CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL MATERIALISMO DIALÉCTICO
Enviado por jogrelolo • 21 de Marzo de 2021 • Ensayo • 2.634 Palabras (11 Páginas) • 82 Visitas
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL
MATERIALISMO DIALÉCTICO
AUTOR
Br. Jose Rafael López Granda
C.I. V-27.590.548
En este ensayo estaremos abordando el tema del Materialismo Dialéctico, atendiendo fundamentalmente a los aspectos originarios y conceptuales del materialismo y de la dialéctica, sus formas elementales, la teoría filosófica de fondo, hasta llegar a delinear los rasgos del materialismo dialéctico e histórico, con énfasis en su concepción sobre la teoría del conocimiento.
Desde el punto de vista filosófico, el materialismo se asume como una corriente de pensamiento según la cual el mundo puede ser explicado a partir de la noción de “Materia”, ya que todas la cosas se dan como consecuencia de la acción de la materia, mas no del espíritu.
De esta manera, la materia es la primera realidad de las cosas, independientemente de que pueda o no ser percibida por los seres vivos.
De acuerdo con esta definición, se percibe de inmediato la clara oposición del materialismo con el idealismo, corriente esta última que postula que las cosas solo existen en la medida en que pueden ser ideadas o percibidas conscientemente por los seres vivos.
El enfoque materialista comprende que las cosas son increadas y que todas ellas pueden ser estudiadas y comprendidas por el ser humano. Para los materialistas, la causa de todas las cosas es solo atribuible a la materia.
En este sentido, resulta de interés la posición de Cornforth (1999), quien reformula la clásica postura de los teóricos fundada en una oposición a ultranza materialismo-idealismo. Según este autor, el materialismo no es un sistema dogmático, sino una forma de interpretar, concebir y explicar todos los problemas. La forma materialista de interpretar los hechos, de concebir las cosas y sus relaciones, se opone a la forma idealista de interpretarlos y concebirlos, pero todo problema tiene formas materialistas e idealistas de interpretación, formas materialistas e idealistas de tratar de comprenderlo.
Así, el materialismo y el idealismo no conforman un par dicotómico como dos teorías abstractas, opuestas una a otra, acerca de la naturaleza del mundo, que poco tienen que ver con el hombre común y corriente. Se trata de formas distintas de interpretar y comprender todo asunto, y en consecuencia, expresan enfoques opuestos sobre la práctica y conducen a conclusiones muy distintas en términos de aplicación práctica.
Ahora bien, siendo que para el materialista toda explicación del mundo y lo real parte de la idea de la materia, su naturaleza y sus movimientos en el espacio, las variadas formas de concebir tal materia se constituyen en factor de variabilidad que permite definir varios tipos, corrientes y doctrinas del materialismo. No obstante, a los efectos de este papel de trabajo, nos limitaremos a referir los fundamentales.
Así tenemos al Materialismo llamado “psicofísico”, el cual se constituye en una doctrina que postula que toda actividad espiritual humana es producida por una causa material, que puede ser entendida en términos de actividad nerviosa o cerebral. Se deduce de esto que este tipo de materialismo concibe la actividad del espíritu y, eventualmente también, la conciencia y las ideas como productos de la materia. Es decir, el alma y el espíritu no tienen una existencia separada de la materia.
Por otro lado, el materialismo práctico o moral prescribe que los bienes materiales o corpóreos son las vías para alcanzar los fines de obtener todo cuanto le otorgará al hombre felicidad y prosperidad. Tales fines estarían asociados al placer, la salud y hasta la riqueza.
También es interesante destacar el materialismo Práctico Metódico, que consiste en analizar la manera como se genera algo a partir de sus componentes materiales. Aquí se parte del principio según el cual lo corporal es el único objeto real de conocimiento, ya que sólo lo que actúa o sufre la acción de otro puede denominarse real. Según esta noción mecanicista del universo, todo se reduce a cuerpos en movimiento y el conocimiento se origina de la sensación que este movimiento intercorpóreo produce.
Finalmente, el materialismo Metafísico, llamado también cosmológico, es una teoría que afirma que la única substancia que existe es la materia y no existe un mundo fuera del orden material. En este contexto, la materia es el origen y la causa de todo.
Una vez delineada de manera sucinta la noción de materialismo, conviene hacer lo propio con la de “dialéctica”, concepto que considero vital a los efectos de reunir los elementos para definir el concepto central de este ensayo: el Materialismo Dialéctico.
Según Abellán-García (2003), la dialéctica es un vocablo de origen griego, dialektiké techné, arte de la discusión o del diálogo. Sócrates consideraba el diálogo, en la forma en la que lo conocemos hoy como la forma natural en la que los hombres aprendemos la verdad. Su diálogo era especialmente difícil y controvertido no tanto por el método como por el hecho de que no le valían por respuesta los tópicos corrientes, sino que buscaba llegar al corazón o la esencia de las cosas.
El criterio platónico definitivo de verdad que le bastaba al filósofo era un juicio de conciencia, una razón rendida a la evidencia y, cuando no alcanzaba eso en sí mismo o en alguno de sus interlocutores, sentía que la cuestión aún debía permanecer abierta. De este modo, Platón conformará la dialéctica como una herramienta claramente lógico-filosófica sólo para iniciados. En sus obras de madurez, a veces da la impresión de que dialéctica y filosofía se identifican. No obstante, es posible identificar en este filósofo griego dos formas de dialéctica: una claramente lógico-intelectual, que educa la inteligencia para su ascenso desde la apariencia sensible hasta la idea de bien; y otra que educa el corazón, la voluntad y la virtud, una dialéctica del “eros”.
Por su parte, Aristóteles entenderá por dialéctica la lógica de las proposiciones probables, lo que en el plano político vincula esta disciplina al debate. De esta forma la dialéctica queda ligada al discernimiento y la argumentación comunitaria sobre lo bueno, fundamento de la democracia griega. A partir de esta guía aristotélica, dado que la dialéctica no sirve para formular proposiciones científicas, su sentido se acercará cada vez más al de la retórica, desvinculada de lo filosófico y entendida como técnica.
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