El Poder Del Pensamiento Evolucionario

En el libro, Temistocles Hernández trata varios temas contemporáneos de la realidad moral y cultural de los pueblos latinoamericanos, que según el tratado, son aquellos que nos han retenido del avance y nos han puesto en el tercer mundo.

Empieza por hablar de la desvalorización y la degradación de los conceptos que representan ciertas palabras, entre ellas el amor y la revolución. Últimamente se usan estos términos sin ningún cuidado, nombrando a cualquier acto de violencia revolución, a cualquier agente del caos un revolucionario, un visionario, que convence a las masas a luchar por una ideología barata a fin de cumplir sus intereses de gloria y alabanza.

Se toca el tema de la cultura, la proclamación de ciertas gentes de la necesidad de la recuperación de una cultura que no es conocida, que la identidad ha de ser única para todo latinoamericano, a esto Temistocles responde con la idea de que la identidad impuesta o que llega influenciada lo único que hace es cortar las alas de la individualidad, que no permite al ser humano estirarse hacia el cielo sin romper con el esquema cerrado que se propone. Un ejemplo son los judíos, llenos de odio y cerrados a aceptar las diferencias, envueltos en una guerra sin sentido y sintiéndose perseguidos sin razón. La globalización es un proceso evolucionario, viene con el intercambio beneficioso entre todas las culturas y permite conocer y expandirse como el ser humano pretende.

El hombre evolucionario es inteligente, critico, respetuoso y solidario. Busca siempre mejorarse y salir de los modelos de pastoreo que han propuesto la iglesia y la política. Busca su propio bienestar y felicidad, siempre teniendo en cuenta el ajeno y buscando por todos los medios mejorar ambos.

Habla de los revolucionarios que buscan conseguir sus metas a garrotazos, que simplemente desean satisfacer su megalomanía y encontrar un poco de poder en sus vidas, usando a las masas para lograr imponer sus doctrinas, prometiendo un país mejor a cambio de sacrificios, pero cuando logran obtener el control, no hacen mas que dirigir su odio hacia otra parte y el pueblo queda igual que antes, claro que con menos fuerza. Aquellos que sostienen las doctrinas obsoletas o incoherentes son los acaudalados, que buscan poder por sobre su dinero, jamás se originan de las masas y no los toman en cuenta en sus proyectos.

Puede entenderse que Temistocles repudia el socialismo y el comunismo, que son modelos obsoletos y pobres reminiscencias de las comunidades primitivas; que no es mas que una mera excusa de ciertos entes que desean tomar en sus manos por completo una sociedad, que espera que el gobierno arregle todos sus conflictos materiales y hasta morales.

Por ultimo escribe de la costumbre latinoamericana de la ira y el llanto, escondidos tras una mascara de melancolía y rencor, pobres como hemos sufrido, no es mas que otra excusa que se acostumbra a usar para justificar el pobre

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