REPUBLICA DE PLATON
Enviado por gabycedanito • 5 de Noviembre de 2013 • 2.882 Palabras (12 Páginas) • 307 Visitas
En estos diálogos que sostiene Sócrates con diferentes filósofos y pensadores, comienzan a discutir sobre qué es la justicia. Primeramente, se define a la justicia como “hacer no solamente lo útil para el más fuerte”. Se plantea que el hombre justo es un hombre de bien, por lo tanto, ningún hombre debe hacer el mal a nadie si es justo.
Se habla sobre la felicidad, refiriendo que el hombre justo es infeliz, porque no sigue sus intereses propios, no obstante el injusto es feliz, porque siempre obtendrá la satisfacción de logras y conseguir sus intereses.
Nos definen el comportamiento del justo y el injusto con la siguiente frase: “El justo no prevalece de sus semejantes, pero sí de sus contrarios, mientras que el injusto prevalece de sus semejantes y de sus contarios”.
Nos dice, que la justicia es más ventajosa que la injusticia, y que ser justo, por ende, es tener un alma virtuosa, mientras que ser injusto, es tener un alma viciosa.
Capítulo II
En éste capítulo se distinguen 3 tipos de bienes:
1) Bienes amados por su naturaleza.
2) Bienes amados por su naturaleza y por los bienes que se derivan de ella.
3) No deseados por sí mismos, pero sí por su cualidad para lucrar.
Nos dice entonces que “padecer la injusticia es mejor que cometerla”. Nos dice ahora que la justicia es una convención social, con esta convención nos referimos a las leyes y nos dice que éstas “son coacciones que regulan el comportamiento justo del hombre en la ciudad”.
“La justicia es una convención necesaria”, dice Sócrates, porque el hombre es injusto por naturaleza, “el hombre es el lobo del hombre”. Pero el hombre también es naturalmente social, porque no se puede sostener por sí mismo, siendo así, como nace la ciudad.
El hombre tiene 3 necesidades principales, que son: comida, vivienda y vestido. Para satisfacer estas necesidades, era indispensable la división del trabajo dentro de la ciudad. Al crecer la ciudad, nace la subdivisión del trabajo y comienzan a darse los lujos, que éstos a su vez, crean las clases sociales. Se crea el comercio y la moneda.
Sócrates propone dos estudios imprescindibles para la infancia: La gimnástica (que fortalecía el cuerpo) y la música (que estimulaba el alma). A los guerreros se les instruyen desde pequeños 5 valores específicos:
1) Templanza: Es un tipo de ordenamiento y control de los placeres y apetitos cuando la parte del alma que es mejor por naturaleza domina a la peor se dice que uno es dueño de sí mismo.
2) Prudencia: “Sabiduría práctica”. La Prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela.
3) Valor: Es una cualidad, virtud o utilidad.
4) Fuerza: Es la virtud que da valor al alma para poder afrontar con coraje y vigor los riesgos, moderando el ímpetu de la audacia. Siempre manteniéndose en la recta razón en el obrar.
5) Justicia: Es una de las virtudes cardinales, cuya práctica establece que se ha de dar al prójimo lo que es debido, con equidad respecto a los individuos y al bien común.
Capítulo III
Nos explica aquí las características que deben tener los guerreros, definiéndolos como “guardianes del Estado”. Por consiguiente los guerreros deben tener las siguientes características:
* Valientes
* Desprecio a la muerte
* Privación de las lágrimas
* Templanza
* Incorruptibilidad
Así mismo, nos dice que los guerreros deben tener un conocimiento amplio en materia del discurso, la música y la gimnástica, para lograr un equilibrio total en el individuo. La música debe ser el primer estadio para que un guardián se forje y posterior a esto, la gimnasia. La educación sirve para ver más allá del pensamiento común. Se buscaba asimilar costumbres evitando la cotidianidad.
Nos habla de tres tipos de almas que tienen los hombres, y la profesión que deberán desempeñar, dependiendo el alma con la que nazcan.
* Alma de Oro Filósofos
* Alma de Plata Guerreros
* Alma de Bronce Artesanías o Agricultores
Capítulo IV
Se trata aquí, el tema de la felicidad, y nos dice que para que se conciba un Estado feliz, han de serlo todos sus ciudadanos. Sin embargo, no todos los ciudadanos son felices, porque hay quienes tienen más que otros. Dice también que para que todos sean felices deben hacer aquello para lo que nacieron, regresando a los tipos de almas. La riqueza o la pobreza excesiva corrompen a los ciudadanos.
Afirma entonces Sócrates que “el hombre justo no diferirá de nada al Estado justo, en lo que se refiere a la idea de justicia, sino que será semejante a él”. Con esto nos aclara evidentemente, que para lograr un Estado justo es completamente necesario que cada hombre que habite en él deba tener un pleno conocimiento de la justicia y ejercerla sin corromperse.
Educar bien es necesario para tener una mejor sociedad, es decir que cada individuo tenga y realice un papel definido.
Se dice que el alma es racional, irracional e irascible. Así pues un hombre es justo cuando cada parte de su alma hace lo correcto.
Resumiendo, el objetivo del Estado es lograr la felicidad. La felicidad se consigue con la justicia, y la justicia se consigue haciendo lo que a cada quien le corresponde.
Capítulo V
En éste capítulo Sócrates propone:
“Para hombres nacidos y educados como los que hemos descrito no hay, en mi opinión, otra recta norma de posesión y trato de las mujeres y de los hijos que la que se deduce de hacerlos seguir el camino que trazamos al principio. Comparamos a esos hombres, creo, con los guardianes de un rebaño."
Sócrates, opina, que las mujeres y los niños de los guardianes se convierten en bienes comunes. En primer lugar enseña que las mujeres poseen las mismas capacidades que los hombres, aunque generalmente en grado menor; por lo tanto, nada se opone a que participen de la misma educación y ocupaciones que los guardianes. Hombres y mujeres pueden colaborar y trabajar para el mismo fin.
Para asegurar el éxito de las tareas y objetivos propios de los guardianes, propicia una especie de matrimonio común, que mejoraría la raza, libraría a las mujeres de obligaciones insignificantes y contribuiría a una más completa unidad y armonía de sentimientos en el Estado.
Sócrates pronuncia en general los ideales, tanto en arte como en política, que sean o no completamente realizables. Se trata de una ciudad ideal o modelo, en la cual se supone que todo es perfecto porque sus diversas partes contribuyen al debido equilibrio, contra aquellos que la critican desde una realización concreta en un mundo de seres imperfectos que no se ajustan ni pueden ajustarse
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