Egoismo

Introducción:

El egoísmo el amor propio excesivo que tiene una persona sobre sí mismo que hace pensar en su propio interés. La persona egoísta no piensa en el interés del prójimo, solo piensa en actos convenientes para ella. Consiste en desatender alguno de estos mandatos sociales en pos de buscar la felicidad autentica, o incluso la propia integridad.

La palabra como tal, proviene del latín “ego”, que significa yo, y se compone con el sufijo “ismo”, que indica la actitud de quien solo manifiesta interés por lo propio. Lo contrario del egoísmo, es el altruismo (amor desinteresado al prójimo).

Egoísmo ético

Se considera que las personas ayudan a los demás, pero siempre en búsqueda de un beneficio para obtener algo provechoso, es decir, buscar el bien ajeno antes que el propio.

Los argumentos a favor del egoísmo ético; la mayoría de quienes apoyan el egoísmo ético piensan que la verdad es obvia y por lo tanto no se necesita argumentos que lo comprueben. Generalmente se usan tres líneas de razonamientos a su favor:

• El argumento de que el ultraísmo es contraproducente: los deseos y necesidades de los demás los conocemos imperfectamente, por lo tanto, es probable que al tratar de ayudarlos con un fin altruista se les provoque un perjuicio. Al ofrecer ayuda, es hacer a una persona dependiente de la otra, es decir, que ella es incapaz; en lugar de agradecer por la ayuda, se sentirá molesta por la ayuda ofrecida.
•  La ética del altruismo es algo destructivo para la sociedad: el altruismo provoca que las personas abandonan sus proyectos, sueños, etc. Sacrificando su vida sus sueños y metas para salvar a otras personas. En la ética del altruismo, la vida de un individuo o los intereses propios no tienen valor y se debe estar dispuesto de sacrificarse para defender a otros.
• El egoísmo ético es compatible con la moral del sentido común: el principio del egoísmo ético conduce regla de oro del principio de no agresión: “no debes hacer a los demás lo que no quieras que te hagan, si le haces, los demás muy probablemente te lo harán. Este razonamiento nos lleva a la siguiente situación. Si el egoísta ético estuviese en una posición tan favorable que le garantice su propia seguridad ante los demás, nada le impediría hacer a estos lo que no  quisiera que le hicieran, por ella el egoísmo moral encaja del relativismo cultural.

Los argumentos en contra del egoísmo  ético: Kurt Baier, “dice que el egoísmo ético no pude ser correcto porque no puede dar soluciones a los conflictos de interés”. Sin embargo y, como respuesta, los partidos del egoísmo ético afirman que el acuerdo pasivo o negociación que permite solucionar un conflicto de interés, puede ser beneficio para todos los egoístas involucrados.

El egoísmo ético en lo individual:

(A1) “Debemos actuar de manera racional”

(A2) “Lo racional es mirar siempre por el propio interés”

(A3) “Como (A1) y (A2) es verdadero entonces. “Debemos mirara siempre por el propio interés”.

Y agregan “egoísmo ético” (realmente es altruista) en lo social”.

(A5) “Aunque el ayudar a los demás les hagamos bien les estamos hiriendo, robándoles su dignidad y su respecto propio; les estamos diciendo que no son competentes para cuidarse a sí mismo”.

(A6) Como (A3), (A4)  y (A5), es verdadero entonces “Debemos rechazar los políticos que velan por los intereses de otros, pues cuando cada uno mira su propio interés es más probable que ayude al mejoramiento social”

(A7) Como (A6) es verdadero entonces “Debemos promover una sociedad capitalista”.

Las distintas caras del egoísmo:  Egocéntrico, Consciente y Altruista

Para Borja Vilaseca, “Lo cierto es que ser egoísta  no es bueno ni malo; es necesario. Necesitamos pensar en nosotros mismos para sobrevivir físicamente y emocionalmente”.

El egoísmo egocéntrico: es aquel que orienta nuestro propio interés. Ciegos por nuestros deseos, ambiciones y expectativas, y vamos por la vía sin tener en cuenta la consecuencia que nuestras palabras y actos causan sobre los demás. Este egoísmo egocéntrico es la raíz de la que vamos construyendo una personalidad victimista y reactiva quejándose y culpando siempre a algo o a alguien, cada vez que las cosas no salen como uno lo esperaba. Y pone de manifiesto una permanente sensación de vacío e insatisfacción que nos lleva a buscar de forma obsesiva fuentes de evasión y de narcotización. Irónicamente, cuanto más egocéntrico es nuestra visión del mundo, más borramos de egoísta a los demás. “Un egoísta es aquel que se empeña  en hablarte de sí mismo,  cuando tu mueres de ganas de hablarle de ti “(Jean Cacteaun).

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