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Epicureos


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  2.782 Palabras (12 Páginas)  •  1.304 Visitas

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Ética

1) Los Epicúreos:

Es un sistema filosófico que defiende la búsqueda de una vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la ataraxia ("ausencia de turbación") y los vínculos de amistad entre sus correligionarios.

Para los epicureistas los besos con amor eran la base de todo, ya que para ellos el amor era lo que les daba alegría a las personas. Fue enseñada por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a. C. que fundó una academia llamada el Jardín y cuyo pensamiento fue seguido después por otros filósofos, llamados epicúreos.

2) La felicidad como hedonismo:

Es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor y de las angustias, como objetivo o razón de ser de la vida.

• El bien supremo es el placer.

• Epicuro

• Aristipo de Cirene

 Las escuelas clásicas del hedonismo

Existen escritos de Epicuro y de sus seguidores que nos muestran sus doctrinas: entre los deseos, algunos son naturales y necesarios y otros ni naturales ni necesarios, solo consagrados a la opinión vana. La disposición que tengamos hacia cada uno de estos casos determina nuestra aptitud para ser felices o no.

• Dentro de los deseos naturales y necesarios encontramos las necesidades básicas físicas, como alimentarse, calmar la sed, abrigarse y el sentido de seguridad.

• Dentro de los deseos naturales e innecesarios están la conversación amena, la gratificación sexual y las artes.

• Dentro de los deseos innaturales e innecesarios están la fama, el poder político, el prestigio y los generados por las empresas.

 Epicuro formuló algunas recomendaciones con respecto a estas categorías:

• Debemos satisfacer los deseos naturales necesarios de la forma más económica posible.

• Podemos perseguir los deseos naturales innecesarios hasta la satisfacción de nuestro corazón, no más allá.

• No debemos arriesgar la salud, la amistad o la economía en la búsqueda de satisfacer un deseo innecesario, pues esto solo conduce a un sufrimiento futuro.

• Hay que evitar por completo los deseos innaturales e innecesarios pues el placer o satisfacción que producen es efímero.

La filosofía epicúrea ganó un gran número de adeptos. Fue una importante escuela de pensamiento que perduró durante siete siglos después de la muerte de su creador. Hacia la Edad Media decayó y fueron destruidos muchos de sus escritos. Sin embargo, hoy existen remanentes de esta doctrina que han sido compilados y difundidos por el mundo.

Los epicúreos sostenían que el placer verdadero es alcanzable tan solo por la razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la prudencia. En los siglos XVIII y XIX, los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill hicieron la propuesta de una doctrina universal más conocida como utilitarismo. Según esta teoría, el comportamiento humano debe tener como criterio final el bien social. Hay que guiarse moralmente buscando todo aquello que proporciona y favorece el bienestar de un mayor número de personas.

Por tanto, se puede concluir que:

• Todos los seres humanos nacen con la posibilidad de experimentar placer.

• El placer no es bueno, ni malo, simplemente existe.

• Lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta dónde llega.

• Todos los extremos son inconvenientes, el exceso de placer se convierte en vicio.

• El placer no es solamente la gratificación sensual o sexual.

• Existen placeres que a la postre traen infelicidad, insatisfacción o contratiempos, como la popularidad o la fama.

• El mayor placer para la especie humana debe girar en torno al servicio a los demás.

• Si se aprende a distinguir verdaderamente lo que es placer, se vivirán muchos momentos de felicidad.

Las dos escuelas convergen en su repudio por la superstición y la religión y sus bases en la conducta y el juicio mediante la experiencia y la razón. Así anticipan las posiciones del humanismo y del iluminismo posterior. De todas formas, difieren en lo siguiente:

La escuela cirenaica (siglos IV y III a. C.) fue fundada por Aristipo de Cirene. Fue una de las más antiguas escuelas socráticas y enfatizaba solo un lado de las enseñanzas de Sócrates. Con base en la afirmación de Sócrates de que la felicidad es uno de los fines de la acción moral, Aristipo mantenía que el placer era el bien superior. Decía que las gratificaciones corpóreas, que consideraba intensas, eran preferibles a las mentales. Los cirenaicos también negaban que se pospusiera la gratificación inmediata por la ganancia a largo plazo. En este respecto difieren de los epicureistas.

El epicureísmo identificaba el placer con la tranquilidad y enfatizaba la reducción del deseo sobre la adquisición inmediata del placer. En esta forma, el epicureísmo escapa a la objeción precedente: mientras el placer y el bien mayor son de hecho lo mismo, Epicuro argumentaba que el placer más alto consiste en una vida simple, moderada, complementada con discusiones filosóficas entre amigos. Enfatizaba que no era bueno hacer algo que a uno le haga sentir bien si después de experimentarlo denigraría las experiencias posteriores y no le permitiría sentirse bien. Así mismo afirmaba que a veces por tener placeres momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior. Epicuro entendía por placer la ausencia de dolor.

3) Ética cristiana:

Radica en la práctica del bien y de las buenas obras, tal como lo manda Jesucristo en el Evangelio. Por otra parte, el bien o el buen obrar está presente de modo intrínseco en la persona misma, que según el dogma cristiano fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Cabe hacer notar que en la cultura luterana de los países nórdicos se cree que el hombre no es bueno en sí mismo y que necesita a Dios para librarse de su mal obrar.

4) El sermón de la montaña:

El Sermón del monte o de la montaña fue, de acuerdo con el Evangelio según san Mateo, un sermón impartido por Jesús de Nazaret a sus discípulos y a una gran multitud (Mat. 5:1; 7:28). La tradición dice que la alocución se desarrolló en la ladera de una montaña (de ahí su nombre). Algunos cristianos contemporáneos creen que se trataba de un monte al norte del Mar de Galilea, cerca de Cafarnaúm.

El Sermón del Monte puede ser considerado como similar (pero más sucinto) al Sermón del Llano como se menciona en el (Lucas 6:17–49). Algunos comentaristas creen que puede tratarse de versiones distintas del mismo texto, mientras que otros dicen que Jesús predicaba frecuentemente temas similares en

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