Filosofia De Aristoteles Y Platon
Enviado por Lourdesnataly14 • 8 de Septiembre de 2013 • 2.888 Palabras (12 Páginas) • 506 Visitas
Todo sobre Aristóteles
BIOGRAFÍA Y OBRA:
Arístoteles fue un meteco, un ciudadano que no había nacido en Atenas pero que vivía allí. Nació en Estagira en el año 384 a.C. Vivió una época de turbulencias. El imperio en expansión de Macedonia había conquistado las ciudades estado griegas y existía cierto recelo por parte de los ciudadanos hacia los macedonios. Aristóteles era macedonio, pero ante todo era ciudadano de Atenas. Estudió en la Academia de Platón, de la que esperaba ser el director al morir su maestro. Pero Platón no lo designó a él para ese puesto, y molesto se marchó de Atenas. Viajó durante años y siguió cultivando su sabiduría. Aristóteles procedía de una familia de médicos, y desde siempre había sentido admiración por las ciencias naturales como la biología, la anatomía... etc. No es de extrañar, pues, que en su filosofía rechace la idea de Platón de dos mundos, dos realidades. Aristóteles creía en el mundo material, creía que lo componían seres, sustancias. Pero de eso ya hablaremos más adelante.
Regresó a Atenas en el año 342a.C aceptando la invitación del rey macedonio Filipo, que le pidió que se ocupase de la educación de su hijo Alejandro, quien más tarde sería Alejandro Magno. Durante los años gloriosos del Imperio Macedónico, con Alejandro Magno y todas sus conquistas, Aristóteles siguió viviendo en Atenas, y fundó el Liceo, la que podríamos considerar como la primera universidad, debido a sus características. En el Liceo Aristóteles desempeñó una importante labor investigadora y docente. Cuando murió Alejandro en el 323a.C, el Imperio Macedónico se vio fragmentado, y su supremacía extinguida. Entonces tuvo que huir de su querida Atenas, pues los atenienses no simpatizaban con los macedonios, que ya no tenían ningún poder por esas tierras. Murió en la isla de Eubea en el año 322a.C.
La obra de Aristóteles ha llegado hasta nuestros días gracias a Andrónico de Rodas, un peripatético del siglo I.a.C. que ordenó y editó todos escritos que tenía en su poder. Dependiendo de los temas que trataban, ordenó los escritos en distintas categorías: la lógica, escritos sobre la naturaleza, teoría de las artes y escritos sobre la teoría del conocimiento. Aun así quedaron muchos papeles y notas sueltas que Andrónico no supo dónde colocar, ya que trataban temas muy dispares. A todos estos escritos los agrupó detrás de la Física, después de la Física, más allá de la Física... los llamó: La Metafísica.
METAFÍSICA:
La Metafísica Aristotélica es la teoría que Aristóteles propone para estudiar la realidad, de la que él no distingue dos partes. Platón hablaba del Mundo de las Ideas y del Mundo Tangible o Sensible, y Aristóteles defendía la idea de que sólo existe el mundo real, en el que vivimos, y que ese mundo está compuesto por seres, que a su vez se componen de la forma física y apariencia exterior y de la esencia interior. Así, un abeto es la forma de abeto (alto, tronco delgado, hojas alargadas...) y a la vez es la esencia de árbol. Todos los abetos tienen en común que son árboles. Aristóteles hablaba del estudio de los seres, pero no en cuanto a sus cualidades particulares, sino a las generales, que se dan en todos ellos. Estudiaba, por ejemplo, el árbol no en cuanto a árbol, sino en cuanto a ser. La única cualidad que se puede predicar de todos los seres es que son seres. Predicar algo significa decir qué categoría se le puede atribuir. Así, del abeto se puede predicar que es árbol, y, por supuesto, que es ser, que existe. El ser tiene muchas formas de manifestarse: las sustancias. La característica de estas sustancias es que “son” por sí solas, que no se pueden predicar o decir de otra sustancia. Una sustancia sería el abeto, o la casa, o María. Estas eran las sustancias primeras. Las sustancias segundas de las que también hablaba Aristóteles eran “las especies a las que pertenecen las sustancias primeras”. Esto se entiende mejor con un ejemplo. Del abeto (sustancia primera) se puede decir que es alto (accidente) o bonito (accidente), y también se puede englobar dentro de las coníferas (sustancia segunda), y dentro de las plantas (sustancia segunda). Así el abeto es una planta del reino de las coníferas, que puede ser más alto, más bonito o más lo que sea. En definitiva: Aristóteles entendía tres “esencias” dentro de cada ser: la sustancia primera (el ser en concreto: el abeto.), la sustancia segunda (las especies y géneros a los que pertenece el ser: planta, conífera...), y los accidentes (cualidades que se pueden predicar del ser en cuestión: alto, verde, bonito, viejo, robusto...).
Para poder fundamentar esta teoría suya, Aristóteles nos habla del hilemorfismo, la Teoría Hilemórfica sostiene que en el mundo real, en la realidad, las sustancias primeras están mezcladas (acompañadas) por las secundarias, éstas últimas no se ven, pero se pueden conocer mediante el razonamiento. Esto viene a querer decir que: cuando tu ves un abeto, ves la forma y apariencia exterior del abeto, pero, inconscientemente, también ves una planta, una conífera, un árbol. Sabes que el abeto es una planta conífera, un árbol, pero tu no ves una conífera con los ojos, el término “conífera” es una clasificación de los árboles, es un concepto que no se ve con los ojos, es un concepto que se entiende con la razón.
Cuando estudiemos a Aristóteles tenemos que tener siempre en mente que era un naturalista, un científico. Darwin dijo de él que había sido el mejor científico. Esto es importante, ya que su filosofía y su modo de entender el funcionamiento del mundo gira en torno a su mentalidad naturalista. La teoría hilemórfica habla de que, aunque no las percibamos con los sentidos, la naturaleza está repleta de clasificaciones mentales, son las “sustancias segundas” que acompañan a las “sustancias primeras”. La diferencia entre las dos es esa: unas se pueden ver, y las otras sólo se pueden entender.
Las clasificaciones son importantes porque la ciencia no trata de lo particular, la ciencia no trata de los abetos, la ciencia habla de lo general, de las coníferas, de las plantas... etc. Por eso Aristóteles le da importancia a las sustancias segundas.
La teoría hilemórfica también habla de que la sustancia es un compuesto de materia y forma. La materia es el sustrato, el fundamento sobre el que se construye la forma, la forma, por su parte, constituye lo que cada cosa es. En la realidad la forma predomina sobre la materia, pues, cuando miramos a un abeto (ya suena repetitivo el ejemplo, pero sirve de ayuda, ¿no?), cuando miramos a un abeto no vemos madera, vemos la forma del árbol. Intuimos que por debajo de su corteza estarán los típicos anillos que, cuando vemos un troco cortado, intentamos en vano contar, para adivinar
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