La Republica Por Platon
Enviado por katystefanyav • 3 de Abril de 2015 • 2.820 Palabras (12 Páginas) • 315 Visitas
Platón (427-347 a.C.), originario de Atenas, es un filósofo griego alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles. Posee un pensamiento político muy influyente a lo largo de la historia. Es autor de varias obras y protagonista de varios hechos van a marcar su vida y su pensamiento: las guerras del Peloponeso, ser discípulo de Sócrates, y el juicio al que se sometió, y la experiencia con el joven Dionisio de Siracusa, del que tiene que huir, cayendo prisionero y siendo vendido como esclavo y rescatado por un amigo que lo devuelve a Atenas. Por último la creación de la Academia.
Para comprender mejor la filosofía platónica debemos conocer el Mito de la caverna que aparece en La República
Se trata de un símbolo de la educación del filósofo. En ésta, Platón hace tener a Sócrates la siguiente visión: Imagina una serie de prisioneros encadenados de cara a la pared del fondo de la cueva. Toda su vida han estado así y nunca han visto nada más que sombras reflejadas en ésa pared. Estas sombras son producidas por un fuego que hay tras ellos. Entre el fuego y los prisioneros hay un muro por donde andan gentes transportando estatuas, vasijas o distintos objetos sobre sus cabezas. Los prisioneros, que no pueden mirar hacia atrás, oyen las voces y ven las sombras de los objetos y confunden o creen que estos ecos y sombras son la verdadera realidad. Pero uno de los prisioneros rompe sus cadenas, se gira y mira hacia la verdadera fuente de las sombras. Al principio la luz del fuego de la hoguera daña sus ojos y le es más cómodo mirar las sombras .Detrás de la hoguera está la entrada de la cueva y fuera, bajo la luz del sol, están los árboles, mares, ríos, montañas y el cielo. El prisionero es obligado a recorrer un trayecto duro y difícil hasta alcanzar la salida de la cueva.
Cuando sale de la cueva, la luz del sol le ciega, pero una vez acostumbrado ya puede distinguir entre lo que son las cosas y las sombras.
Si este hombre, que ya ha visto la luz, regresara a la cueva, parecería ridículo y tendría que acostumbrarse de nuevo a la oscuridad. Pero si además, llegara hasta los prisioneros y les explicara lo que había visto y les dijera que ellos estaban engañados y que vivían en un reino de sombras y tratara liberarlos, estos se enfadarían tanto con él que lo matarían (alusión a la muerte de Sócrates).
Platón presenta su mito más importante y conocido, el mito de la caverna. Platón dice expresamente que el mito quiere ser una metáfora “de nuestra naturaleza respecto de la educación y a la falta de esta”.
El mito describe nuestra situación respecto del conocimiento: al igual que los prisioneros de la caverna que sólo ven las sombras de los objetos, nosotros vivimos en la ignorancia cuando nuestras preocupaciones se refieren al mundo que se ofrece a los sentidos. Sólo la filosofía puede liberarnos y permitirnos salir de la caverna al mundo verdadero o Mundo de las Ideas. La ética de Platón está enfocada al logro del supremo bien del hombre en la posesión del cual consiste la verdadera felicidad. La felicidad, como el bien supremo del hombre, se puede decir que es el desarrollo auténtico de la personalidad como ser racional y moral, y espiritual, y en una relación armónica de estos tres pilares. Esto sólo puede lograrse mediante la educación (paideia).La educación es necesaria, pero la auténtica educación es la que conduce a la verdad y al bien. La concepción platónica de la educación es opuesta a la de los sofistas. Según estos, la educación consistía en impartir a los alumnos ciertos conocimientos necesarios para alcanzar el poder y el éxito en la sociedad, es decir que el conocimiento tenía para ellos un valor utilitarista. Platón, por su parte, entiende la educación como un auténtico arte de conducir el alma hacia la verdad.
Para Platón el conocimiento y la misión del educador es dirigir las preguntas, establecer un diálogo con el alumno de manera que haga posible el descubrimiento de la verdad. Sólo cuando el alma haya alcanzado el conocimiento de los auténticos valores éticos y políticos podrá conseguir la virtud (areté).
La felicidad debe alcanzarse mediante la práctica de la virtud. El tema de la República es la justicia en el individuo y en el Estado. Se trata de una utopía política en la que el gobierno pertenece a los filósofos. El filósofo será el fruto más exquisito de la educación dada por el Estado: a él compete trazar el diseño concreto del Estado ideal y dirigir su realización. Los escogidos como candidatos o posibles gobernantes serán instruidos, no sólo en armonía musical y en gimnástica, sino también en matemáticas y en astronomía. Mas toda esta instrucción será una preparación para la Dialéctica, por la cual el hombre mediante el uso de la razón puede alcanzar el conocimiento del mundo inteligible y contemplar la idea de Bien. Los seleccionados pasarán gradualmente este curso educativo y los que al llegar a la edad de 30 años hayan dado pruebas satisfactorias, recibirán la instrucción especial de la Dialéctica. Transcurridos cinco años de tal estudio, se les enviará al interior de la caverna y se les confiará algún cargo, con el fin de que vayan adquiriendo la necesaria experiencia de la vida.
Esta prueba durará quince años y los que la superen (que tendrán ya los 50 años) serán los responsables de la ordenación del Estado. Sólo en la ciudad justa es posible educar hombres justos. El Estado ideal de Platón se fundamenta en la justicia. Un estado justo es el que viene impuesto por la Idea del Bien. Esto sólo será posible si los gobernantes son sabios, esto es, filósofos que hayan logrado penetrar en el mundo de las ideas. La idea de Bien debe guiar al Estado y al individuo. Los ciudadanos serán felices si son gobernados por la persona más sabia y justa. Sólo la persona bien instruida sabrá anteponer el bien de la razón, el bien del alma al del cuerpo. El saber de lo que en verdad es importante, qué es lo justo y lo injusto, qué es el bien y el mal, no debe dejarse en manos de cualquiera, sólo el filósofo podrá responder adecuadamente a tales preguntas.
En la República, Platón se pregunta sobre el Estado Ideal. La tarea del gobernante consistirá en vigilar que este orden se mantenga, que cada parte cumpla su función y que cada individuo ocupe el puesto que por naturaleza le corresponde y reciba la educación adecuada a su posición en la sociedad. Se trata de una organización política estrictamente jerarquizada. No todos los hombres están igualmente dotados por la naturaleza, ni deben realizar las mismas funciones. Según el alma que predomine en cada uno, debe ser educado para esa función. Eso sí, los ciudadanos, pobres o ricos, hombres o mujeres, tienen las mismas posibilidades. Será el proceso educativo el que vaya colocando a cada
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