EL HOMBRE COMO SER BIOPSICOSOCIAL
Enviado por NcRs • 11 de Junio de 2021 • Ensayo • 2.129 Palabras (9 Páginas) • 420 Visitas
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EL HOMBRE COMO SER BIOSPICOSOCIAL
“Aspectos biológicos, psicológicos y sociales que constituyen un concebir holístico u hombre”. El hombre es considerado como un ser holístico, que trabaja en función de alcanzar su máximo potencial desde la satisfacción y realización personal, a partir de las 3 dimensiones que comandan su esencia, conocidas como: biológica, psicológica y sociocultural. Bajo estas circunstancias coexiste, aprende y emite respuestas en el transcurso de su desarrollo y crecimiento humano. Nos queda claro que la armonía de todas ellas, contribuyen de manera significativa al bienestar de cada persona, como consecuencia de su relación con “el estado de salud físico y mental, el cual es influenciado por los estándares o esteriotipos sociales”. En función de ellos, somos considerados organismos totalmente complejos, gracias a la gran variedad de aspectos que determinan y definen la existencia de nosotros como seres. Partiendo de la concepción del hombre como ser, podemos decir ontológicamente que, el hombre reconoce su existencia y ante ella discierne y trasciende; es decir, se reconoce así mismo como parte del todo, y a su vez, distingue a los demás seres que lo acompañan en este plano finito. No obstante, en el iterim de su antropogénesis, consigue aprender y formar parte de la sociedad en la que se desenvuelve, en donde adquiere innumerables herramientas que forman parte de su proceso evolutivo, tales como el lenguaje, los hábitos, costumbres y aspectos religiosos; sin embargo su libertad se encuentra regida a ciertos condicionantes como las normas, valores y principios arraigados a la cultura de su entorno; dicho de otra forma, construye su presente e idea su futuro activando el conocimiento heredado del pasado descrito. En base a ello podemos decir que, el comportamiento de cada persona es el reflejo de su dimension social y cultural, como consecuencia de su necesidad por convivir en una comunidad de forma pacífica, donde se desprende de su unidimensionalidad y singularidad, por las relaciones que establece para alcanzar tanto beneficios individuales como colectivos. Sin embargo, es necesario entender que frente a este dinamismo, la humanidad puede resultar enajenada, gracias a la adherencia de conductas “socialmente aceptadas”, las cuales de una forma u otra dictaminan su proceder; es por ello que el hombre como persona humana, no debe olvidar forjar una identidad que emita un concepto claro de quien es; y a la par, desarrollar su capacidad de criterio, a fin de que lo que decida no sea consecuencia de la influencia de otro tipo de interéses, para que independientemente de lo que aporte a la sociedad, sea plenamente auténtico. Ahora bien, ahondando acerca de su grado de conciencia como parte de su naturaleza constitutiva, sabemos bien que con el paso de los años, a medida que el hombre alcanza la madurez, se va planteando una gran variedad de interrogantes relacionadas así mismo, a fin de encontrar respuestas que le permitan conocer el motivo de su existencia, lo cual ineludiblemente ha sido una constante en el transcurso de su historia. Nos queda claro que a partir de ella, el hombre toma el control de su vida, al decidir las actitudes que tomará en determinados momentos, a partir de todo lo aprendido a lo largo de su vida, siendo fundamentalmente importante para comprender el mundo en todo su contexto. Ante todo lo descrito, podemos entender que el pasado en general y la historia en particular definen nuestro horizonte y expectativas de vida; de igual manera, las experiencias, moldean nuestro capital cognitivo, adherente a nuestra esencia; es decir, todo aquel conocimiento constante al que estamos sujetos, que guardamos para hacer uso de él, en los momentos requeridos. Finalmente, nuestra dimensión sociocultural dependen de la interacción personal de cada uno de nosotros con todo lo que nos rodea. Cada ser es heterogéneo y ningun individuo aprende o representa todos los roles habidos y por haber. Tanto nuestras formas de vivir, como lo cultivado a lo largo del tiempo, articulan las diversas comunidades y/o sociedades donde nos desenvolvemos, y mediante nuestra constante interacción, logramos agruparnos, comunicarnos, intercambiar conocimientos y aportar nuevas perspectivas actualmente viables en esta actualidad tan moderna. En general, dicha concepción postula que ser parte de una colectividad involucra un continuo aprendizaje, más aún cuando desarrollamos un sentido de pertenencia o nos identificamos con cierto grupo; todo ello evidencia que los seres humanos no sólo somos creadores de cultura sino que también de manera activa somos partícipes de ella. En ese mismo contexto influye enormemente el carácter biológico, el hombre está dotado de características físicas influenciadas por el ambiente; podríamos llamarlo también evolución. Este hecho hace posible el pleno desarrollo biológico del organismo humano, a fin de obtener un dinamismo propio de toda su materia, para la realización de su meta como viviente, que es la perpetuación de la especie. Como indica Aristóteles “el hombre es un animal racional” aludiendo a una doble naturalidad humana; por una parte, se define al hombre como un animal con impulsos y/o instintos normales de supervivencia, siendo los actos lo que determinan su propia conservación de salud y vida; por ejemplo el hambre, sed, calor, frio, alojamiento, entre otros. Por otro lado el término “racional” es atribuido a la evolución del cerebro que se tuvo a lo largo de la historia, lo que trajo consigo la conciencia, otorgándole al hombre la dimensión propiamente biológica y espiritual. Esta unión de dimensiones, le concede al ser el deseo de atender sus necesidades biológicas, he aquí el poder de la conciencia (poder que confiere el cerebro); ya que no es solo impulso de querer alimentarse para sobrevivir como todo animal, sino que hay un deseo intrínseco de querer encontrar una razón y un propósito a todo lo que hace, teniendo en cuenta