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Hedonismo De Epicuro Y Lipovetsky


Enviado por   •  30 de Octubre de 2014  •  555 Palabras (3 Páginas)  •  521 Visitas

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¿Qué es el Hedonismo?

Es un término filosófico que propone la obtención de aquello que se desea del placer como objetivo supremo de lograr, por identificarlo con el bien.

Es decir, para los hedonistas, tal como se denomina a quienes sostienen esta filosofía de vida, el placer resulta ser el fin supremo de la vida y por tanto orientarán toda su existencia a la búsqueda del placer y la supresión de una cuestión que ciertamente se contrapone al placer: el dolor.

De acuerdo al hedonismo todo aquello que hace el hombre resulta ser un medio para conseguir alguna otra cosa, únicamente al placer el hombre lo buscará por sí mismo.

Llevar a cabo una vida hedonista supone entre otras cuestiones: tomarse un tiempo para el disfrute, darse gustos cuando los necesite, intentar no racionalizar tanto las emociones cuando son agradables, más bien disfrutarlas y listo, e incentivar la curiosidad.

Realiza una comparación entre el hedonismo antiguo de Epicuro y el hedonismo posmoderno que describe Lipovetsky:

El siguiente trabajo trata sobre la comparación entre dos conceptos propios de la filosofía, el Hedonismo antiguo de Epicuro y el Narcisismo posmoderno de Lipovetsky.

Existe un cambio entre la felicidad en Epicuro, a la sociedad hiperconsumista de Lipovetsky

Para Epicuro la felicidad consiste en vivir en un placer continuo. Este punto ha sido a menudo objeto de malentendidos, pese a que Epicuro hace una cuidadosa categorización de los placeres, indicando cuáles son recomendables y cuáles no.

Epicuro dice que “todo placer es un bien en la medida en que tiene por compañera a la naturaleza”. Los placeres vanos no son buenos, porque a la larga acarrearán dolor y no sólo son más difíciles de conseguir, sino además más fáciles de perder.

También habla de la importancia de poseer una virtud para elegir y ordenar los placeres: la prudencia.

El discernimiento de los diferentes placeres y la recta prudencia, permiten acercarse a una vida feliz, lo cual constituye el objeto de la filosofía.

Epicuro valoraba como placer fundamental la tranquilidad del alma y la ausencia de dolor: “la ausencia de turbación y de dolor son placeres estables; en cambio, el goce y la alegría resultan placeres en movimiento por su vivacidad. Cuando decimos entonces, que el placer es un fin, no nos referimos a los placeres de los inmoderados, sino en hallarnos libres de sufrimientos del cuerpo y de turbación del alma”.

Una vida en privacía (condición de privacidad), rodeada de amistades y de placeres moderados con el mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el alma, brinda la felicidad.

Lipovetsky piensa que es una época en que el sufrimiento carece totalmente de sentido, en que se han agotado los grandes sistemas referenciales de la historia y la tradición, la cuestión de la felicidad interior vuelve a estar sobre

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