La Conquista De La Voluntad

El primer capítulo del libro nos habla de la voluntad. Es una palabra que proviene del latín, allá por el siglo XV y que etimológicamente significa querer. Con la aparición en el siglo XIX de los conceptos noluntad y nolición se acaba de definir el término voluntad, que consiste en un acto intencional de inclinarse hacia algo. También viene configurada por la tendencia, la determinación y la acción a realizar. También habla de los tipos de amor: pasional, por placer, vanidoso y sentimental. El autor concluye que donde más se retrata el ser humano es en la elección amorosa. Por último habla de que la voluntad del ser humano se mueve también por la motivación y explica las diferentes teorías. Cierra el primer capítulo hablando de los tipos o clase de voluntad: según la forma, meta, la génesis o fenomenología.

En el segundo capítulo se relaciona la voluntad con la educación. Es esencial que el educador transmita unos valores al niño, el cual crece sin atender a las normas, ya que se van creando ellos mismos sus patrones de conducta. Solo así podremos moldear su voluntad, o como dice el autor “conociendo la meta” que se propone. Pero para ello el niño tendrá que vencer constantes barreas, empezando por desechar la aquello que nos satisface urgentemente pero que no es lo más beneficioso a largo plazo. Por último destaco la relación que establece entre el hombre inteligente y el voluntarioso. Es mejor tener una inteligencia media y buena voluntad para conseguir los objetivos que nos proponemos. Por último habla de teorías de Freud, Skinner etc.

En el tercer capítulo se habla del orden. Es uno de los elementos que conforman la voluntad, junto a la motivación la constancia y la alegría. El orden no es innato, sino que se necesitan hecho empíricos para poseerlo. Y esto lo deben de trasmitir los padres, que son los primeros educadores y que señalan el camino correcto a sus hijos. El orden aparece de distintas maneras: serial (el momento donde aparece), total, y a distintos niveles. El orden debe prevalecer en cualquiera de las esferas de la vida personal para poder construir una vida alegre y en la que haya paz con uno mismo y con los demás.

El cuarto capítulo nos habla de la alegría y cómo influye en varios aspectos de la vida, la cual solo merece la pena si hay alegría. La alegría rezuma optimismo, llena de amor a los que te rodean, y facilita el rendimiento en el trabajo, ya que damos más. Cuando queremos recibir en lugar de dar llega la tristeza que afecta a nuestros sentimientos. Para ello también se necesita del orden y la constancia, construyendo así un estilo de vida ordenado.

El quinto capítulo precisamente habla de la constancia, el hecho de seguir intentando un fin sin perecer al desaliento. La ausencia de la constancia nos presupone vulnerables, y si reinara la inconstancia en nuestra vida, sentimientos de desánimo o cansancio nos acosarían constantemente.

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