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INTRODUCCION A LA FILOSOFIA


Enviado por   •  12 de Agosto de 2021  •  Apuntes  •  4.103 Palabras (17 Páginas)  •  89 Visitas

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UNIDAD 1
INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA


1- Hacerse amigo de la sabiduría
La filosofía es una actividad ligada a lo complejo, que requiere del deseo, de la amistad, del compañerismo, de la pasión y, de aquello que se podría llamar, el “gusto por lo complejo”.
La práctica de la filosofía requiere del compromiso y de la pasión. Sin embargo, no hay que suponer que aquellas pasiones requeridas como condición, se encuentren ya desarrolladas de manera “natural” en todos los que hacen un curso de introducción a la filosofía, aunque sí se supone en ellos cierta curiosidad, cierta inquietud ante la realidad vivida, cierto descontento o insatisfacción con el saber anteriormente adquirido. Se supone finalmente cierto espíritu de aventura, cierta ansia de lucha y de polémica, cierta valentía para enfrentar los riesgos de la travesía, cierta soberbia para encarar a los “campeones” del pensamiento, cierta humildad acorde con nuestra ignorancia.
El verbo “pensar” deriva de “pesar” y “sopesar”, que significa “ponderar el peso de algo”, “examinar algo”. La etimología permite advertir que los pensamientos pesan, que ejercen una fuerza. Es como que con los pensamientos ocurriese lo mismo que con los cuerpos: varían sus masas y sus pesos, lo que determina que se requieran distintas fuerzas para poder ser levantados o sostenidos. Es prudente, en consecuencia, ponderar las propias fuerzas a la hora de enfrentar, sostener o levantar un pensamiento.

2- Elevación y conversión

Heidegger (Edad Contemporánea) sostiene que no se puede ingresar a la filosofía sino es filosóficamente, filosofando. Paradójicamente, se ingresa desde adentro. Esta introducción no será entendida como un tránsito de afuera hacia adentro, sino como una elevación desde lo más simple a lo más complejo.
Ejemplo: No podemos ingresar a la filosofía como lo hacemos de una habitación a otra. Porque en el caso de la filosofía ya estamos adentro de la habitación. Ingresamos estando adentro de ella.
El movimiento de elevación de lo simple a lo complejo requerirá de un proceso paralelo de conversión. “Con-vertirse” significa “volcarse junto con…”. Es necesario transformarse a sí mismos para poder “volcarse junto con otros”
Heráclito (Edad Antigua) decía que no podemos bañarnos dos veces en el mismo río. Esto es así, no solamente porque el río en el que nos sumergimos y del que emergemos ya no es el mismo, sino también porque nosotros, al salir del río, ya no somos los mismos que cuando entramos.
El concepto de “conversión” hace referencia a un cambio radical en la forma de vida personal o comunitaria.
Ejemplo: las preguntas esenciales.
La iniciación en la filosofía conlleva necesariamente un proceso de conversión.

3- Historicidad e incertidumbre ante la totalidad

Heidegger (Edad Contemporánea) explica que si bien iniciarse en la filosofía es un proceso de elevación de lo simple a lo complejo, este proceso no se inició con nuestra iniciación sino que hemos sido procedidos por una tradición de 2700 años. Nos iniciamos en algo que ya está iniciado desde hace mucho tiempo y que ha sido desarrollado en la tradición europea-occidental nacida con los antiguos griegos.
Hegel (Edad Moderna) demostró que la filosofía se identifica con su historia. Que la filosofía es histórica significa que el pensamiento siempre está situado en una época singular, un mundo concreto.
Vivimos en una época paradójica ya que al mismo tiempo que se produce una tendencia a la “globalización”, a la planetarización de un modo de vida propiciado por el mercado y por la ciencia y la técnica moderna, sentimos una incertidumbre ante la totalidad.
Cuanto más riguroso es nuestro control sobre cada uno de estos procesos, más inestable y descontrolado se vuelve el conjunto; cuanto mayor es el dominio sobre la energía atómica, mayor son los riesgos de la extinción nuclear y de la contaminación radioactiva. En definitiva, cuanto mayor es el intento de control, mayor es la imprevisibilidad y la incertidumbre que se generan.
Es perder la idea del todo (mundo).
Ejemplo: Un traumatólogo al especializarse pierde la idea del todo como cuerpo humano ya que solo se centra en los huesos.
Planteado de otra manera: Cuanto más racionales son nuestros medios e instrumentos, más irracionales son los fines o el sentido de las acciones transformadoras.
La “racionalidad” instrumental consiste en calcular los medios para alcanzar determinados fines con el menor gasto y el mayor rédito posibles. Es una lógica que permite ordenar las cosas, los objetos útiles, lo manipulable.
Desde la perspectiva de la “racionalidad” instrumental sólo se considera objetivo y racional aquello que tiene una utilidad, lo que sirve para algo. Todo fin u objeto no instrumental se convierte en irracional. Por eso, Horkheimer y Marcuse (Edad contemporánea) han denunciado insistentemente este sistema que desconfía de la racionalidad de los fines al mismo tiempo que se imposibilita el pensamiento y la comprensión de la totalidad.
Ejemplo: Lo irracional es la ética y la filosofía ya que no resultan ser útil.
Racionalidad instrumental: bomba atómica

