El hombre es un animal que actúa.

Filosofía – el hombre es un animal que actúa

¿Cómo se puede definir al hombre? Es una pregunta que ha perdurado a través de los años, empiezo citando entonces a André Compte-Sponville en Invitación a la filosofía 

¿Qué es el hombre? En la historia de la filosofía no faltan las respuestas a esta pregunta. ¿Es el hombre un animal político, como quería Aristóteles? ¿Un animal que habla, como él mismo decía? ¿Un bípedo implume, como afirmaba graciosamente Platón? ¿Un animal razonable, como pensaban los estoicos y después los escolásticos? ¿Un ser que ríe (Rabelais), que piensa (Descartes), que juzga (Kant), que trabaja (Marx), que crea (Bergson)?

Más adelante, André Compte-Sponville define al hombre sólo como especie para quedar fuera de definiciones incompletas, por ser amplias o estrechas, como las definiciones citadas anteriormente. Sin embargo, hay una característica que engloba y contiene la mayoría de las demás: la acción. El hombre es un animal que actúa, entendiendo actuar no como el cumplimiento de tareas previamente programadas genéticamente para satisfacción de los instintos, sino como acción que va más allá de suplir una carencia, del seguir y actuar conforme a los instintos. “El ser humano cuenta con una programación –biológica- en cuanto ser vivo pero debe autoprogramarse como humano” (Savater, 2003, p.21). Entonces, a diferencia de otros animales, la humanidad no está completamente determinado por sus instintos, pues puede ir en contra de ellos. Si los instintos muestran cuál es la naturaleza de una especie, y los humanos pueden ir en contra de ellos ¿cuál sería entonces su naturaleza?

La improvisación es una característica esencial del ser humano, pues como éste no tiene un rasgo que lo haga superior en algún sentido –como los dientes hacen superior al tiburón,  o el olfato a los elefantes- tiene que hacer uso de su cerebro, que aunque no es una propiedad que le permita hacerle frente a un león cuerpo a cuerpo, le permite enfrentársele con el uso del ingenio. Por tanto, es imprescindible para el hombre pensar, pues al no poder hacer uso de sus piernas para poder alcanzar corriendo a un búfalo para comer, se ve obligado a juntarse con otras personas, hacer una estrategia y compartir el banquete.

El hombre crea a partir de su necesidad, de lo que le falta, se aprovecha de ella y torna favorables situaciones que en un principio no lo eran, se vive en una eterna carencia que no va a suplirse nunca, pues el ser humano siempre quiere más, no hay un punto donde éste se sienta totalmente a gusto con lo que posee, aparte de inventar cosas que le sean útiles, se inventa a sí mismo día a día, es un proyecto, una recopilación de toda la historia de la humanidad, pues sin la historia, no podría haber llegado a ser lo que es, el mayor invento del hombre es, por lo tanto, su propia vida, ya que desde que es consciente hasta que deja de serlo, busca su felicidad, su bienestar, búsqueda que no tiene un manual, y requiere que cada persona la encuentre a su manera, sólo provisto de una base que provee la política, las leyes, que impiden el atentar contra la integridad de los semejantes y apelan al bien común.

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