Caso Etica
Enviado por forcesab • 11 de Noviembre de 2012 • 1.952 Palabras (8 Páginas) • 683 Visitas
HURACÁN1
“No estoy en la cárcel por asesinato. Estoy en la cárcel porque soy un negro
en Estados Unidos de América, donde quienes ostentan poder sólo
permitirían a un negro ser un bufón o ser un criminal.”
Rubin Carter, entrevista en 1975.
Corría el año de 1966 cuando la carrera del púgil Rubin “Huracán” Carter subía como la espuma. Al menos dentro del cuadrilátero, pues su condición de negro en Estados Unidos le seguía haciendo sufrir problemas de racismo. En ese mismo año hubo un triple asesinato en un bar cercano en donde el “Huracán” había estado esa misma noche. Era el principal sospechoso de las autoridades. Algunas investigaciones apuntaban a su culpabilidad. Era un ex-convicto. Era negro.
Catorce años, y tras conocer la biografía del boxeador, un muchachillo decide estudiar su caso. Tal es su interés y tan poderosas las evidencias que encuentra, que sus esfuerzos abren de nuevo la investigación.
Antecedentes
Mi nombre es Lesra Martin y estudié derecho en la Universidad de Toronto. Soy litigante en Vancouver y me sorprendo cuando las personas me dicen que no hay nada que hacer frente a la corrupción; que los derechos humanos son letra muerta, y que tanto el sistema judicial como la sociedad son agentes pasivos frente a ésta.
1 Este caso fue basado en la película The Hurricane, Universal Pictures, Special Edition 2000.
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ÉTICA, RESPONSABILIDAD SOCIAL Y TRANSPARENCIA
Nací en Brooklyn y viví en un barrio violento y peligroso. Tuve una infancia rodeada de alcoholismo —por parte de ambos padres—, crímenes, violencia y sobre todo racismo. ¿Había olvidado decir que soy negro? La historia que ahora cuento comenzó hace más de veinte años.
En 1980 yo tenía quince años y apenas a esa edad estaba comenzando a leer. Iba en una escuela pública y aunque era analfabeta era el 3er mejor alumno de mi clase. Eso fue lo que llamó la atención de Terry, Sam y Lisa, quienes llegaron a mi escuela gracias a un programa de ayuda a gente de escasos recursos. Me sacaron del arrabal donde vivía, me educaron y ahora son mis protectores y amigos. El primer libro que me regalaron y leí era uno en cuya portada aparecía un joven negro tras las rejas. El libro se llamaba: El decimosexto round. Del contendiente No.1 al 45472. Era la biografía de un boxeador: Rubin “Huracán” Carter.
Rubin “Huracán” Carter
Rubin “Huracán” Carter: campeón mundial de peso medio. Leer su biografía fue muy impactante para mí, pues me identifiqué con muchas de las cosas que el Huracán había padecido de chico. Rubin tuvo una infancia difícil. Cuando tenía 11 años un hombre blanco adinerado y viejo se acercó al grupo de amigos de Rubin intentando seducir a uno de ellos —en ese tiempo era muy común que personas adineradas buscaran cometer ese tipo de crímenes, pues los niños negros eran presa fácil. ¿Quién le iba a hacer caso a un niño negro denunciando un abuso sexual de parte de un miembro distinguido de la comunidad? (blanco obviamente). Rubin defendió a su amigo lanzando una botella de vidrio que le pegó en la cabeza al acosador. Ambos forcejearon, pero Rubin huyó tras clavarle una navaja en el brazo. Una semana después lo arrestaron; el policía que lo interrogó —se llamaba Della Pesca—,aprovechó para amenazarlo y humillarlo por ser negro. Llevaron a Rubin a una corte para menores y le dictaron sentencia de permanecer en un reformatorio varonil hasta los 21 años.
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En ese violento reformatorio aprendió a sobrevivir, entre peleas y abusos sexuales. Rubin se escapó dos años antes de cumplir su sentencia. Se enroló en el ejército y se hizo paracaidista. Superó problemas personales como su tartamudez (por la que lo discriminaban aún más) y se hizo boxeador profesional. Cuando volvió a su pueblo natal era ya campeón de peso Welter europeo. En cuanto pisó de nuevo su territorio Della Pesca, ahora convertido en Sargento, lo encarceló para que cumpliera su condena.
Rubin salió de la cárcel el 21 de septiembre de 1961, tras entrenar mucho para convertirse en boxeador profesional, y al salir juró nunca más volver a pisar una prisión. Contrajo matrimonio con una joven de su vecindario, con quien tuvo un hijo, y al siguiente año fue nombrado púgil del año.
Aún cuando era una figura pública reconocida, sufría por ser de raza negra. Uno de los ejemplos más escandalosos sucedió el 24 de diciembre de 1964, día en que le propinó una paliza al entonces campeón mundial de peso medio (Joey Giardello); sin embargo, el cinturón se lo dieron a Giardello después de una deliberación de 35 minutos. El motivo: un negro no podía ganarle a un blanco.
En 1966 ocurrió el suceso trágico que llevó a Rubin a la cárcel: Estaba bebiendo en un bar para relajarse, donde uno de sus fans –John Artis (también negro) – lo reconoce y más tarde se ofrece llevarlo a su casa (aproximadamente a las 2:30 de la madrugada). Ya encaminados, una patrulla los detiene y sin interrogarlos, son forzados a acompañar a los policías.
Después se enterarían que se había cometido un asesinato a sangre fría en otro bar, y se reconoció a dos negros en un auto blanco como los agresores. Rubin y Artis eran sospechosos.
Sin decirles la razón por la cual los llevaban detenidos, Rubin y Artis fueron conducidos al bar donde estaban los testigos, quienes aseguraron que ellos no eran los negros que habían visto. Posteriormente los llevaron al Hospital St. Joseph para que una
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de las víctimas los reconociera, y aunque estaba mal herido aseguró que ni Rubin ni Artis habían sido los agresores2. En ese lugar estaba el sargento Della Pesca, quien parecía inducir al herido para que los reconociera. Rubin “Huracán” Carter se dio cuenta que aquel sargento que lo había discriminado y humillado, quería involucrarlos en el asesinato a como diera lugar.
Ese mismo año juzgaron a Rubin Carter y a John Artis, en un juicio lleno de mentiras y prejuicios raciales, condenándolos a tres cadenas perpetuas. Cabe hacer mención que el jurado estaba conformado solamente
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