Apuntes apreciación estética
Enviado por Ara Ara • 2 de Junio de 2021 • Apuntes • 2.767 Palabras (12 Páginas) • 119 Visitas
Apreciación estética De acuerdo con Sánchez Vázquez, el hombre se puede acercar a la realidad de diferentes maneras:
Relación teórico-cognitiva: Comprender y explicar la realidad.
Relación práctico-productiva: Transforma la realidad para satisfacer necesidades básicas.
Relación mítico-religiosa: Trascender la realidad a partir del establecimiento de una relación con seres sobrenaturales.
Relación estética: Contemplar la realidad con asombro y gusto, generando juicios estéticos sobre ella.
Por lo tanto, las fases de la experiencia estética son:
Noción del bien y su relación con la belleza:
Sócrates: Sócrates da a la vinculación bello-bueno un sentido ético espiritual que expresaba un ideal de vida. El hombre bello y bueno es piadoso, sabio, noble y justo, virtuoso en sus acciones; el orden preside su vida, y la integridad, su conducta (ésta es la llamada kalokagathia o “camino a la belleza”).
Platón: Para Platón la noción del bien se encontraba, de manera indisoluble, ligada con la de belleza. Esta última es una idea que existe independientemente de las cosas bellas, pero éstas sólo pueden llamarse así en cuanto participan de tal idea. En la hermosura de las cosas terrenas se encuentran vestigios de la perfección soberana y, ascendiendo en esta belleza revelada, podemos llegar a la belleza en sí, la cual pertenece al nivel de la divinidad.
Aristóteles: Posteriormente Aristóteles, quien es el filósofo del sentido común (no se interesa por la belleza en sí, abstracta, de Platón), explica la belleza con sencillas proporciones de índole matemática. El resultado de la simetría es el orden basado en la proporción. Por bien pintada que esté una mano, si no está proporcionada, es fea.
Hebreos y griegos
Por otro lado, si pensamos –por ejemplo– en los hebreos, nos daremos cuenta de que para ellos, la belleza se captaba simbólicamente, esto es, de manera indirecta. Para los griegos, sin embargo, la belleza era aprehensible por los sentidos o, como en Platón, por una intuición intelectual. Según los griegos, la belleza afectaba la vista; para los hebreos, afectaba todos los sentidos, pues depende de lo simple: luz del sol, el oro. Para el griego, la belleza era estática; para el hebreo, dinámica, como la vida, la fuerza, la energía, etcétera, y por eso no era representable, pues es lumínica: se siente, pero no se visualiza.
Visión cristiano-medieval: En la visión cristiano-medieval, la belleza (por ejemplo, para San Agustín) es armonía. Es la relación apropiada y proporcionada de las partes de un todo, o unidad en la variedad. La belleza del todo es resultado de la relación armónica entre las partes constitutivas, ya sean líneas, colores o sonidos. La belleza es una totalidad unificada. Posteriormente, Santo Tomás define la belleza de dos maneras: “Se llama bello aquello cuya vista agrada” y “se llama bello aquello cuya aprehensión nos complace”, lo que supone un conocimiento sensible e intelectual a la vez. El placer que proporciona lo bello es inmediato. Lo bello tiene un aspecto sensible y otro espiritual. Agrada a la intuición sensible y también a la intelectual. En pocas palabras, la estética medieval sigue con la tendencia del pensamiento griego y romano.
Renacimiento: En el Renacimiento, a pesar de que uno de sus principios era seguir los lineamientos de la cultura clásica, se afirma entre otras cosas que el arte imita a la naturaleza, pero a partir de la iniciativa del propio artista, que lo bello depende de la forma y que la inspiración y creatividad son necesarias para la producción artística. Sin embargo, persiste la idea de que la belleza es armonía de proporciones, y la mayoría de sus representantes tratan de lograr estos cánones de belleza. En el Renacimiento, sólo hubo una voz discordante: Giordano Bruno, quien afirmaba que la belleza es un concepto múltiple, indefinido y relativo.
Categorías estéticas:
Lo sublime: Tiene lugar cuando lo representado sugiere lo infinito, con sus efectos de pequeñez, debilidad o desamparo ante potencias sobrehumanas. El ser humano se siente sobrecogido o amenazado frente a una indómita fuerza superior. En lo sublime, se admira un poder que pone al descubierto la precariedad y limitación humanas. En lo sublime, hay que vencer un conflicto o enigma; por eso, se reconocen superables o salvables todas las limitaciones por virtud de la propia constitución humana como una potencia que puede llegar a sobreponerse a tal poder de la naturaleza, ya sea por la fuerza física o de la razón, inteligencia o voluntad.
Lo trágico: ¿Qué puede decirse con respecto a lo trágico? Es la lucha contra la fatalidad, el combate de un ser libre contra una necesidad exterior, ineludible. Según Adolfo Sánchez Vázquez, surge cuando se cae en la cuenta de que, en determinadas condiciones, la existencia humana está destinada al fracaso, la derrota o la muerte, aun cuando el ser humano despliegue activamente su voluntad y trate de imponerla a la realidad que le es adversa.
Lo cómico y lo humorístico: Estas categorías se dan en obras cuya unidad parece romperse. Al crearse la imagen, se introducen elementos que dan el efecto de algo imprevisto o inusitado. Por su
parte, lo cómico mueve a la risa. Pero ¿qué la causa? La risa para
compensar lo inusitado, pues la expectativa de algo grandilocuente,
fabuloso y extraordinario se ve resuelta en algo escueto, sobrio y
sencillo. Por ello, la risa es causada por la brusca irrupción de lo
inesperado. La causa de la comicidad está en el incumplimiento de las
expectativas, o mejor dicho, en la contradicción que existe entre lo
esperado y el resultado.
Lo grotesco: Se caracteriza por la presencia activa de lo extraño,
fantástico, irreal o antinatural. En lo grotesco, la realidad se pierde
como en un sueño, toma formas fantásticas y, gracias a ello, se revela
tan extraña que surge la necesidad de comprenderla, repensarla.
Henckmann y Lotter, editores del Diccionario de estética, añaden que
“lo grotesco surge primordialmente en tiempos de crisis social o
rupturas”.
El ser humano se encuentra abierto al mundo, circum-spectans
(mirando alrededor).
La contemplación va cambiando por:
1. Lo que sacude al espectador
2. Lo que desafía al espectador
3. Lo que incomoda al espectador
El placer del que se hablaba en la experiencia estética se sustituye con
un tipo de “placer intelectual” o “entendimiento gozoso”. Surge un
nuevo tipo de gozo estético: el gozo estético teórico. Siguiendo a Guido
Ballo (citado en Oliveras, 2007), diremos que la apreciación
estética necesita hoy un
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