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El Relativismo


Enviado por   •  14 de Octubre de 2013  •  1.524 Palabras (7 Páginas)  •  266 Visitas

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El relativismo

A. Información histórica

El relativismo considera que la verdad depende absolutamente de las condiciones relativas del sujeto y puede variar de individuo a individuo, de grupo a grupo, de época a época, sin que exista ningún criterio objetivo. Esta doctrina comenzó a ser enseñada por los sofistas griegos, particularmente por Protágoras (480-410 a.C.), que comenzaba su libro Sobre la verdad con esta célebre sentencia: «El hombre es la medida de todas las cosas, de las cosas que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son». Con esta fórmula sintetiza el núcleo del pensamiento sofista: el individuo decide lo que es verdad para uno mismo; lo que no venga determinado por el sujeto va considerado como incognoscible (escepticismo), porque la realidad no es objetiva, sino subjetiva y mudable (relativismo). 

El relativismo informa la filosofía de varios autores y corrientes de pensamiento a lo largo de la Historia, pero sobre todo en la época contemporánea, en la cual, podríamos decir, se ha convertido en el sustrato común de la mayor parte de los sistemas: pragmatismo, historicismo, piscoanálisis, ciertas formas de existencialismo, neopositivismo, filosofía análitica, determinadas epistemologías, hermenéutica, estructuralismo y postestructuralismo, nuevas filosofías políticas, decostrucionismo...

B. Doctrina

En el campo gnoseológico, el relativismo es la doctrina según la cual el conocimiento humano es relativo al sujeto cognoscente y a las condiciones del cuerpo y de los órganos del sentido. La verdad, pues, dependería totalmente, tanto en su contenido como en el modo de ser conocida, de las condiciones y circunstancias del sujeto, como pueden ser: la edad, la perspectiva cultural, el subconsciente, la historia, el interés personal, el placer y utilidad encontrados en el objeto, el lenguaje de la sociedad, la educación recibida, el propio carácter y estado de ánimo. Lo que es «verdad» para uno no lo es necesariamente para otro. 

En el campo de la moral, se considera que las verdades, normas o criterios éticos son relativos, que la rectitud de una acción y la bondad de un objeto dependen de o consisten en la actitud que asume al respecto el individuo o el grupo, y pueden por tanto variar de individuo a individuo y de grupo a grupo. Así como no hay verdad ni falsedad objetivas, absolutas, tampoco hay bondad ni maldad en cuanto tal: nada es bueno ni malo en sí mismo, sólo lo es en relación a un sujeto.

El relativismo se presenta normalmente emparentado con el subjetivismo, que considera el objeto conocido como creado, construido por el sujeto que lo aprehende.

C. Razones más importantes

1. La verdad es un relación entre sujeto y objeto, y por tanto es relativa

En lugar del objeto que mide el conocimiento, se considera algún elemento subjetivo como la norma de la verdad. Esa «verdad» es una posesión personal, única en cada individuo. Y dado que el sujeto y sus circunstancias varían constantemente, la «verdad» va variando con ellos. 

2. La casi infinita variedad de culturas, filosofías, religiones, lenguajes, opiniones personales...

Tal constatación motiva a pensar que, en realidad, todo lo que conocemos depende absolutamente de cada sujeto y que nada puede conocerse de modo objetivo.

D. Exigencias positivas

1. Oposición al dogmatismo racionalista

Nuestro conocimiento no es angélico, omnicomprensivo, exhaustivo. No podemos demostrar todo lo que conocemos. El relativismo nos enseña a considerar, precisamente, la limitación de nuestro conocer debido a tantos elementos relativos, mudables, accidentales que condicionan nuestro modo de aprehender la realidad. Debemos, pues, ser cautos para no absolutizar o «dogmatizar» todo lo que no es absoluto, objetivo. Por ejemplo, debido a las limitaciones de nuestras técnicas de investigación, no podemos comprobar hasta el presente que haya existido una evolución en la formación del cuerpo humano; la evolución es, pues, una hipótesis, quizás con un buen índice de probabilidad, pero no debe considerarse como una certeza ni proponerse como un «dogma de fe» 

2. Valorización del papel de la experiencia subjetiva 

Del relativismo debemos aprender, pues, a tener siempre muy en cuenta la cantidad de elementos que influyen en nuestro modo de conocer. La propia biografía, sensibilidad, interés personal, educación, ambiente familiar y cultural, y demás factores subjetivos, condicionan la perspectiva y el grado de penetración con que conozco algo (por ejemplo, la gravedad de la difusión del relativismo en nuestras sociedades). Como consecuencia, debo ser consciente de que nunca puedo aprehender algo completamente, en toda su profundidad. Puedo y debo seguir penetrando en más y más en cada verdad.

3. La promoción de la apertura de mente y del diálogo 

La conciencia de la limitación subjetiva del conocimiento humano debería motivarnos a permanecer abiertos a otras culturas, sistemas filosóficos, perspectivas, opiniones, etc. El contacto con ellos enriquecerá mi visión y ahondará en la penetración

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