4- El gusto por lo complejo

El gusto por lo complejo es un gusto por los problemas, por las preguntas más que por las respuestas. Es el disfrute de la realidad en su riqueza, en su densidad, en la variedad de sus poblaciones, en las tonalidades de sus universos.
El gusto por lo complejo está asociado con la persistencia de las preguntas. En la filosofía deberemos aprender a no darnos por satisfechos con la primera respuesta, desconfiando no sólo de la respuesta sino de la pregunta. Quizá la pregunta esté mal planteada, quizá no comprendimos cabalmente lo preguntado en la pregunta… será necesario, entonces, insistir en las preguntas.
En nuestra época, por primera vez el planeta se ha unificado, por primera vez en la historia, la civilización humana se ha globalizado y, paradójicamente, en este mismo momento histórico, hemos renunciado a la posibilidad de pensar esa totalidad y comprender su sentido o fundamento.
Desde el descubrimiento de América, a partir del cual la realidad se ha globalizado, los problemas que cada pueblo singular tiene que resolver son los mismos para todos. Dicho en otro término: los problemas son universales.



5- El comienzo y el origen de la filosofía

Hacer preguntas como: “¿Qué es esto?”, es algo que inventaron los griegos. La respuesta consiste en que damos su nombre a una cosa que no (re)conocemos bien. Por ejemplo: ¿Qué es eso allá a lo lejos?... eso es un árbol.
Sin embargo, podemos seguir preguntando: ¿Qué es eso que llamamos “árbol”?. Con la pregunta formulada ahora llegamos a la proximidad del qué es griego. Es aquella forma de preguntar que desarrollaron Sócrates, Platón y Aristóteles. Preguntan, por ejemplo, ¿Qué es lo bello? ¿Qué es la naturaleza? ¿Qué es la justicia?. Cuando preguntamos “¿Qué es esto?”, no pedimos que se nos instruya sobre el nombre de esa cosa, sino que queremos saber cuál es su ser, en qué consiste su esencia.
Preguntar “¿Qué es la filosofía?” implica remitirnos a una tradición, a un camino histórico, que comienza cuando esta actividad que llamamos “filosofía” fue inventada y que se desenvuelve hasta la actualidad. La filosofía comienza en algún lugar en las islas del mar Jónico hacia el siglo VII a.C.
Cuando se pregunta sobre el origen, lo que se busca es el impulso o la motivación que mueve a ese algo. ¿Cuál es el origen de la filosofía? Es un impulso múltiple:
Platón y Aristóteles (antigüedad) decían que es el asombro el que lleva a los hombres a filosofar. El asombro es el temple del ánimo que mueve a la filosofía. El asombro nos incita a conocer porque nos hace patente la conciencia del no saber.
Para Descartes (contemporánea) el origen estaba en la duda. Dudar es poner a prueba una supuesta verdad. La duda impulsa a conocer porque expresa la necesidad de seguridad, certeza y fundamento.
Jaspers (contemporánea) admite un tercer origen que lo llama “la conmoción del hombre y la conciencia de estar perdido”: hay ciertas situaciones límite (la muerte, el dolor, la lucha, la culpa) a las que reaccionamos con la desesperación y la conversión: “llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la conciencia de nuestro ser”
Finalmente Feinmann (contemporánea) sostuvo que el origen de la filosofía está en la desesperanza. La desesperanza nos mueve a conocer porque nos hace darnos cuenta de nuestra finitud, de nuestra limitación y nuestra impotencia.

