Relativismo
Enviado por oscardhr • 21 de Octubre de 2013 • 3.313 Palabras (14 Páginas) • 292 Visitas
EL RELATIVISMO MORAL SEGÚN VON HILDEBRAND
Observamos en la sociedad grandes muestras de una perdida de la verdad, ya nadie, o al menos pocas personas, se preguntan por el bien, por el deber. Qué es lo que debo de hacer, cuales son los valores que debo de practicar. Se ha perdido, se ha cambiado de pregunta, por nuestros deseos, por nuestras apetencias, por nuestros caprichos. La verdad queda reducida al sujeto, la persona es la que tiene la verdad en sus manos.
Esta deformación en la inteligencia del hombre tiene consecuencias no solo en el ámbito metafísico, sino que también en el ámbito moral. Pues una buena moral, debe de partir de un conocimiento cierto de la realidad.
El relativismo moral abunda en nuestra sociedad. Los valores ya no son descubiertos, sino que son inventados por el hombre, y con esta visión nos acercamos a una degradación fatal. No podemos permitir que la objetividad universal quede derrotada por un insignificante relativismo moral y axiológico.
Basta tan solo mirar con un poco de atención los pseudo argumentos del relativismo para darnos cuenta que carecen de sentido. Von Hildebrant aborda de una manera clara y sencilla en su libreo “Ética” el relativismo moral, por lo que partiremos de su teoría para derrumbar el relativismo moral.
Hay muchos argumentos para el relativismo, sin embargo pueden decirse muchas cosas de todos ellos que demuestren su dudoso valor. El relativismo ético está ampliamente difundido. Es, por desgracia, la filosofía moral predominante en nuestra época. La palabra “valor” se usa hoy en un sentido exclusivamente subjetivo. Por lo común, al hablar de los valores, se da por supuesto que todo el mundo está de acuerdo en que tiene un carácter subjetivo y relativo.
El relativismo ético no es más que una subespecie del relativismo o escepticismo universal. Desde el momento en que se niegue que el hombre es capaz de un conocimiento objetivamente valido, desde el momento en que se afirme que no existe verdad objetiva alguna, se niega también necesariamente la existencia de todo valor objetivo. Es de la esencia del relativismo universal el extenderse a todos los campos.
Pero hemos de observar que, aunque este tipo de relativismo ético es una consecuencia lógica del relativismo universal, el motivo inconsciente de ese relativismo universal es, con frecuencia, el deseo de evadirse de toda norma ética absoluta. Al menos la oposición inconsciente, profundamente arraigada contra la objetividad de la verdad viene habitualmente de un género de orgullo que se rebela, sobre todo, contra los valores objetivos.
Quien afirma que no podemos alcanzar ninguna verdad objetiva, quiere hacer un juicio objetivamente verdadero y, con ello, se contradice a sí mismo. Con otras palabras, cuando afirma que nunca podremos conocer una verdad objetiva pretende enunciar una verdad objetiva.
Relativismo Ético
El relativismo moral es la idea de que las opiniones morales o éticas, las cuales pueden variar de persona a persona, son igualmente válidas y ninguna opinión de "lo bueno y lo malo" es realmente mejor que otra. El relativismo moral es una forma aplicada más ampliamente, más personalmente, de otros tipos de pensamiento relativista, tales como el relativismo cultural. Todos estos están basados en la idea de que no existe ningún estándar definitivo del bien y del mal, así que cualquier juicio acerca del bien y del mal es puramente un producto de las preferencias y entorno de la persona. No existe un estándar supremo de moralidad, de acuerdo con el relativismo moral, y ninguna opinión o posición puede ser considerada "correcta o incorrecta," "mejor o peor."
El primer argumento del relativismo ético, bien conocido, apela a la diversidad de los juicios de los juicios morales en diferentes pueblos, culturas y épocas históricas Según este parecer, lo que se tiene por bueno o malo moralmente cambia de acuerdo con el pueblo y el tiempo histórico. Un mahometano considera la poligamia como moralmente justificada. No padece escrúpulos de conciencia en ese asunto. Con plena tranquilidad de conciencia posee a la vez varias esposas. A un cristiano esto le parecería inmoral e impuro. Se podrían citar innumerables ejemplos de semejante diversidad en los juicios sobres lo que es bueno y malo. Más aun, esta diversidad de opiniones referentes a la valoración moral de algo no se da sólo al comparar diferentes pueblo y épocas, sino también dentro de la misma época e incluso en un mismo individuo en diversos periodos de su vida.
Este primer argumento se funda en un razonamiento falso. De la diversidad de muchos juicios morales, del hecho de que determinadas personas tengan algo como moralmente malo, mientras otras lo tengan como moralmente correcto, se infiere que los valores morales son relativos, que no hay ni bondad ni maldad moral y que toda la cuestión moral se equipara a una superstición o a una mera ilusión.
La verdad es que las diferencias de opinión no prueban en absoluto que el objeto al que se refiere la opinión no exista, o que sea, en realidad una mera apariencia que cambia para cada individuo o, al menos, para cada pueblo particular.
El hecho de que el sistema problemático, considerado correcto durante siglos, haya sido superado por las opiniones científicas de esta época, no puede justificar la negación de la existencia de las estrellas o incluso que nuestra opinión actual tenga solo una validez relativa .
… hoy en día sigue presente en el llamado “relativismo cultural” según el cual los criterios morales se dependen de las distintas culturas, y también en otras dos posiciones, en el “contextualismo”, según el cual sólo podemos saber si una propuesta moral es correcta o incorrecta dentro de cada contexto de acción, y en el “etnocentrismo”, que tiene por imposible justificar la bondad de una opción teniendo por interlocutor a cualquier hombre. Para el etnocentrista, solo podemos justificar una decisión ante aquellos que comparten ya nuestra forma de vida, porque sólo ellos pueden entendernos .
El relativismo ha conducido frecuentemente al escepticismo. El escéptico piensa que, ya que, no podemos encontrar ningún criterio desde el que preferir unas opciones u otras, todas tienen el mismo valor, ninguna es mejor, y es imposible distinguir entre lo justo y lo injusto, entre lo bueno y lo malo. Aunque nos veamos obligados a tomar decisiones, nunca encontramos una para ellas, una justificación racional.
En muchísimos campos puede encontrarse una diversidad de opiniones entre los diferentes pueblos, las diversas épocas y hasta entre los filósofos ¿refuta esto la existencia de una verdad objetiva? En absoluto.
La verdad de una proposición no de depende de cuantas
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