LA CIENCIA Y LA EDUCACIÓN
Enviado por javag • 16 de Mayo de 2017 • Ensayo • 1.548 Palabras (7 Páginas) • 427 Visitas
LA CIENCIA Y LA EDUCACIÓN
En el presente ensayo analizaré la relación ciencia educación desde dos ámbitos: Las ciencias de la educación y la enseñanza de las ciencias en el modelo educativo actual, contrastando cada uno de ellos con las ideas expuestas por Thuillier en la introducción del texto “De Arquímedes a Einstein”.
Como ciencias de la educación entendemos aquellas que se han desarrollado con la finalidad de estructurar y fortalecer los proceso de enseñanza a lo largo de la historia. Partamos de la concepción de educación que propone Stuart Miller y que nos dice que educación es “todo lo que hacemos nosotros mismos y todos los que los demás hacen por acercarnos a la perfección de nuestra naturaleza”, al hablar de naturaleza debemos considerar las condiciones inherentes a la naturaleza del ser humano y que en su interacción con el medio que le rodea, su percepción es preponderante y los medio naturales puestos a su disposición son sus sentidos; vista, oído, tacto gusto y olfato, y es a través de ellos que se apropia del conocimiento de su propio ser y el medio que le rodea. En el desarrollo histórico de la humanidad ha sido precisamente mediante el uso de las facultades que estos sentidos le han proporcionado, que el hombre se ha cuestionado sobre la naturaleza de los fenómenos con los que tiene que convivir día con día y con ello surge la necesidad de explicarlos, analizarlos y con ello aprovecharlos en su beneficio. Bajo estas condiciones surge la necesidad de reunir, estructurar y principalmente transmitir este conocimiento, primeramente de modo informal y personal y después de manera formal y colectiva, surgiendo con ello la necesidad de educar, considerando con ello tantos los aspectos sociales como los aspectos técnicos para el desarrollo y preservación de la tribu e incluso de la misma especie. Con ello da principio en el devenir de la humanidad la formalización de la educación. Al estructurarse la educación se configuran áreas como la pedagogía y la didáctica que podríamos considerar como ciencias de la educación y a las cuáles podríamos aplicarles las cuestiones que expone Thuillier; ¿Cómo han nacido? ¿De qué manera elaboran sus teorías? ¿Disponen de un método establecido de una vez para siempre que garantice la verdad de su saber? ¿La actividad de los teóricos de la educación es totalmente objetiva y racional? ¿Hay que creer que existe un Método gracias al cual se pueden elaborar teorías estrictamente fieles a los hechos?
Como menciona Thuillier, “jamás existe una adecuación perfecta entre las teorías y los hechos” y esto se aplica de igual modo al campo de la educación y continua diciendo: “Los científicos utilizan hechos, es decir, un cierto número de observaciones y resultados experimentales. Pero en cuanto una teoría alcanza cierto grado de generalización y complejidad, es prácticamente imposible tener certeza de que todos los hechos pertinentes se hayan tenido en cuenta”, “los hombres de ciencia se mueven en la finitud”. Ello implica el surgimiento de nuevas teorías y uno de los ejemplos más claros de este hecho se encuentra en el desarrollo histórico de la educación desde la enseñanza antigua con tintes religiosos como lo fueron el confucionismo, el taoísmo, el cristianismo, el judaísmo, pasando por la educación clásica de la antigua Grecia con sus tres grandes exponentes; Sócrates, Platón y Aristóteles, la educación romana con Quintiliano como uno de sus grandes educadores, la escolástica durante la edad media con teólogos como Tomás de Aquino y Pedro Abelardo, el renacimiento y el surgimiento del humanismo, las teorías de Rousseau en el siglo XVIII, Pestalozzi en el siglo XIX, educadores del siglo XX como lo fueron Bertrand Russell y María Montessori y finalmente a fines del siglo XX y los albores del presente siglo con modelos educativos como el constructivismo y el desarrollo por competencias. Ello demuestra la caducidad de las teorías al no poder contemplar todos los hechos y con ello la confirmación del espacio finito en el que se mueve la investigación científica, particularmente en el campo de la educación.
Un aspecto mencionado por Thuillier es la subjetividad de la ciencia sometiendo a la crítica la tesis de que “los hombres de ciencia estudian los fenómenos de forma neutral, rechazando todo presupuesto filosófico y dejando su espíritu en una especie de vacío retórico” y los mitos “que hacen creer en la inmaculada concepción de las teorías, como si los auténticos hombres de ciencia no tuviesen (y no debiesen tener) creencias filosóficas, prejuicios, pasiones, fantasmas, etc.” Yo agregaría además el peso social e histórico que impone tendencias y adecuaciones a las teorías para que coincidan regularmente con las condiciones determinadas del momento y lugar en el que se desarrollan y en el caso de las ciencias de la
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