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Ensayo sobre el discurso del método de Rene Descartes


Enviado por   •  29 de Mayo de 2019  •  Ensayo  •  1.567 Palabras (7 Páginas)  •  264 Visitas

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Juan Nicolás García Vega   11-a

Ensayo sobre el discurso del método de Rene Descartes

En el discurso del método, Descartes da a conocer el método que utilizo para poder llegar al conocimiento verdadero y encontrar la verdad, utilizando la duda como principal herramienta para llegar a tal punto. Esta obra está dividida en seis partes, de las que analizare las cuatro primeras.

En la primera parte Descartes se da cuenta que todo lo aprendido al terminar sus estudios no le sirve para encontrar la verdad, lo argumenta con esta frase: “…me embargaban tantas dudas y errores, que me parecía que, procurando instruirme, no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez más mi ignorancia.”[1], entonces decide salir de su país para aprender del gran libro del mundo; también nos habla del sentido común, diciendo que esto es la cosa mejor repartida del mundo, ya que nadie quiere tener más o menos sino que están conformes con el que tienen, dice también que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que se conoce como buen sentido o razón, es igual para todos los hombre y por lo tanto la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino de la diferencia de nuestros pensamientos y los diferentes puntos de vista de cada uno; en esta primera parte aclara que el método formulado por él para aumentar el conocimiento poco a poco y dirigir bien su razón no tiene propósito de enseñar, sino solo es para mostrar el modo de como él lo hace, y lo dice con estas palabras: “Mi propósito, pues, no es el de enseñar aquí el método que cada cual ha de seguir para dirigir bien su razón, sino sólo exponer el modo como he procurado conducir la mía.”[2]

En la segunda parte analiza la diferencia de perfecciones entre obras hechas por muchos maestros y obras hechas por un solo maestro, concluyendo que no hay tanta perfección en la obra hecha por muchos maestros como en la obra hecha por un solo maestro. Todo esto lo explica con dos ejemplos. El primero es el ejemplo del edificio: “Así vemos que los edificios que un solo arquitecto ha comenzado y rematado suelen ser más hermosos y mejor ordenados que aquellos otros que varios han tratado de componer y arreglar, utilizando antiguos muros, construidos para otros fines.”[3] ,y el segundo dice: “Esas viejas ciudades, que no fueron al principio sino aldeas, y que, con el transcurso del tiempo han llegado a ser grandes urbes, están, por lo común, muy mal trazadas y acompasadas, si las comparamos con estas otras plazas regulares que un ingeniero diseña, según su fantasía, en una llanura”[4] y con todo esto se puede llegar a la conclusión de que las ciencias de un solo autor son más perfectas, pero con esto no pretende cambiar toda la enseñanza de esas ciencias sino pretende cambiar su propia forma de pensar, y solo la podría empezar a cambiar si primero la destruye toda y vuelve a empezar a construirla sobre bases más sólidas.

En esta parte da a conocer su método para alcanzar la verdad, este se compone de cuatro reglas:

  1. No admitir cosa alguna hasta que no se conociese evidentemente como tal.

  1. Dividir las dificultades que se van a analizar en cuantas partes como fuera posible y en cuantas se requiriese para su mejor solución.
  1. Conducir con orden mis pensamientos, desde lo más sencillo y fácil de conocer, hasta lo más compuesto y difícil de conocer, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente.
  1. Hacer en todo recuentos tan integrales y revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada.  

En la tercera parte Descartes crea otro tipo de método, pero esta vez de moral y lo llama “moral provisional”[5]. Él hizo esto ya que, mientras se dedicaba a dudar de todo, debía apegarse a ciertos principios para no extraviarse en su búsqueda de la verdad y poder moverse en el mundo tranquilo. Este moral provisional consta de 3 máximas:

  1. Obedecer las leyes y costumbres de su país, conservar su religión católica y guiarse por las opiniones más moderadas. Él hacia todo esto para no tener problemas ni con el rey ni con el papa porque en ese momento eran la mayor autoridad y también para proteger su vida, ya que la religión era muy radical con los escépticos o con los que la contradecían, los torturaban y algunos hasta tal punto de provocarles la muerte como le paso a Galileo

  1. Ser lo más firme y lo más decidido en las acciones y en seguir, con no menos firmeza, las opiniones más dudosas como si hubieran sido verdades. Toma de ejemplo a los caminantes y dice: “…imitando en esto a los caminantes que, extraviados en algún bosque, no deben andar errantes dando vueltas por una y otra parte, ni menos detenerse en un lugar, sino caminar siempre lo más derecho que puedan hacia una sitio fijo, sin cambiar de dirección por leves razones, aun cuando en un principio haya sido sólo el azar el que les haya determinado a elegir ese rumbo, pues de este modo, si no llegaban precisamente a donde quieren ir, por lo menos acabarán por llegar a alguna parte, en donde es de pensar que estarán mejor que no en medio del bosque.”[6]
  1. Cambiar nuestros pensamientos antes que el orden del mundo. Afirma que nada excepto los pensamientos están enteramente en nuestro poder. Una explicación sencilla para esto sería cambiar nuestro pensamiento, ya que nuestra voluntad desea cosas que para nuestro entendimiento en cierto modo son posibles, entonces ya que lo único que tenemos bajo nuestro poder son nuestros pensamientos, seria cambiar esos pensamientos de que esas cosas son posibles a que esas cosas son imposibles para que nuestra voluntad no las deseara.

En la cuarta parte es donde aparece la famosa frase “yo pienso, luego soy”[7] y esta se surge de la siguiente explicación: como Descartes se dedicaba a dudar de todo, tenía que haber algo de lo que no pudiera dudar para poder empezar a conocer desde ese punto, esa certeza de la que no podía dudar, de lo que estaba completamente seguro y desde la cual empezaría a construir su edificio del conocimiento era que no podía dudar de que estaba dudando y como dudar es pensar, no podía dudar de que pensaba, y si piensa es porque existe y de este pensar proviene la naturaleza misma del alma humana y es de una naturaleza absolutamente distinta a la del cuerpo y existiría aunque el cuerpo no existiera. También demuestra la existencia de Dios diciendo que nosotros tenemos metida en la mente, por así decirlo la idea de perfección, aunque nosotros mismo no somos perfectos, así que de algún modo o de alguna parte hemos adoptado esa idea. Descartes llega a la conclusión de que debe existir algo o alguien de donde provenga esa idea, ya que sería ilógico decir que proviene de la nada y más ilógico sería decir que lo más perfecto proviene del no ser. Por eso para Descartes la idea de Dios es una idea innata, en la cual Dios es eterno, inmutable, omnisciente y omnipotente, es decir posee todas las cualidades que podemos imaginar, pero no poseer.

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