El alma, según Platón

¿Qué es el alma?

Platón:

El alma, según Platón, puede interpretarse en dos sentidos: el alma como aquello que permite a los seres vivos realizar actividades vitales, y, en el caso del alma humana, como el principio divino e inmortal que nos faculta para el conocimiento y la vida buena.

Platón, al igual que la mayoría de los griegos consideró que el alma es el principio que anima los cuerpos de los seres vivos, que les da vida y movimiento. Pero lo particular o peculiar de su concepción se ve en su visión del alma como principio de racionalidad y dotada de un carácter divino. Para este autor el alma es la parte más excelente del hombre, gracias a ella podemos alcanzar la ciencia y al mismo tiempo realizar acciones buenas; el alma nos vincula con el mundo divino y está dotada de un destino inmortal.

El alma es espiritual y tiene la intuición de las ideas desde antes de venir a este mundo. Al nacer el alma es encerrada en la cárcel del cuerpo, por lo cual olvida todo conocimiento pero las ideas permanecen latentes en el fondo de nuestra conciencia. Según Platón aprender es recordar, puesto que el origen del conocimiento está en la vida prenatal.

En otras palabras el alma jamás muere, es inmortal. Ella siempre existirá sin importar los años, las décadas, los siglos que hayan pasado. Platón también cree en la reencarnación.

En el punto de vista de Platón existen tres clasificaciones para el alma:

Alma concupiscible:

Para Platón, esta es la parte mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos sensibles. En una de sus obras, “El mito del carro alado” Platón la representa con la metáfora del caballo malo y poco dócil.

Alma irascible:

Platón da este título a la parte del alma humana en donde se sitúan la voluntad y el valor. En el mito del carro alado la representa con la metáfora del caballo bueno y dócil al auriga.

Alma racional:

Llama así Platón a la parte superior del alma humana, inmortal y divina, y con la que alcanzamos el conocimiento y la vida buena. Platón la representa en el mito del carro alado con la metáfora del auriga.

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