6- Polis y filosofía
Martín Heidegger (contemporánea) dice que tanto la palabra “filosofía” como la pregunta “¿Qué es?” hablan en griego ya que es algo propio de los griego y que no se puede comprender del todo sin tomar conciencia de lo que los griegos vivían.
La filosofía nace ligada a otro invento típicamente griego: “la polis”.
La polis es la forma propia de los griegos de la vida en común. Es una institución inédita en la antigüedad. No existía, antes de los griegos, una forma de vida como la que se desarrolló en las polis.
La polis no era una forma de gobierno sino que hace referencia a cómo los griegos se organizaron a sí mismos en comunidad.
Los griegos inventaron una institución en la que todos los ciudadanos (hombres, mayores de edad, nativos) participaban en común en las decisiones sobre los problemas comunes a diferencia de todas las formas de organización de los pueblos anteriores donde alguien que, por alguna razón natural o sobrenatural asumía las decisiones y establecía las leyes.
Por supuesto, para que esto se pueda llevar a cabo, son necesarias varias condiciones:
1- Renunciar a la violencia
2- El uso de la palabra: los proyectos o planteos que cada uno haga tienen que ser mediatizados por la palabra. Para los griegos hay que encontrar una forma por la cual la mejor solución sea la que todos acepten y obedezcan y para esto es necesario dar argumentos, poder fundamentar lo que se dice.
3- Participación directa: no hay representantes sino que cada uno de los ciudadanos ocupa su lugar, tiene su palabra y su voto.
4- Autonomía: Para los griegos toda actividad que no sea autónoma, que sea una actividad dependiente, subordinada, es algo despreciable.
Cada polis es autónoma con respecto a las otras. La polis es una institución local, esta circunscripta a un lugar.

7- Pregunta y diálogo

Hay que destacar la importancia de la palabra y del diálogo como medio de resolución de los conflictos.
Cuando una palabra tiene distintas acepciones o significados se dice que es equívoca y esto es lo que en general ocurre con todos los términos de la lengua. “Equívoco” no quiere decir que es erróneo o equivocado, sino que tiene distintas acepciones, que significa distintas cosas.
La solución a este problema consistió en la invención de un tipo de preguntas que tenían una misma estructura: “¿Qué es esto?”. Esta pregunta permite eliminar el equívoco de una palabra porque exige una definición. Definirlo es “ponerle fin” a la discusión acerca de cuáles son las características que hacen al significado de un término.
La definición da por resultado un concepto. El concepto es un término que se ha definido. Este invento de los conceptos y la definición, suele atribuirse a Sócrates, un filósofo ateniense que vivió a fines del siglo V a.C.
Sócrates dedicó gran parte de su vida a la molesta actividad de andar preguntando a los otros “¿qué es esto?”. Lo que hacía era preguntar al que era entendido en alguna cosa, preguntarle sobre eso en lo que era entendido.
Cuando las distintas definiciones dentro del mismo discurso se excluyen mutuamente, se anulan la una a la otra. Si primero se dice: “Todas las mesas están hechas de madera” y después se afirma: “esta mesa no es madera, sino de metal”; las dos definiciones no pueden ser ambas verdaderas. En consecuencia, si se pretende mantener las dos, se anulan mutuamente.
Cuando hay una contradicción, todo lo que se dice se anula por ser incoherente.
Sócrates piensa que el filósofo es en la misma medida de su saber un hombre justo, es decir, alguien que está comprometido con las leyes y con las costumbres (ethos). También decía que necesitaba dialogar con los otros y hacerles preguntas porque “no sabía”. Insistía una y otra vez en que era la propia ignorancia la que lo había conducido a esta actividad molesta.
La ironía socrática, esta actividad de hacer preguntas desde el lugar del no saber, ha quedado como un ejemplo y como un modelo para toda la filosofía posterior, y desde entonces se ha considerado a la filosofía como algo molesto, como una actividad que incomoda.

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