Republica De Platon
Enviado por camil220995 • 15 de Octubre de 2013 • 1.582 Palabras (7 Páginas) • 334 Visitas
El Capítulo I comienza cuando Sócrates se dirige hacia la ciudad después de haber participado de una celebración pueblerina. En su camino de regreso Sócrates prácticamente es obligado a quedarse en la ciudad por algunos jóvenes que deseaban escucharlo. Entre ellos se encontraban Polemarco, Adimanto, Glaucón y algunos otros. Al llegar a la casa de Polemarco, Sócrates disfruta de encontrarse con Céfalo, anciano padre de Polemarco. Al ver Sócrates que Céfalo está bastante anciano le pregunta sobre lo que piensa de la ancianidad, mencionándole que al estar presente algunos jóvenes en el lugar él puedan contarles qué tan bueno o malo será alcanzar esta etapa de la vida. En tal conversación, Céfalo manifiesta que al contrario de muchos ancianos que se pasan la vida lamentándose sobre su ancianidad debido a que esta para ellos les representa muchos pesares por la pérdida de los placeres de la juventud, él por su parte ha sabido sacarle gran provecho y encuentra mucho placer en la paz y la tranquilidad que ésta le brinda.
Al ver la manera como habla Céfalo sobre la vejez, Sócrates le pregunta si él piensa que esta puede ser más llevadera para aquellas personas que poseen grandes riquezas debido a que el dinero les puede brindar mayor tranquilidad. Céfalo explica que el llevar una buena juventud o una buena ancianidad no tiene nada que ver con la riqueza o con la pobreza, lo realmente substancial es saber llevar cada una de ellas con inteligencia y con buen carácter para poder disfrutarlas. Dice éste que muchos hombres que llegan a la ancianidad se llenan de pesares acordándose de sus vivencias y según han sido éstas, así mismo son sus satisfacciones o sus remordimientos, más aún cuando éstos han hecho daño a terceros. En este punto se llega al tema sobre lo que es justo o injusto, entonces entra en la conversación Polemarco y sale Céfalo para ir a terminar su sacrificio. Polemarco dice que, según Simónides, la justicia radica en dar a cada uno lo que se le debe y que él comparte esta opinión.
A partir de lo dicho por Polemarco se inicia una conversación entre él y Sócrates respecto a lo que afirma Simónides para el cual la justicia no es más que dar a cada uno lo que se le debe, concluyendo luego que esto es sin importar si esa persona está o no en su razón aunque sea en su propio perjuicio. Sócrates le pregunta a Polemarco referente a qué hubiera respondido Simónides si se le hubiera preguntado lo que da la medicina, lo que da el arte del cocinero e igualmente lo que da la justicia y a quién se lo da. Continúa hablando Sócrates que para él lo que afirma Simónides es que la justicia es hacer bien a los amigos y hacer mal a los enemigos, como el médico con las enfermedades y el piloto en alta mar hacen el bien a sus amigos o el mal a sus enemigos. De allí que surge entonces la pregunta sobre la utilidad de la justicia, si esta es buena cuando se requiera conservar cosas, sin embargo será inútil cuando éstas necesiten ser utilizadas, para lo cual se deberá buscar quién sepa utilizarlas. Tanto Polemarco, como Sócrates convienen que el amigo es el que nos parece bueno y el enemigo es el que nos parece malo. Luego Sócrates expone otros ejemplos para explicar a Polemarco que si el hacerle mal a los animales y a los hombres los hace peores, entonces la justicia de unos hombres hará injustos a otros. En esta parte Sócrates afirma que si la justicia es dar a cada uno lo que se merece y que los justos hacen bien a sus amigos y mal a sus enemigos, entonces nunca es justo hacer daño a otros.
Inmediatamente después de la conclusión de Sócrates sobre la justicia, surge luego la interrogante referente a qué consiste la misma si ya han concluido que ésta no es como lo afirma Simónides de dar a cada uno lo que se le debe. Aquí se inicia una acalorada discusión con Transímaco el cual se enfrenta a Sócrates diciéndole que está equivocado y que él tiene otra opinión sobre lo que realmente es la justicia. Transímaco afirma que para él la justicia no es más que lo que es provechoso para el más fuerte, explicando que los más fuertes se hacen más poderosos porque se imponen a los demás utilizando su autoridad para gobernar. Sócrates lo cuestiona diciéndole que si bien es cierto que la justicia es para los más fuertes, también es cierto que éstos se equivocan y mandan a hacer cosas contrarias a lo que les conviene. Basándose en ejemplos sobre las artes y el objeto de las mismas, Sócrates debate
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