Ensayo:¿Para qué sirve la Filosofía?
Enviado por satprem • 22 de Diciembre de 2015 • Ensayo • 1.796 Palabras (8 Páginas) • 637 Visitas
¿Para qué sirve la Filosofía?
Prof. Renato Huerta
Es la pregunta que repiten siempre quienes tienen una mirada carente de profundidad sobre la educación o la cultura en general. La respuesta de los filósofos a esta interrogante si bien no ha carecido de hondura no ha sido lo suficientemente amplia ni clara para satisfacer las inquietudes de los estudiantes. Obviamente a la filosofía no le corresponde prepararnos para construir puentes ni diseñar aviones. No, la filosofía apunta a entregarnos otros valores que no tienen que ver con la construcción de estructuras materiales al servicio de la vida práctica del ser humano. La filosofía es una disciplina cuyo aporte ha de buscarse en el mundo de los valores intelectuales y morales tales como la verdad y el bien. Para la educación, ni siquiera para la educación técnica, no es suficiente preparar “hombres prácticos”, es decir, seres humanos que sólo reconocen sus necesidades materiales y que sólo valoran aquel conocimiento a partir del cual pueden satisfacer tales necesidades. Lamentablemente esta idea de una educación que renuncia a desarrollar el intelecto y sus valores de verdad y bien es la que se ha impuesto en la curriculum chileno actual de la educación técnica.
Como enseñó, Bertrand Russell, el ser humano que no tiene formación filosófica transita por la vida esclavo de los prejuicios que surgen de la irracionalidad del sentido común o de las creencias o mitos habituales de su tiempo y de su país. Más aun, hoy cabe agregar que quien está educado en filosofía está además mejor preparado para descubrir los engaños de las apariencias de la publicidad y de la propaganda que se hace pasar por ciencia de suerte que la filosofía también contribuye a formarnos en una mentalidad capaz de distinguir lo verdadero de lo falso o de lo aparentemente verdadero. En tal sentido aprender a filosofar es dejar atrás la mente ingenua.
Otro aporte de la filosofía es, según Russell, ampliar los horizontes del ser humano instintivo que está limitado al mero círculo de sus intereses familiares y los amigos, sin conciencia alguna del devenir del resto del mundo. La vida ansiosa y limitada del hombre impulsivo, contrasta con la vida serena y libre de quien ha despertado a la razón y a la reflexión. Mientras que quien actúa impulsado por sus deseos sólo conoce una constante lucha entre los anhelos que lo consumen. La filosofía, en cambio, nos ofrece un camino de paz basado en la liberación del intelecto mediante el ejercicio de sus estrategias, como, por ejemplo, la contemplación.
La contemplación filosófica amplía el mundo, superando esa visión estrecha de amigos y enemigos, de lo útil e inútil, de lo bueno y de lo malo, percibiendo el todo de un modo imparcial, haciéndonos participar del infinito. Quien se ha formado en filosofía, modelado por la libertad y la imparcialidad de la contemplación, transmitirá esa libertad y esa imparcialidad a la cotidianidad, viendo sus proyectos y sus deseos como parte de un todo.
La imparcialidad de la contemplación se traducirá en justicia en el día a día, entregándola a todos y no sólo a aquellos que juzgamos útiles o admirables. Según Russell, gracias a la contemplación nos convertimos en ciudadanos del mundo y no sólo de una ciudad determinada, aislada o en guerra contra las demás. Y es en esta ciudadanía del mundo que consiste la verdadera libertad del ser humano y su liberación del chauvinismo, de los fanatismos o fundamentalismos.
Más allá de lo anterior, y a partir de mis veinticinco años de impartir filosofía, puedo afirmar responsablemente que entre las competencias o destrezas más valiosas que nos entrega, a través de su aprendizaje, están:
La capacidad de desarrollar el pensamiento abstracto y, por tanto, transversal de tal modo de mejorar los aprendizajes en los subsectores más demandantes al respecto: por ejemplo, matemáticas o física, etc. La capacidad de mejorar el razonamiento y los procesos de inferencia, vale decir, la deducción, la inducción y la abducción, mejorando así significativamente los procesos de comprensión lectora. La capacidad de obtener información de fuentes verdaderas, de analizar, sintetizar e interpretar datos relevantes de índole cultural, social, política, ética o científica, y de emitir juicios reflexivos sobre ellos. La capacidad de plantear y resolver problemas, así como de tomar decisiones, en un tiempo limitado. La capacidad de transmitir a otros (expertos o no) información, ideas, problemas, pero también soluciones. La capacidad permanente de mejora y de motivación por el perfeccionamiento. Para esto sirve la filosofía en términos de desarrollo intelectual. Pero también su aprendizaje nos ofrece una serie de competencias interpersonales: por ejemplo, la capacidad de crítica y autocrítica; la capacidad de dialogar fecundamente con personas que cultivan otras formas de conocimiento o de cultura; la capacidad de adquirir compromisos sociales y éticos, la capacidad de respetar y tolerar la diferencia y la pluralidad. Y entre las competencias sistémicas que nos desarrolla la filosofía están: la capacidad de aplicar los conocimientos a la práctica; la capacidad de aprendizaje autónomo; la capacidad de innovación y creatividad y, finalmente la capacidad de asumir tareas de liderazgo, coordinación y representación.
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