El hombre comparado con el animal
Enviado por j1aa2c0000 • 30 de Enero de 2014 • 1.068 Palabras (5 Páginas) • 409 Visitas
El hombre comparado con el animal
Otra cosa más que una necesidad, un apetito, cualidad por cierto muy diferente de la que produce una serie de acciones dirigidas a un mismo objeto. ¿Si los animales estuvieran dotados de esta facultad no veríamos a algunos de ellos mandar sobre los otros, y obligarlos a proporcionarles el alimento, a cuidarles y aliviarles en sus dolencias y enfermedades?
No hay en todo el reino animal señal alguna de esta subordinación, ni la más remota apariencia de que alguno de ellos conozca y ejerza la superioridad de su naturaleza sobre los demás. De aquí se deduce una consecuencia necesariamente, a saber que todos los animales son de igual idéntica naturaleza, y que la del hombre no sólo es superior a la de estos, sino enteramente diversa.
El hombre por signos externos manifiesta lo que pasa en su interior, comunica su pensamiento por medio de la palabra, signo común a toda la especie humana. El hombre salvaje habla, el hombre civilizado habla, y ambos usan de los sonidos que articulan su lengua, y constituyen las palabras para darse a entender. Ningún animal usa de la palabra, este signo por el que se revela el pensamiento, y no es como creen algunos por defecto de la configuración de sus órganos. No. La lengua del mono aparece después de un examen anatómico tan perfecta, también configurada como la del hombre, y sin embargo los monos no hablan. ¿Y por qué? Porque la palabra proviene del pensamiento. Si los monos pensasen hablarían nuestro lenguaje, y si suponemos que son capaces de pensar aunque en un orden más inferior que el hombre, hablarían con los otros monos, pero nunca se les ha visto, jamás se les ha oído hablar, discurrir juntos, porque para esto se necesitaría un orden, una serie de pensamientos a su modo, pero semejante a los nuestros. Nada pasa pues en el interior de los animales, seguido, y ordenado, pues nada expresan por signos combinados y arreglados.
No tienen ni aun en el más mínimo grado la facultad de pensar.
La prueba de que el no hablar los animales no consiste en la configuración de sus órganos, es que se conocen muchas especies en las que se les ha enseñado a pronunciar palabras, más aún, a repetir largas frases, pero jamás se ha conseguido hacerles entender lo que significaban estas palabras, las repiten, las articulan solo como un eco o una máquina artificial podría repetirlas, y articularlas. No es pues la potencia mecánica, o los órganos materiales los que hacen falta a los animales para hablar, sino la potencia intelectual, la facultad de pensar.
Una lengua, un idioma aun el menos perfecto supone una serie de pensamientos. Como los animales no piensan, por eso carecen de lenguaje. Aun cuando queramos suponer en el hombre común con los animales las sensaciones mas groseras, y maquinales es cierto que son incapaces de la asociación de ideas, que es lo que únicamente puede producir la reflexión, en lo que consiste la esencia del pensamiento. Como los animales no pueden reunir ni combinar una sola idea, no piensan, y como no piensan no hablan, y por esta razón no inventan ni perfeccionan nada. Si aun en el grado más ínfimo e imperceptible fuesen capaces de reflexión, serían capaces
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