La Pregunta Por El Ser Del Ente
Enviado por treya • 21 de Junio de 2014 • 1.979 Palabras (8 Páginas) • 210 Visitas
Ensayo metafísica I
“La pregunta por el Ser de ente”
Nombre: Constanza Bravo Toro Fecha: 22/05/2014
Resulta un tanto extraño, que en el contexto de nuestro rol de “personas ordinarias” no preguntemos y, aún más nos cuestionemos nuestra existencia, puesto que en muchos casos el punto de partida de nuestra respuesta a esta interrogación provendría de enunciados que hicieran alusión a cualidades sensoriales como; ¿puedes verme? ¿Oír mi vos?, ¿sentir mi mano sobre tu hombro? , por nombrar algunas de ellas. Un manera de establecer nuestra existencia es el concebir que; “estamos aquí”, pero ¿es el “estar” lo que implica de forma necesariamente Ser? , ¿O es en el Ser donde hayamos el “estar-siendo”?.
Ya Descartes movía los cimientos en los cuales nos sosteníamos para afirmar en última instancia nuestra existencia, a partir de la pregunta ¿Qué más soy? Me lo imaginaré: no soy ese conjunto de miembros que se llama cuerpo humano; tampoco soy un aire sutil infundido en esos miembros, ni viento, ni fuego, ni vapor, ni aliento, ni cualquier otra cosa que imagine: pues he supuesto que estas cosas no son nada. Sigue siendo cierto, sin embargo, que yo soy algo (Descartes, 1987). Dado que en última instancia, nuestra definición de identidad o nuestra “carta de presentación” al y desde el mundo; es una forma de respuesta a nuestra existencia, aunque sea o tienda a resumirse a descripciones “físicas-sensoriales”, que finalmente remiten a cualidades o caracteres espacio-temporales. ¿Sentir? Naturalmente, tampoco esto es posible sin el cuerpo; me ha parecido sentir en sueños muchísimas cosas que después advertí que no había sentido. ¿Pensar? Eso es: el pensamiento; esto es lo único que no puede separarse de mí. Yo soy, yo existo, es cierto (Descartes, 1987). ¿El ser “una cosa pensante” da la posibilidad de existencia como tal? , ¿O es la existencia una posibilidad de Ser? ¿o podemos afirmar que el Ser no puede ser pensado?.
En la labor histórica de la mete racional se manifiesta la pregunta por la existencia misma. En toda la diversidad de maneras que tiene el hombre racional de buscar y adquirir conocimiento; todas sus técnicas y métodos para ello, se nutren y se inician por la necesidad de la existencia, es decir por la certeza de “lo real”. La pregunta de ¿Por qué es el ente y no más bien la nada? Es la pregunta acerca de todas las preguntas verdaderas, es decir, aquellas que se basan en sí mismas y, a sabiendas o no, acompaña necesariamente toda interrogación. Ningún preguntar y, por consiguiente, ningún “problema” científico se comprende a sí mismo si no comprende la pregunta de todas las preguntas, es decir, si no la pregunta (Heidegger, 1935). Puesto que si bien, nuestros métodos científicos para adquirir conocimientos indagan en búsqueda de evidencia, ¿que es “eso” de lo cual se quiere tener evidencia? Si bien nuestras preguntas científicas inquisidoras no se dirigen de manera directa, o no encauzan su búsqueda de saberes a partir de la pregunta fundamental; ¿Por qué es el ente y no más bien la nada? podríamos decir que todas estas preguntas (científicas) encuentran “su razón de ser” al establecer a la pregunta fundamental como la “raíz” de donde se derivan todos los demás cuestionamientos sobre lo verdadero en la realidad.
La pregunta metafísica ¿por qué es el ente o no más bien la nada? ; Se debe comprender como la pregunta originaria que inaugura el camino de filosofía. Esto es así dada la amplitud de esta pregunta; porqué está abarca la totalidad, incluso lleva a preguntar por el sentido de la nada (que no se debe confundir por preguntar por la nada como entidad) Todo lo que no sea la nada está incluido en la pregunta y, finalmente, incluso la nada misma; no porqué la nada sea algo un ente- puesto que hablamos de ella- , sino porque “es” la nada (Heidegger, 1935). Si está pregunta, pregunta por la totalidad no tiene caso el dirigir nuestro preguntar hacia la diversidad singular; puesto que sería como interrogar al océano y esperar una respuesta de cualquiera de sus olas. La pregunta no interroga una u otra particularidad del ente (…) La interrogación busca el fundamento del ente en cuanto es lo existente (Heidegger, 1935) . Por lo cual, también, sería contraproducente establecer límites espacio-temporales al ente si concebimos unas investigación de este como totalidad.
A partir de todo lo anterior, en necesario aseverar que en el preguntar de esta pregunta; a pesar de que en primera instancia se establece, que no se prioriza un ente en particular, es el hombre quien realiza esta pregunta (la cual contiene y es contenida por la pregunta por el ser). Es por esto que el ser humano tiene un sentido único e importante; el de poder hacer o plantear la pregunta fundamental metafísica. Por ende la ontología de Heidegger “nace del hombre”, sin embargo quizás debamos tomar al hombre como un devenir histórico, que en cuanto ente se vivencia en un constante “estar-siendo-hacia”.
Podríamos establecer que el preguntar por el ente, compromete una existencia, pero, ¿qué es lo que lo hace existir?, o más exactamente; ¿Qué lo hace ser como ente? A partir de la pregunta fundamental de la metafísica dirigimos nuestro interrogar al ente, pero cuál es su “fondo”, su fundamento. Toda acción, actitud, en fin todo hacer se crea por medio de una intención ya sea consciente o inconsciente, y en el caso del ser humano que se involucra plenamente al plantear la pregunta fundamental metafísica, su intención inicial al interrogar al ente se trasmuta en un “proyecto existencial”. Puesto que sobrepasa su experiencia existencial
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