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Introduccion Al Narcisismo


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  2.004 Palabras (9 Páginas)  •  427 Visitas

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INTRODUCCIÓN AL NARCISISMO

Resumimos a continuación los principales conceptos de este medular artículo de Sigmund Freud, que data del año 1914.

Näcke había empleado el concepto de narcisismo en 1899, para designar al individuo que logra completa satisfacción sexual con su propio cuerpo. Desde esta perspectiva cabría afirmar entonces que se trata de una perversión. No obstante, hemos encontrado en la clínica este narcisismo unido a otras perturbaciones, como la homosexualidad y las neurosis. Así, el narcisismo no sería ya una perversión sino el complemento libidinoso del egoísmo del instinto de conservación (egoísmo que, por lo demás, posee todo ser vivo).

Este narcisismo primario normal permite explicar la demencia precoz (Kraepelin), o esquizofrenia (Bleuler) o parafrenia (Freud), pues allí aparecen delirios de grandeza y desinterés total por el mundo exterior. En los neuróticos todavía se conserva el interés por el mundo pero a un nivel de fantasías: hay interés por seres imaginados, no reales, y este proceso de volcar la libido sobre dichas fantasías se llama introversión de la libido.

Pero en la esquizofrenia, ¿adónde fue la libido sustraída a los objetos? Fue al yo (narcisismo), pero se trata de un narcisismo secundario, proveniente de un narcisismo primario más el arrastre de las catexias objetales. En los niños y en los pueblos primitivos encontramos también megalomanía, como por ejemplo en la omnipotencia de las ideas, que influirían mágicamente sobre el mundo exterior. Aquí hay una carga primitiva libidinosa del yo, de la cual una parte se destina a cargar los objetos, como si fueran los seudópodos de una ameba. Cuanto mayor es la libido del yo, menor es la libido objetal, y viceversa. La libido objetal es máxima en el amor, y tiene su antítesis en la fantasía paranoica del fin del mundo.

Cabe preguntarnos ahora qué relación hay entre el narcisismo y el autoerotismo. Los instintos autoeróticos existen primordialmente antes del desarrollo del yo: cuando éste se desarrolla, se instaura el narcisismo. Debemos también preguntarnos lo siguiente: si atribuímos al yo una carga primaria de libido, ¿para qué precisamos diferenciar una libido sexual de una energía no sexual correspondiente a los instintos del yo? ¿Para qué diferenciar tantos tipos de libido? ¿No basta un solo tipo de energía psíquica para explicarlo todo? No, responde aquí Freud. La división de la libido en libido del yo y libido objetal es una prolongación inevitable de la clasificación de los instintos en instintos del yo y sexuales, clasificación que surje de haber estudiado las neurosis de transferencia, y que la explica adecuadamente. La diferenciación primitivas en instintos del yo y sexuales determinó la libido del yo y la objetal. A su vez esa diferenciación primitiva es inevitable si consideramos las funciones de todo organismo vivo (automantenerse y mantener la especie). Por tanto el fundamento último de estas teorías es biológico, y a falta de una mejor la seguiremos manteniendo, sobre todo por explicar satisfactoriamente los cuadros neuróticos y las esquizofrenias.

No sólo podemos investigar el narcisismo a través de las parafrenias y las neurosis (donde definimos lo normal a partir de la intensificación de lo patológico), sino también observando la enfermedad orgánica, la hipocondría, y la vida erótica de los sexos.

El enfermo orgánico se interesa sólo por su cuerpo, su sufrimiento, retrayendo la libido del mundo exterior y cesando el interés erótico. También lo vemos en el dormir (deseo único y exclusivo de dormir cuando se está muy cansado). El hipocondríaco, análogamente, retrae su interés y su libido del exterior, concentrando ambos en el órgano que le preocupa. En la vida erótica, ciertas partes del cuerpo intensifican su erogeneidad, siendo objeto de gran interés, de igual forma que en la hipocondría, donde ciertos órganos supuestamente enfermos también despiertan la misma intensidad de interés.

En la parafrenia y la hipoconrdía hay un estancamiento de la libido del yo, así como en las neurosis de transferencia (histeria y neurosis obsesiva) hay un estancamiento de la libido objetal. Freud se pregunta aquí porqué un estancamiento de la libido del yo es sentido como displacentero, y porqué entonces luego se hace objetal. Se hace objetal cuando la carga libidinosa del yo sobrepasa cierta medida (un intenso egoísmo protege contra la enfermedad; pero al fin y al cabo hemos de comenzar a amar para no enfermar, y enfermamos en cuanto una frustración nos impide amar). El aparato psíquico busca calmar las excitaciones displacenteras o patogénicas. Como la descarga al exterior no puede hacerse, por diversos motivos, se busca una derivación interna de esas excitaciones. Cuando son derivadas hacia objetos irreales se produce un estancamiento de la libido (introversión). La megalomanía permite una análoga elaboración interna de la libido retraída al yo, y quizá sólo cuando ésta fracasa es cuando se hace patógeno dicho estancamiento libidinal. En la parafrenia, la libido no permanece ligada a objetos de la fantasía (como en las neurosis de transferencia) sino que se retrae al yo. Correlativamente, el fracaso de esta función psíquica correspondería a la hipocondría de la parafrenia, homóloga a la angustia de la neurosis de transferencia.

Como la parafrenia involucra generalmente un desligamiento sólo parcial de la libido de sus objetos, pueden ocurrir tres cosas: 1) retornar a la normalidad o a la neurosis (fenómenos residuales); 2) desligar la libido de los objetos (hipocondría, regresión, etc); y 3) la restitución, que consiste en ligar nuevamente la libido a los objetos, sea a la manera histérica o parafrénica, o a la manera de la neurosis obsesiva o la paranoia.

La vida erótica humana es una tercera fuente para el estudio del narcisismo. Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vividas en relación a funciones de autoconservación, es decir los instintos sexuales se apoyan en un principio en los instintos del yo, y solo ulteriormente de hacen independientes. Incluso hay un apoyo anaclítico para la elección de objeto pues éste satisface necesidades del yo (alimento, protección, etc); este tipo de elección de objeto son las primeras

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