Existir Sin Ser
Enviado por fernanda0607 • 24 de Noviembre de 2013 • 2.129 Palabras (9 Páginas) • 287 Visitas
¿Existir sin ser?
Descartes anunciaba siglos atrás: “Pienso, luego existo”.
Tras este enunciado se escondía un cambio trascendental en la filosofía moderna: La prueba de mi existencia radica en la capacidad de percibirme a mi mismo. Sin embargo, no solucionaba el problema que más angustia nos genera, el cual es: Existo, pero que soy?
Los existencialistas fueron un paso más allá y, en resumidas cuentas, proponen la siguiente frase: Primero existo, luego soy. Esta idea, a pesar de su aparente sencillez, esconde una carga de responsabilidad sumamente pesada. Nos invita a aceptar que lo que somos depende completamente de nuestras propias decisiones, del ejercicio de nuestra libertad. Los existencialistas obvian el problema de la existencia de Dios, asumen la hipótesis de su inexistencia, y el resultado es que nuestra responsabilidad por nuestras acciones y sus consecuencias no solo es completa, sino exclusivamente nuestra.
Partiendo de esta idea filosófica atea, la humanidad dejo de buscar el camino preestablecido a la salvación y decidió crearlo con sus propias manos. El problema ha sido que la carga es sumamente pesada y no hemos podido deslastrarnos por completo de las concepciones filosóficas que pregonan el absoluto como respuesta a todos los problemas.
La pregunta: “que soy?” puede ser intelectualmente divertida de intentar contestar, pero no tiene ningún tipo de utilidad a los efectos de nuestra vida. Esa pregunta solo se puede responder con distintos enunciados, y nuestra experiencia subjetiva de la realidad no puede ser explicada solo a través de enunciados. Podemos decir “somos un animal racional”, y es cierto. Podemos decir: “tenemos 5 sentidos que nos permiten percibir la realidad y una capacidad intelectual que nos permite racionalizar la información procesada”, y es cierto.
Podríamos seguir con cientos de enunciados mas, incluso individualizarlos, y no estaríamos cerca de definirnos. No es solo por nuestra complejidad como seres vivos, es también por la imposibilidad de definición de conceptos abstractos que sufrimos en nuestro lenguaje. Solo podemos definir los conceptos a través del uso de palabras, el problema es que para ser coherentes con el método de definición sistemática de los conceptos, tuviésemos que definir siempre todas las palabras que conforman la definición, y al solo poder hacerlo con palabras, el resultado sería una cadena infinita de definiciones producidas por una sola frase. Como dijimos antes, puede ser divertido desde el punto de vista académico intentar hacerlo, pero no tiene ningún tipo de utilidad práctica.
Nunca nos hemos tomado las definiciones muy en serio, y debemos dar gracias por eso. Al tener una experiencia subjetiva de la realidad, interpretamos cada palabra de maneras muy distintas, imprimiéndole a la interpretación nuestro contexto social, económico, político y emocional. Si de verdad nos tomásemos las definiciones en serio, tuviésemos que detener el progreso de la humanidad y comenzar un congreso internacional de unificación de conceptos, en donde todos estaríamos obligados a participar, para de este modo interpretar homogéneamente cada palabra dicha por cada persona en cada oración.
El motivo por el que no le prestamos mayor atención a las definiciones es que no vemos su enunciación como una meta, sino como un medio para llegar a la satisfacción de una necesidad. Cuando alguien dice: “Necesito una silla”, esta persona puede estar pensando en una de cuero y giratoria, mientras otra está pensando en una de cuatro patas y de madera, y la manera de superar este aparente abismo informativo es que ambos asociamos la idea de silla con la idea de descansar. La silla satisface la necesidad de descanso temporal, y como lo que nos importa es descansar, una vez tengamos la silla: a quien le interesa la definición?
Volvamos ahora al tema principal de este ensayo: puedo existir sin ser? Como explicamos antes, no tiene sentido comenzar una disquisición filosófica sobre la definición de existencia o la definición de ser. Podemos partir de una idea básica: Somos seres humanos.
¿Qué es ser humano? Pues muchísimas cosas, pero podemos destacar un atributo que compartimos con el resto de los seres vivos: Tenemos necesidades, y nuestras acciones tienen como propósito la satisfacción de las mismas.
Ahora bien, ¿tenemos las mismas necesidades que los animales? Intuitivamente, todos sabemos que no.
Tenemos, al igual que los animales, la necesidad suprema de sobrevivir y reproducirnos, pero eso no basta para hacernos felices. Los humanos necesitamos más, necesitamos trascender.
Trascender es conectarnos con la realidad exterior, salirnos de nuestra piel y sentir que nuestra existencia no solo es física sino también espiritual. Es por esto que vamos a misa, vamos al cine, creamos una obra de arte o tenemos amigos. Si cumplimos nuestras necesidades básicas pero no logramos trascender, nos embarga un profundo aburrimiento, y cuando es crónico, la pérdida del sentido de la existencia.
Entonces, ¿cómo satisfacemos los humanos nuestras necesidades, tanto básicas como de trascendencia?
Lo logramos a través de relacionarnos concientemente con nuestro medio. Nuestra capacidad intelectual, principal diferencia con el resto de los animales, nos aporta los niveles de conciencia que tenemos del medio, y es solo a través de nuestro medio natural que podemos satisfacer nuestras necesidades. Cuando hablamos de medio no solo nos referimos a las rocas y plantas que nos rodean, nos referimos también a otros seres humanos. La humanidad ha caído en la tentación de pensar que nuestras necesidades de trascendencia las podemos satisfacer a través de un ejercicio de meditación alejado de la realidad. Los resultados no han sido del todo alentadores. Los humanos no solo somos seres racionales, también somos seres sociales, y la trascendencia también la obtenemos al interactuar con nuestros semejantes. Al ser seres sociales, todo lo que nos aísle nos aleja de nuestra condición de humanos. El camino para satisfacer nuestras peculiares necesidades solo puede ser un camino que nos conecte mas con la experiencia de ser seres humanos. Al comprender que necesito a otra persona para trascender no pierdo mi independencia como ser autónomo, del mismo modo como nadie piensa que no somos libres o autónomos porque tengamos que comer. Es esta inteligencia que nos permite observar el entorno y transformarlo para satisfacer nuestras necesidades lo que nos hace humano, y mientras más inteligencia, mas concientes de nuestro entorno seremos y mejor podremos satisfacer nuestras necesidades.
Así como hemos caído en la tentación de
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