JERARQUIA DE VALORES ¿una o dos dimensiones?
Enviado por Sahir Palomino Colonio • 3 de Diciembre de 2017 • Informe • 9.136 Palabras (37 Páginas) • 442 Visitas
JERARQUIA DE VALORES
¿una o dos dimensiones?
José Maria Méndez
Estudios de Axiología
Madrid
1.- Criterio de la altura.
¿Qué es más valioso, respetar la vida o respetar la propiedad? A esta pregunta se suele responder de manera indirecta: es más valioso el respeto a la vida que el respeto a la propiedad, porque la vida vale más que las propiedades o bienes que podamos tener. Se asigna de modo inmediato el valor a la vida y al dinero, y después se deduce de ahí el orden entre los respectivos respetos, a la vida o a los bienes económicos.
Pero si hacemos la pregunta sobre los respectivos antivalores -¿qué es más antivalioso, asesinar o robar?-, la respuesta es en cambio totalmente directa. Todo el mundo ve de modo inmediato e intuitivo que el asesinato es peor que el robo. No hace falta aducir una razón o explicación previa. Justo porque aquí no cabe la menor duda, ante la perentoria intimación ¡la bolsa o la vida! se entrega el dinero, con tal de salvar el pellejo, como dice la castiza expresión.
Dejando para luego examinar ese diferente procedimiento para contestar ambas preguntas, podemos presentar las anteriores respuestas de manera gráfica, indicando en el eje horizontal el valor cero o la indiferencia axiológica, y en el eje vertical los valores y respectivos antivalores:
Respeto a la vida humana
[pic 1][pic 2]
Respeto la propiedad
[pic 3]
Valor cero o indiferencia axiológica
[pic 4]
Robo
Asesinato
Este gráfico hay que interpretarlo con números ordinales, no cardinales. No está definida una unidad de valor, que permita decir un asesinato es diez veces más grave que un expolio total, o que respetar la vida es tres veces más valioso que respetar la propiedad. Pero sí hay relaciones de orden perfectamente definidas en los juicios de valor del tipo el asesinato es peor que un robo, dar de lo necesario es más meritorio que dar de lo superfluo, o cualesquiera otros parecidos. Y con una matemática meramente ordinal se pueden obtener resultados importantes.
Así ocurrió con la corrección con que Pareto mejoró las ecuaciones del equilibrio económico general formuladas por Walras, que en economía tienen una importancia similar a la que tuvo la gravitación universal de Newton para la física. Y la rama matemática conocida como topología ha sido descrita como lo que queda de la geometría, si quitamos la noción de distancia. Lo que queda es justamente el orden entre los puntos. Nadie se atrevería a decir que la topología no es conocimiento objetivo. Pues bien, es justamente esta matemática ordinal la que formaliza los juicios de valor de los que hablamos aquí.
El gráfico responde a la jerarquía propuesta por Scheler, que hablaba de una dimensión vertical o altura (die Höhe). Esta dimensión vertical expresaría, mediante relaciones de orden, la valiosidad intrínseca de los valores, su mayor o menor excelencia o dignidad, su tamaño o magnitud axiológica, por así decir; el mérito que nuestra intuición de los valores atribuye a las diversas materias en las que descubrimos lo valioso. Scheler pensaba sobre todo en la parte positiva, la que está por encima de la indiferencia axiológica (flecha hacia arriba). Pero la dimensión vertical de la altura sirve también para indicar la mayor o menor malicia o gravedad de los antivalores (flecha hacia abajo).
. Volviendo a la diferente manera, antes señalada, de tratar valores y antivalores, ya Hartmann hizo notar que nuestra intuición de los antivalores suele ser más firme y segura, al establecer relaciones de orden, que la intuición de los valores. Vemos clara y rotundamente que un asesinato es peor que un robo. En cambio, para afirmar que el respeto a la vida es más valioso que el respeto a la propiedad no hay tanta inmediatez. Se suele pensar del modo indirecto antes señalado. Se apela a la estimación previa de que la vida vale más que el dinero o los bienes económicos.
Sin duda esto último nos parece obvio, pero no se trata propiamente de una intuición axiológica, de una percepción de lo valioso en sí. La vida y los bienes económicos son hechos, realidades ya acabadas o terminadas; nunca son vistos como algo que debe-ser y aún no es, que es lo propio de la intuición axiológica. El valor no está en los bienes económicos como tales, sino en el respeto a la propiedad. El valor no está en el hecho bruto de estar vivos, sino en el respeto a la vida, la propia y la ajena. Los valores no están en las cosas, sino en las acciones humanas. En cambio, el asesinato y el robo son intuidos directamente en las respectivas acciones humanas como lo que debe-no-ser.
El gráfico sugiere también que la indiferencia axiológica siempre está a medio camino entre el valor y el respectivo antivalor, supuesto que los lugares ocupados por las etiquetas respeto a la vida, respeto a la propiedad indiquen la máxima realización de estas dos materias valiosas, y las etiquetas asesinato y robo su máxima violación.
Pero eso es falso, afirma Hartmann. La distancia de la etiqueta Asesinato al eje horizontal de la indiferencia axiológica no puede ser la misma que la distancia del respectivo valor a dicho eje. La gravedad del asesinato nos parece enorme, muy grande, mientras que el mérito moral de la persona que nunca ha matado es pequeño, casi irrelevante. Es lo mínimo que se puede pedir. Nadie se eleva a gran altura valiosa sólo por no haber matado nunca. La distancia desde la etiqueta respeto a la vida humana hasta la indiferencia axiológica ha de ser por tanto menor que la distancia de la etiqueta asesinato al eje horizontal.
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