El Caracter

05/05/11

EL CARÁCTER

En la lectura se habla del carácter, que se forja a partir de la inteligencia y la voluntad, pero hay algo que suele desviarnos de esa formación de un carácter real y sólido: el sentimentalismo; cuando nos dejamos llevar solo por nuestras pasiones, sin escuchar a la razón, es ahí cuando nos desviamos del camino de la sabiduría -“la sabiduría no es conocimiento, sino comportamiento”- , debemos encontrar una armonía entre esas partes, y eso no significa que debemos de ahogar nuestros apetitos sensibles o ignorarlos, ya que eso es imposible, no podemos controlar los sentimientos, existen muchas variables externas que influyen en ellos; lo que podemos controlar es la forma en que nos comportamos en la presencia de ellos, la razón debe tener la supremacía sobre nuestras acciones y es así como se forma el carácter.

De acuerdo con Aristóteles el carácter se forma en el combate, no en la armonía; el explica que una hombre en paz es aquel donde su voluntad tiende al bien, su objetivo principal no es la armonía entre los sentimientos, la voluntad y la razón, esto es un beneficio extra, pero si su voluntad tiene al bien a pesar de esa inexistente armonía tiene un valor más alto.

Existen 3 tipos de sentimientos que afectan nuestro raciocino: Los sentimientos antecedentes, Los sentimientos concomitantes, Los sentimientos redundantes; los primeros aparecen antes de toda operación mental de razón, lo cual implica que sería muy peligroso dejarnos llevar por estos ya que son meros impulsos sensibles; los segundos afectan a las acciones, cuando algo nos disgusta o nos agrada, por lo tanto debemos persuadirnos de actuar pese a esos; los terceros aparecen después de que una acción se realizó correcta o incorrectamente (felicidad como recompensa o remordimiento), aunque en esta podemos desviarnos si nuestro objetivo es solo llegar a esa felicidad y no verla como una consecuencia.

Para sobreponer la inteligencia y la voluntad a esos sentimientos debemos tener un autodominio, que precede al carácter, es cierto que aquel hombre que se controla y conoce a si mismo tiene mayor poder que aquel que controla a otros, eso es porque tiene un dominio de sus sentimientos lo que le permite anteponer el pensamiento a la acción. Debemos controlar ciertos aspectos para llegar a la armonía:

a) Dominio del miedo a perder la vida.

b) Dominio de la tendencia al placer del comer y del beber.

c) Dominio de la tendencia al placer sexual.

d) Dominio de la tendencia a la manifestación del enojo.

Si no encontramos la manera de sobrepasar estos límites, nunca podremos ver el panorama completo y viviremos con ataduras, lejos de la verdad, el problema con esas tendencias que se llegan a convertir en vicio, es que las vemos como una finalidad, son nuestro objetivo, en vez de entenderlas como un aspecto más de nuestra vida que nos ayudará

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