El dinero no lo es todo

Alejandro Lomelín Urrea

Comunicación Oral y Escrita

22 de octubre del 2015

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El dinero no lo es todo

La felicidad humana generalmente no se logra con

 grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas

 veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos

 los días. (Benjamín Franklin)

He aprendido muchas cosas en mi vida, pero existe una enseñanza que marca quién soy. Es algo que me enseñó Don Nacho el caballerango de mi rancho. Estábamos en una mañana de diciembre, con un frío infernal, pero la belleza del campo resaltaba aún más. Ahí fue cuando él me dijo: “Esto es algo que el dinero no puede comprar.” Para una persona que tiene muy pocos bienes materiales, como lo es el Don Nacho, resulta increíble que siendo la persona más humilde que conozco, a simple vista es una de las más felices. Esta anécdota demuestra que la felicidad es más que lo que el dinero puede comprar. El dinero puede que cause bienestar, pero no necesariamente es la causa de la felicidad. Aunque también es cierto que el dinero causa bienestar, puede comprar bienes materiales y lujos deseados por las personas, pero aún más importante: compra experiencias inolvidables.

        Uno de los problemas más grandes de nuestra sociedad es la avaricia. Las personas se han convertido en seres envidiosos, que no celebran las grandes hazañas ajenas. Un simple ejemplo es lo que sucede en el mundo del futbol. Hay jóvenes en todo el país que tienen como sueño ser un futbolista profesional, con mucho dinero y con todas las cosas que el dinero trae consigo. Uno de mis amigos más cercanos juega en el Atlas, y él me ha hablado de su experiencia como futbolista. Me llamó la atención ya que me confesó que era un ambiente insoportable. Sus compañeros eran envidiosos, y que muchas veces en los entrenamientos lesionaban a la competencia. Esto es solo un pequeño ejemplo de la forma en la que el sueño del dinero cambia a las personas. En el ensayo voy a sustentar mi argumento con el libro de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, junto con el de Wilhelm Schmid La felicidad. Junto con las películas de Nosotros los nobles, y Corazón de caballero. La forma en la que el dinero rompe con la moral de la sociedad y de personas en la historia de la humanidad que han logrado obtener la felicidad sin la ayuda del dinero.

        Muchas veces la felicidad no se obtiene ni con todo el material del mundo, muchas veces solo la inocencia lo logra. Cien años de soledad, escrita por Gabriel García Márquez es una novela, que en mi opinión personal, es magnífica. Trata de la estirpe de la familia Buendía. Todo comienza cuando José Arcadio Buendía funda la ciudad de Macondo, en un principio todos pensaban ser felices, pero conforme pasa el tiempo, esa felicidad se esfuma. Úrsula, su esposa que vivió por más de cien años, tuvo muy pocos recuerdos felices en su vida. Y cabe recalcar que pasó por todo, fue pobre, mientras en otra época en su vida tuvo una riqueza inigualable en el pueblo de Macondo y sus alrededores. Tuvo hijos, nietos, bisnietos, hasta niños y niñas que trató como suyos hasta el día de su muerte. Y a pesar de todo eso ella nunca fue feliz. Al igual que el Coronel Aureliano y su hermano José Arcadio. Y adentrándonos más a la estirpe encontramos a un triste y confundido Aureliano Segundo, el que más riquezas llegó a adquirir en su vida. En mi memoria, únicamente hay un personaje que fue feliz toda su vida. Remedios la Bella, la mujer más bella jamás vista en Macondo. Sin embargo, era la más inocente de todas, mientras su cuerpo cambió y se volvió toda una mujer, su mente se mantuvo en estado de niño. Mi teoría es que su inocencia fue lo que la mantuvo feliz toda su vida. (García Márquez, 1967)

        Wilhelm Schmid define la felicidad como algo inalcanzable. En el primer capítulo habla del bienestar, y de la forma en que el bienestar es muchas veces confundido por la felicidad. El dinero puede que cause bienestar, porque hace que no haya ninguna preocupación. El sentido hace que nuestra mente capte que en realidad no somos tan felices como nosotros creíamos. Al reflexionar lo que tienes en la vida, te darás cuenta que, la mayoría de las veces hay un hueco en tu interior. Schmid también habla del sentido que se percibe físicamente en los seres humanos. Los humanos buscan encontrar la felicidad con base en lo que perciben en ellos física y mentalmente. Schmid también nos dice que la felicidad materialista es un término de la felicidad que es confundido constantemente dentro de la sociedad. Al leer el libro de la felicidad, he llegado a una conclusión. Si es posible llegar a ser feliz, únicamente si, logras reunir todos los temas del libro, y muchas veces es posible lograrlo sin una fortuna. (“La Felicidad Wilhelm Schmid,” n.d.)

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