El Poder De La Cultura En La Escuela

El poder de la cultura de la escuela

La cultura de la escuela representa un importante papel en el proceso de cambio que experimentan nuestros centros. Así, mientras la orientación sobre la eficiencia de la escuela centra su atención en estructuras de escolarizaciones formales y organizativas, tiende a descuidar su dimensión cultural e informal. Como argumenta Rosenholtz (1989)

Entre las cuestiones conceptuales más importantes está la de que los logros en los aprendizajes del alumno han sido asociados a un conjunto de características relativas a la escuela sin una base lógica convincente, ni un apoyo empírico que expliquen cómo estas características específicas llegan a influir en la dinámica interna de las escuelas.

La escuela como lugar de trabajo demuestra ser extraordinariamente poderosa. Sin negar las diferencias observadas en las habilidades, intereses, compromiso, curiosidad o persistencia de cada individuo. La cultura describe como son las cosas y actúa como una pantalla o lente a través de la cual se ve el mundo. Define la realidad por aquellos que se sitúan dentro de una organización, del proporciona apoyo e identidad y forma un maco de trabajo para el aprendizaje profesional. (Hargreaves, 1995: 165)

¿QUÉ INFLUYE EN LA CULTURA DE LA ESCUELA?

Las escuelas son moldeadas por su historia, su contexto y la gente que hay dentro de ellas. Las escuelas se ven también influenciadas por fuerzas económicas y políticas externas y por cambios llevados a cabo en las políticas eduicativas, ya sea en el ámbito local o nacional.

Las escuelas necesitan ser capaces de satisfacer las exigencias y desafíos que plantea la sociedad.

¿LA CULTURA DE LA ESCUELA ES FIJA?

Autores sugieren que una vez se conforma la cultura de una organización se vuelve fija. Bolman y Deal (1991) ven la cultura como un producto y también como un proceso: como producto, encarna la sabiduría cumulada de aquellos que fueron miembros antes que nsotros. Como procesos se renueva y recrea continuamente a medida que los nuevos miembros aprenden los modos antiguos y finalmente se convierten ellos mismos en profesores. En muchas escuelas, auqnue no necesariamente en todas, el proceso de planificación del desarrollopuede cambiar la cultura de una escuela, al igual que también puede hacerlo un director. Esto no significa que cambiar la cultura de una escuela no lleve su tiempo, sino que evoluciona de manera constante.

Rossman y sus colaboradores (1988) hacen una distinción entre normas “sagradas” y “profanas”. Las primeras se detienden como “verdades” incuestionables, dan significado a la vida y se considera que tienen menos probabilidades de cambiar que la gente que las comparte. Son, al igual que las suposiciones básicas de Schein (1985), inmutables y duraderas. Por el contrario, las segundas se basan en creencias menos enraizadas y están,

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