Filosofia educativa
Enviado por amarcela00 • 15 de Septiembre de 2012 • 2.365 Palabras (10 Páginas) • 522 Visitas
Análisis y reflexión De esta obra, asignado en la clase de Filosofia educativa, tiene como finalidad estudiar una de esas propuestas educativas y pedagógicas que se han dado, en una historia muy cercana en el tiempo y, muy nuestra por sus raíces latinoamericanas, la de Paulo Freire.
No es mi intensión minimizar el trabajo de este ilustre pensador en estas breves páginas, claro está, abarcar, el trabajo que realizó durante toda su vida Paulo Freire. como alumna de la asignatura de Filosofia Educativa pretendo presentar sólo algunas nociones fundamentales que nos permitan hacer una valoración crítica de su obra educativa, que él mismo denominó "Pedagogía del Oprimido", "Pedagogía de la Esperanza" o "Pedagogía de la Liberación". tomando como eje su posición sobre la construcción de una pedagogía liberadora de las y los oprimidos.
Introducción.
A lo largo de toda la historia, muchos han sido los hombres que han favorecido el progreso y el avance de la ciencia educativa, a través de su participación
y propuestas en los procesos de enseñanza – aprendizaje. Ellos, hijos de su tiempo, han fortalecido la reflexión y la praxis educativa, proponiendo sistemas teóricos y prácticos, procedimientos y estrategias, métodos y fines, que han marcado distintos hitos en la propuesta educativa. Los primeros escritos de Freire aparecen durante un período de intenso conflicto político en que las "luchas de clases" en América Latina , adquieren fuerza expresiva. Por eso el momento histórico en el que se desarrolla la propuesta de Freire es de suma importancia para entender las consideraciones y los aportes que este insigne pedagogo hace a la educación, a la política y a las sociedades Latinoamericanas e incluso del mundo. Freire sustenta una pedagogía humanista – espiritualista. Humanista porque centra en el hombre toda la problemática educativa siendo el objetivo básico de ésta la humanización. Espiritualista porque coloca en el espíritu el sentimiento que impulsa al hombre a auto configurarse, hace perceptible lo espiritual; lo que el hombre habla, escribe, realiza es expresión objetiva de su espíritu. Freire considera que toda acción educativa debe ir precedida de una reflexión sobre el hombre, ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿para qué?, ¿por qué?, ¿para quién?, ¿contra qué?, ¿contra quién? ¿a favor de qué?, ¿a favor de quién?, no existiendo una educación neutra.
La educación liberadora se asienta sobre el criterio del hombre histórico. Los hombres, pues, son praxis. "Praxis que siendo reflexión y acción verdaderamente transformadora de la realidad, es fuente de conocimiento y creación".
Freire se opone
a la "educación bancaria", imparte la educación que denomina "liberadora" o "problematizadora", que se identifica con lo propio de la conciencia, cual es su intencionalidad, en este sentido es un acto cognoscente, afirma la dialogicidad. De esta manera el educador no es sólo el que educa sino a que a la par que educa, es educado en el diálogo con el educando.
Esta educación liberadora tiene como objetivo fundamental la organización reflexiva del conocimiento al prever al hombre de medios que le liberen de la captación mágica o ingenua de la realidad, busca desapretar la reflexión crítica hacia situaciones existenciales concretas. En estrecha relación con esta idea de la educación liberadora aparece su idea del diálogo.
Para entender mejor el planteamiento pedagógico de Freire es necesario abordarlo desde los siguientes puntos: LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO donde resalta su método de alfabetización; el diálogo como canal y medio indispensable en el proceso educativo, para llegar a una Pedagogía de la Esperanza. El punto de partida en el cual se inicia la liberación del oprimido, viene dada en primer lugar en su alfabetización. En la cual comienza un camino de conocimiento crítico de la realidad y a asumir posturas frente a ella.
Freire convida a los analfabetos a salir de su apatía y del conformismo de su "estilo de vida" en el que siempre han estado inmersos, propiciándoles un desafío en comprender que ellos también son hacedores de cultura.
Cuando un hombre o mujer se percibe como hacedor de cultura, está venciendo, o dando el primer paso para sentirse importante, y surge la necesidad
de apropiarse de la lectura y la escritura. El primer nivel de aprendizaje de la realidad es la toma de conciencia. Ese conocimiento existe porque como seres humanos son colocados y dotados, como Gabriel Marcel acostumbraba a decir, los hombres son espectadores con y en el mundo. Esa toma de conciencia, no se da, sin una toma de conciencia crítica. No basta, entones, con saber leer que "Eva vio una uva", dice Freire, es preciso comprender cuál es la posición que ocupa Eva en su contexto social, que ella trabaja para producir la uva y que se lucra de ese trabajo. Las actividades de alfabetización exigen la pesquisa que Freire denomina "vocabulario mínimo universal" entre los alfabetizandos. Es trabajando este universo por el cual se escogen las palabras que formarán parte del programa. Estas palabras colocadas, necesariamente, en orden creciente de menor a mayor dificultad fonética, unidas dentro de un contexto más amplio de vida de los alfabetizandos y del lenguaje local y nacional. Estas palabras Freire las denomina "Palabras Generadoras".
A continuación se desarrollará la síntesis de los cuatro capítulos que forman el libro, LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO presentando ideas y guías, a partir de las cuales se establece una reflexión personal del texto. Finalmente, se presentará una interpretación personal de las ideas expresadas por Paulo Freire y su aplicación a la realidad.
Capítulo I
Temas: Justificación de la pedagogía del oprimido. La contradicción opresores-oprimidos, su superación. La situación concreta de opresión y los opresores. La situación concreta de opresión y los oprimidos.
Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo. Los hombres se liberan en comunión.
“La gran tarea humanista e histórica de las personas oprimidas: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores, pero reconociendo que la “libertad es una conquista y no una donación, exige una búsqueda permanente”.
Los seres humanos, solamente por el hecho de serlo, somos libres, pero esta libertad que nos es asignada debe lograrse concretamente, ya que “la superación de la contradicción existente entre opresor-oprimido sólo puede verificarse objetivamente” (p. 41). Para lograrlo es necesaria la praxis liberadora, la cual sólo puede ser lograda como producto de la acción de los
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