De confirmación 4 Los frutos

Ensayo de Confirmación 4 Los frutos

El Sacramento de la Confirmación como varias veces hemos repetido, es estar más cerca de Dios, y en el reafirmamos nuestra amistad con Él, y siempre nos mantendrá en gracia, para poder llegar a una mejor comprensión de Jesús y de cómo vivió. Es estar en una simbiosis con Él.

Dios quiere que nos confirmemos porque estamos mostrando que aceptamos propagar la información de su Reino, que nos comprometamos a difundir paz, o como dice en las hojas, ser sembradores de su Reino y de la paz. Dios siendo infinito y benevolente, está pendiente de cada uno de nosotros y de las buenas acciones que ayuden al mayor entendimiento de su presencia en este mundo.

Al comprometernos con Él en la confirmación estamos aceptando una especie de contrato, donde estamos de acuerdo, y es tener siempre una gran confianza en Dios como nuestro Padre y nuestro Amigo. Saber que nosotros tenemos un límite, pero que siempre creceremos gracias al amor que Él nos brinda.

Vivimos en un ambiente donde no es favorecido responder y difundir como es necesario para un cristiano, pero Jesús tampoco vivía en uno. Cada quien decide cómo podemos transformar nuestro entorno para cumplir el encargado que Dios nos ha encomendado. Depende de cada quien, si deciden triunfar o fracasar. Debemos mostrar una unión con nuestro Padre dado que para esto nos confirmamos para sembrar su palabra sin miedo alguno.

Entonces nos convertimos en un testigo de Cristo, listos para dar un testimonio cristiano. Un testimonio donde dejamos de ser nosotros y nos convertimos en Él, un testimonio donde ya no hablamos y Él habla por nosotros.

Es difícil tratar de este testimonio, no es simplemente tratar de imitarlo, sino poner todo tu empeño en hacerlo. Hacerlo de buena FE y aprender con el prójimo. Esto es lo que Jesucristo hubiera querido. Es difícil porque hay que desaparecer, dejarnos convertir en otra persona. Hay que aprender a desprenderse de nuestro carácter materialista y aceptar ese lado espiritual, el lado que Jesús y Dios Padre nos ofrecen. Hay que dar lo mejor de nosotros para propagar el Reino.

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