Eutanasia

Universidad de Guadalajara

Centro Universitario de la Ciénega

Negocios internacionales

Universidad y siglo XXI

¿Muerte asistida?

Araceli Sánchez González

Hidalgo Barba Karime Michelle

Ocotlán Jalisco

20 de marzo del 2014

Abstract

La eutanasia, rechazada y aceptada, ¿por qué? ¿Temor a la muerte a la muerte? La eutanasia o también llamada muerte misericordiosa, es un tema a debatir, difícil de tratar gracias al mundo multicultural en el que vivimos, es solo un paso más de la vida, el último. El presente trabajo les ilustrará mi punto de vista ético sobre los pros, contras y polémicas que causa la eutanasia al igual de cómo se está resolviendo políticamente en nuestro país, nos mostrará cuan fascinados o atemorizados vivimos con el hecho de que vamos a morir, pero ¿estamos preparados para decidir “como” vamos a morir? la ponencia sobre la eutanasia de los grandes filósofos Platón e Hipócrates, las cuales se encuentran en diferentes extremos, nos pondrán a dudar si deberíamos estar en pro o en contra de la eutanasia.

El hombre desde el origen ha creado un tabú en torno a la muerte, a nuestra preciosa salida de escape de este mundo tan hostil. Unos le temen, huyen de ella de manera necia, la repudian y la rechazan como el peor de todos los males, otros la idolatran, la esperan, la aman, la desean.

Pero, ¿qué es lo que la hace tan intrigante? ¿Qué es lo que la hace tan amada u odiada? O la pregunta más importante, ¿Qué es la muerte? Si se intentara responder a las primeras dos preguntas, la respuesta sería algo muy subjetiva, ya que no todos poseemos la misma concepción de ella, esto se debe a la educación que tenemos, esos pensamientos que se nos inculcaron desde niños. Es intrigante, porque no conocemos nada sobre ella (no de manera científica), sin embargo, muchas religiones tratan de ilustrarnos cómo es y que hay al atravesar el umbral que hay entre la vida y la muerte, pintándonos un bello paraíso para aquellos que han obrado bien y un eterno suplicio para quienes han hecho el mal.

Contestando a la última pregunta, apoyándome en la ciencia, un proceso fisiológico más, inevitable e irremediable, como dice el dicho, para todo hay solución menos para la muerte. Decimos que no existe una verdad absoluta, yo difiero a esta afirmación, ya que todos vamos a morir, y ya que esto es un hecho, ¿podemos elegir la manera en que morimos, o en el momento necesario?

La eutanasia puede ayudar a algunas personas. La palabra eutanasia tiene un origen etimológico griego, euzanasía y significa “buen morir”. Posteriormente surgieron otros significados como “muerte rápida y sin tormentos”, “muerte tranquila y fácil” y “muerte misericordiosa”.

La historia de la eutanasia no es muy reciente, pero el termino fue acuñado al filosofo inglés Francis Bacón que nos mencionaba “que compete al médico proporcionar salud y suavizar las penas y dolores preparándolos hacia la muerte con todos los recursos de la razón “.

La eutanasia según la Real Academia Española, significa: Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.

Peter Singer señala que “la eutanasia se refiere a acabar con la vida de los que padecen de enfermedades incurables, que padecen de gran dolor y angustia, por el bien de los que mueren y para ahorrarles más sufrimientos o angustias”1.

Se desata una gran polémica con esta difícil acción, hay quienes estamos a favor, y otros por el contrario están en contra por cuestiones éticas y morales, por costumbres e incluso tu religión, yo me pregunto, ¿Qué tan difícil será para nosotros “matar” a alguien? La decisión es tomada por un familiar o por el mismo paciente.

Platón en su libro III de la Republica, afirma que cada ciudadano tiene un deber que cumplir en todo Estado bien organizado. “Nadie puede pasar la vida en enfermedades y medicinas, tu establecerás, oh Glauchón, una disciplina en el estado y una jurisprudencia tales como nosotros la entendemos, limitándote a dar cuidados a los ciudadanos bien construidos de alma y cuerpo. En cuanto a los que no son sanos corporalmente se les dejará morir”.2

Por otro lado Hipócrates tiene una opinión diferente a la de Platón, oponiéndose a la eutanasia, podemos leer en el Juramento de Hipócrates, juramento que todo egresado de medicina debe firmar, expresándonos lo siguiente “A nadie daré veneno, y si alguno me propone semejante cosa, no tomaré en consideración la iniciativa de tal sugestión. Igualmente me abstendré de aplicar pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza”.

Aun no se llega a un acuerdo de parte de todas las personas en aceptar la eutanasia provocando una gran polémica en los países que quieren aplicarla, vemos por una parte que la Eutanasia Solutiva si es aceptada por muchas personas, esta consiste en darle a un enfermo o anciano asistencia psicológica y espiritual para el proceso de la muerte o suministrándoles calmantes. Y la Resolutiva es aquella que incide en la duración del proceso hacia la muerte ya sea reduciéndolo o suprimiéndolo en interés del enfermo o el anciano. La discusión hace énfasis en la eutanasia resolutiva, ya que en la solutiva no se le está quitando la vida a nadie, únicamente apoyo moral y psicológico para acarrear este proceso mortuorio.

Quienes están a favor dan como argumentos motivaciones de compasión para entender el sufrimiento del individuo que esta enfrentándose a enfermedades terminales o incurables, que vienen de la mano con el dolor físico y psicológico. Se pone en plano también el derecho a la libertad, a la dignidad y a la autonomía que posee la persona en lo que involucra la toma de decisiones libres sobre su propia persona. Pidiéndose también la legalización y despenalización de la eutanasia como reconocimiento de la realidad.

Las personas que se manifiestan contra la eutanasia tienen como principal argumento que el derecho a la vida constituye un valor universalmente reconocido, involucrando también a Dios “dador de la vida”. También dan su punto en el peligro que significaría la legalización de la eutanasia, pues cabe la posibilidad a una aceptación en casos innecesarios. Otro fundamento que señalan es que aceptar la eutanasia produciría un deterioro de la confianza en los médicos por parte de los pacientes.

En algunos países como Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y algunos estados en Estados Unidos

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