Apología De Socrates
Enviado por happybudha • 15 de Septiembre de 2013 • 1.169 Palabras (5 Páginas) • 346 Visitas
La primera parte del la Apología de socrates se concentra en la defensa de Socrates.
Primero hace distinción entre dos tipos de acusadores unos antiguos, de los cuales solo menciona a Aristófanes y otros más recientes: Anito, Melito y Licon. Primero responde a los primeros por ser los más antiguos y considerar que las acusaciones que estos han hecho contra él serán más difíciles de desmentir. La primera acusación:
“Socrates es culpable de tratar de penetrar con curiosidad impia, los secretos de la tierra y del cielo, de hacer de una mala una buena causa y de enseñar a otros cosas semejantes”
Esta acusación se presenta en la comedia de Aristófanes, “las nubes”.
También desmiente que sea un sofista e incluso hace una crítica indirecta hacia ellos.
Luego procede a explicar porque es que le dicen sabio y porque surgieron todas las calumnias en su contra, Sócrates cuenta que fue el oráculo de Delfos el que le atribuye su sabiduría:
“… Creo que habréis conocido a Cheferón: era mi amigo de infancia y amigo de la mayoría de vosotros; bien sabéis qué clase de hombre era y cuánto era su ardor en todo lo que emprendía. Pues bien, un día que fue a Delfos, se atrevió a preguntar al oráculo- y os pido una vez más, atenienses, que no prorrumpáis en murmullos-; le preguntó si había en el mundo algún hombre más sabio que yo. La Pitia respondió que ninguno.
Otras versiones de la repuesta de la Pitia:
Según Aristofanes: “Sófocles es sabio, Eurípides aun más sabio que Sófocles, pero Sócrates es el más sabio de todos los hombres”.
Según Jenofonte, Apolo respondió: “Que no había ningún hombre más libre, más justo, más cuerdo.”
Sócrates declaró que se quedó perplejo ante esta situación y para comprobar cuál era la intención del Dios al decir cosa semejante, fue donde una persona que pasaba por sabio para así convencer de falsedad al oráculo. Diciéndole:
“Tú has declarado que soy el más sabio de los hombre, sin embargo, este lo es más que yo”
Pero luego de la entrevista con este “sabio”, llegó a la conclusión de que este personaje a pesar de ser considerado sabio a los ojos de los demás y sobre todo a los de él mismo, no lo era. Sócrates describe que luego de tratar de convencer a dicho de que realmente no era tan sabio como creía y de ganarse su rencor debido a lo primero, reflexionó para sí:
“Yo soy más sabio que este hombre. Puede que ninguno de los dos sepa nada de bello ni de bueno, pero él cree que sabe algo. Paréceme, pues, que soy algo más sabio, cuando menos en que yo no creo saber lo que no sé”
Sócrates continúo buscando a un hombre más sabio que el, cuestionando tanto a políticos, como a poetas y artífices que jactaban se de ser sabios. Mas siempre llegó a la misma conclusión. Finaliza su defensa sobre la primera acusación en su contra diciendo que esta surge de las enemistades y rencores que provocaron sus pesquisas y admitiendo que es consciente que su forma directa de decir las cosas sin ocultarlas ni disimularlas, es lo que lo vuelve odioso a los ojos de los demás.
La segunda parte de su defensa se centra en la acusación hecha por Melito:
“Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer a los dioses del Estado y de introducir nuevas divinidades”.
Sócrates
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