suyo. Sócrates, comenta que Querofontes visitó el oráculo, una especie de santuario en el que una pobre mujer, probablemente histérica, entraba en trance y pronunciaba palabras sin sentido que los sacerdotes de la época interpretaban como mensajes del dios Apolo. Esta mujer dijo que no había hombre más sabio que Sócrates.

Fue entonces, cuando Sócrates decidió investigar a los hombres que decían saber; y verificar, de este modo, la veracidad de las palabras del oráculo, o tratar de refutarlas.

Se dirigió primero a un político quien se creía y a quien, incluso los demás, lo consideraban sabio; y se dio cuenta de que en realidad no lo era, ya que pensaba que, el sólo hecho de creer saber lo que no sabía, lo hacía menos sabio. Se enemistó con él por tratar de demostrarle que en realidad no sabía lo que creía saber. Y se consideró más sabio que él porque por lo menos el era consciente de su saber limitado. Ocurrió lo mismo con muchos otros hombres de estado, de los cuales también ganó su odio.

Fue luego con los poetas, respecto los cuales Sócrates, inicialmente, se creía en inferioridad de conocimiento. Terminó por concluir en que en realidad no eran sabios, sino que tenían cierta habilidad, un don natural, para decir cosas admirables y por ello se consideraban más sabios que las demás personas. Por este mismo motivo, entendió que, al igual que los políticos, no eran más sabios que él.

Por último, fue con los artesanos. Estos sabían cosas de las que el filósofo se encontraba exento de saber. Por lo cual, en estas cuestiones, ellos eran más sabios que él. Pero también ellos creían saberlo todo, por el sólo hecho de practicar su oficio a la perfección. Fue esto lo que llevó a Sócrates a pensar, que eran iguales a los poetas y políticos, y por ello menos sabios que él.

Tras todas estas investigaciones y cuestionamientos, entendió, al fin, que los dioses tenían razón, ya que todas las demás personas creían saber algo que en realidad no sabían y él, en cambio, era consciente de que no lo sabía todo. Por consiguiente los dioses creían que él era el más sabio por saber que nadie es sabio en comparación con ellos: “...sólo el dios es verosímilmente sabio (...) Aquel que como Sócrates se ha dado cuenta de que en verdad no vale nada frente a la verdad, ese es el más sabio”.

Después de haberse defendido de sus acusadores primeros, llama a Melito para tratar de demostrar que en realidad es él el verdadero culpable de la situación de Sócrates y no él mismo. Comienza interrogándolo sobre la acusación hecha a cerca de la corrupción a los jóvenes utilizando su tan famoso método: la MAYÉUTICA. Con este método logra hacer que Melito se contradiga en sus acusaciones, logrando refutar esta primera diciendo que este hombre nunca se había preocupado en realidad

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