evidentemente lo dependiente que es de su naturaleza. El hombre va ejerciendo una consciencia de los recursos biológicos que tiene y es capaz de adaptarlos constantemente para la satisfacción y respuesta de sus necesidades, generando una evolución biológica de la especie humana, la misma que será heredada de generación en generación. Esto nos ha permitido convertirnos en la “especie dominante del mundo”; por un lado el desarrollo evolutivo permitió esto; acciones como saber comer, dormir, hacer ejercicio cuidarse, mantenerse y desarrollarse de acuerdo a las necesidades de cada quien, donde la persona misma conoce y reconoce cuanto necesita; es función de esto, podríamos llamarle entra a una razón biológica. Por otro lado, otro punto favorecedor, es el desarrollo de la estructura corporal, la cual hizo posible que el hombre trabaje, y construya (en sentido literal y figurado) una comunidad, un imperio, siendo estas las características fundamentales del lado físico del hombre. No obstante, cabe resaltar también el lenguaje corporal que este utiliza para desarrollar consigo sus demás dimensiones, muestra sus deficiencias, enfermedades, necesidades; y a partir de ello puede salir a flote su dimensión psicológica y social (por ejemplo estar enamorado). Estas características nos permitieron estar en la punta piramidal de la especie animal. Entonces podemos decir que el hombre es el resultado de ser un participante de la naturaleza, por lo que sencillamente esto se interpretaría como un ser en estado limitado con respecto a su dimensión biológica; peculiaridad que no sucede con otras dimensiones; el hombre al ser temporal, desarrolla la característica distintiva de ser abierto, es decir, capta los datos de su entorno y realidad y sabe que no es individual, que no solo está viviendo, sino que está existiendo, y en esa circunstancia reconoce su temporalidad y su capacidad de cuidar su materia biológica dada, siendo este su cuerpo, el cual le genera una consciencia de lo dependiente que es a un buen mantenimiento, desarrollo y reproducción natural. Finalmente, respecto a este punto podemos decir que, el hombre posee un cuerpo finito, y la dimensión biológica del hombre finalizará cuando este lo pierda; dicho de otra manera, cuando dejará de existir. Ahora bien, culminando con las tres dimensiones que comandan la esencia del hombre, se encuentra la dimensión psicológica que, por el contrario de la biológica, esta no es material y está relacionada íntimamente con ciertos aspectos cognitivos que pueden llevar a la persona a poder percibir, poder pensar, conocer, comprender, comunicar o también desarrollar y solucionar problemas. Asimismo, existe dentro de esta dimensión aspectos afectivos, como lo son las emociones y los motivos; así como también otros aspectos que pueden generar esperanza, estima y confianza tanto en uno mismo, como en otros. De igual manera, encontramos los aspectos conativos, que son como, por ejemplo, la perseverancia en la acción y otros componentes de la voluntad como el autocontrol. Tras todo ello cabe resaltar que, la mente existe debido a la existencia del cuerpo, particularmente gracias a la presencia de un cerebro que comanda el funcionamiento normal de todo nuestro cuerpo. De este modo, el funcionamiento y el desarrollo de la mente es dependiente del cuerpo para recibir la información y trasladar a acción concreta el resultado final de sus procesos. No es un hecho aislado que, en la educación prevalecen las dimensiones biopsicosociales, y en la actualidad se han venido realizando investigaciones sobre la relación que tienen estas tres dimensiones ya mencionadas (biológica, psicológica y sociocultural). Específicamente en este caso, hablando de la relación que tiene directamente la psicológica con la educación, esta dimensión puede influir en el aprendizaje de las personas; es por ello que distintas investigaciones sostienen que, las emociones no están separadas de las funciones del cerebro y que además estas inciden en el proceso de aprendizaje; por tanto, las emociones afectan a los procesos cognitivos y estos producen cierto tipo de emociones, donde interactúan, se potencian y se modifican mutuamente todos los estados emocionales que afectan la vida de las personas. Por su parte, los estados emocionales acompañan todo el proceso de aprendizaje en los estudiantes; es por ello que es muy importante que los alumnos en general, no ignoren los mecanismos emocionales, que al fin y al cabo son ellos quienes dan inicio, sostienen, facilitan y pueden impedir o detener el aprendizaje. Un claro ejemplo de esto sería cuando sentimos miedo; frente a esto, se activa en nuestro sistema cerebral de la mano con un incremento de la producción de cortisol y adrenalina, esto incita a un cierto tipo de respuesta, tales como señales de huida, de paralización o en todo caso de agresión. Es importante agregar que, las emociones también influyen mucho en la memoria de las personas, ya que estas al estar felices, generarán recuerdos agradables; contrariamente, al estar tristes la memoria nos transportará a las vivencias difíciles que ocurrieron en algún momento de nuestra vida. En función de ello, se recomienda no tomar decisiones ni asociar contenidos nuevos con conocimientos previos en épocas de estrés, ya que cuando se experimenta una emoción a causa de un estímulo, la emoción adquiere poder y provoca una reacción automática en el cuerpo, lo cual conduce a una serie de cambios físicos, lo cual es lo que determinará la eficacia o no para aprender algo. Entonces, ante la premisa anterior, podemos concluir que el cerebro a pesar de estar constituido o formado por componentes físicos tales como las proteínas o las grasas, también está constituido por componentes no materiales como lo son las emociones; por ello se comprende que la dimensión psicológica está muy vinculada a los afectos y a las emociones ya que estas mismas aportan estrategias para una educación emocional, además de darle importancia a esta misma en la construcción personal, profesional, social y al resto de sus dimensiones. REFERENCIAS
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