El Hombre En Busca De Razón.
Enviado por Erabelis • 11 de Abril de 2013 • 2.537 Palabras (11 Páginas) • 474 Visitas
El Hombre en busca de sentido.
Me agrada la intensión con que se escribió este libro, puedo percibir que a pesar de todo busca una mayor objetividad. En otras obras de quienes han experimentado en vida este suceso del holocausto pueden utilizar su relato para esa concientización acerca de la perdida de humanización o una forma de que el mundo sepa de la cantidad de horrores que se dio en ese tiempo y que esto no vuelva a suceder, etc. Es difícil o simplemente imposible de criticar la forma en que cada una de estas personas quiere relatar su experiencia, su postura o lo que busca con expresar lo vivido, tachando eso como bueno, malo o sin objetivo alguno. Más bien es una de las muchas formas en que se pueden ver esas realidades sin dejar de valorar ninguna de las que se hayan plasmado o relatado.
En este caso el psicólogo Victor Frankl trata en este libro una serie de experiencias personales, donde más que ocuparse de relatar los grandes horrores contados y vividos por otros, trata más con los tormentos que se vivían a diario dentro del campo, esas cosas que más que afectar físicamente eran un desgaste y trauma para la parte más profunda de un ser humano.
Selección activa y pasiva
De alguna manera la selección era una forma en que los hombres del campo guardaran por más tiempo sus vidas, evitando que su nombre o más bien número, fuesen puestos en las listas de victimas, olvidando que si alguien encontraba su salvación otro más la perdía. Sin dudar ni un momento la forma de arreglar para que alguien más ocupara ese lugar, de esta forma el autor nos dice “los mejores entre nosotros no regresaron”, refiriéndose a que al pasar el tiempo quienes perduraron con vida fueron quienes se despojaron de los escrúpulos y hicieron lo posible para quedar con vida, aunque albergando la esperanza que la mayoría tenia, el regresar con su familia que los esperaba y salvar a sus amigos.
El informe del prisionero numero 119,194: ensayo psicológico Frankl
Aquí relata su experiencia donde dejando de lado el ser psiquiatra se le utilizo para que trabajara cavando y tendiendo traviesas para ferrocarril, solo cambiando esa labor en los últimos días que se le requirió como médico. Bueno, dicho labor se le pagaba con cupones canjeables por cigarrillos y quienes aún conservaban esa esperanza y luchaban por seguir con vida lo canjeaban por raciones de sopa. Cuando alguien decidía quedar con los cigarrillos se podía saber que había perdido la voluntad de vivir y prefería por los menos disfrutar del placer de fumar.
También nos dice que decidió renunciar a su incomodidad respecto al exhibicionismo que podría ocasionar el no quedar en anonimato y mejor expresar sus convicciones sobre lo anterior, sin tener que ocultar su nombre.
Primera fase: Internamiento en el campo.
Fueron transportados al campo durante días en un tren abarrotado, llegando con temor y aun más al enterarse que se encontraban en Auschwitz, ciudad que era sinónimo de cámara de gas, tortura y crematorios. Sin embargo al abrirse las puertas y comenzar a ver puede decir que se adquiría un estado de ánimo llamado "ilusión del indulto", ver a esas personas que no sabían que tenían un trato especial con un buen semblante les hacía albergar la idea que las condiciones no serian horribles.
La primera selección Frankl
En la primera selección Frankl cuenta que los capos ordenaron formar filas, frente de un hombre alto que pertenecía a la SS, quien observaba a cada uno y decidía quienes se veían aún fuerte mandándolo a la derecha y quien se mostraba enfermo, cansado o viejo enviándolo a la izquierda. Realmente ninguno sabía qué razón tenía que enviaran a alguno hacia la izquierda o derecha, sin embargo el escucho a leve vos que quienes iban a la izquierda sería enviado a otro campo y quienes a la derecha trabajo forzado, por lo que decidió mantenerse firme y evitar verse torpe en su caminar, más tarde se entero que a quienes mandaron a la izquierda eran ya solo esas cenizas que se despedían de las chimeneas; el 90% de los reclusos fueron hacia la izquierda.
Desinfección
Aquí trata de cuando hombres de la SS los llevo a una cámara donde al contar los escasos minutos para desnudarse dirigieron a sus cuerpos latigazos, posteriormente los afeitaron, no conformándose solo con en cabello de sus cabezas sino que no dejaron ni uno solo en su cuerpo.
Nuestra única posesión: la existencia desnuda Frankl
Aquí nos habla como después de todo los sucedido algo que ya nadie podía despojarles era su desnudez, de ahí ninguna otro cosa material excepto unos zapatos viejos y por lo que a él confiere su par de gafas y cinturón.
Las primeras reacciones
Después de perdiendo cada uno de la ilusiones que aun se conservaban, invadió en estos una especie de “humo macabro”, donde existía una curiosidad de saber que sucedería con sus cuerpos en tales estados de presión y extremosidad. Percatándose que lo que decía la medicina era una mentira, el no dormir las suficientes horas, no poderse lavarse los dientes o estar largo tiempo bajo un atroz frío no causaba estragos en su cuerpo.
Segunda fase: la vida en el campo
Apatía
En esta segunda fase cuenta que el prisionero sufre de una especie de transformación donde de estar en un estado de shok pasa a un tremenda apatía emocional. Antes el horror le hacía voltear la cabeza evitándose observar las situaciones frente a sus ojos, ahora ya nada de eso causaba sensación ni evitaba que dejase de mirar.
Lo que hace daño
Esa falta de sentimientos que se presentaba era una forma de resguardo ante el trato que se les daba, lo más deprimente era como los golpes que se le daban durante el trabajo donde lo que se buscaba era que siguiese trabajando, tan solo lanzando una piedra fura más que suficiente para llamar su atención como a un animal.
El insulto
Se podría decir que muchas veces lo que ra más doloroso que el golpe que se les daba era el insulto que le acompañaba, Victor cuenta que se atrevió a responder ante una pregunta:
-“¿Qué eras tú, puerco, un hombre de negocios?"
-dijo: "Era médico especialista."
-"¿Qué? ¿Un médico? Apuesto a que les cobrabas un montón de dinero a tus pacientes."
-dijo: "La verdad es que la mayor parte de mi trabajo lo hacía sin
cobrar nada, en las clínicas para pobres."
Se armo de fuerzas a pedir que lo mataran, sin embargo a su auxilio acudió un
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