La etnografía a través de la historia ha pasado por largos procesos de cambios y transformaciones.

Introducción

La etnografía a través de la historia ha pasado por largos procesos de cambios y transformaciones.

Hemos querido mostrarle un breve relato de la historia de la etnografía, así como todos los procesos que fueron adoptando totalmente; conceptos distintos al concepto moderno de etnografía en el cual se nota la ausencia del trabajo de campo en sus principios y la construcción de la etnografía a través de experiencias ajenas.

El siguiente trabajo nos muestra ese proceso y como logra consolidarse con Bronislaw Malinowsky, considerado con el método etnográfico al igual que los aportes que ofreció al conocimiento etnográfico.  

La Etnografía

Etimológicamente la palabra etnografía proviene del griego “etnos” que significa tribu-pueblo y “grapho”– “escribo” significa pues descripción de una tribu o pueblo o estudio de grupos de personas y culturas.

La etnografía supone un “Etic ”que es el investigador un “Emic” que es la persona objeto de estudio y el “Insitu” que es la investigación o proceso investigativo (trabajo de campo).

Origines de la Etnografía

La etnografía que era llamada en sus principios técnica etnográfica, tiene sus orígenes en la Grecia clásica siendo Platón y Aristóteles quienes comenzaron a debatir sobre los aspectos cuantitativos y cualitativos, defendiendo platón una perspectiva cuantitativa y Aristóteles una cualitativa, imperando la perspectiva cuantitativa hasta mediados del siglo XIX. Los primeros estudios etnográficos no eran más que relatos viajeros fundados en la curiosidad y descripciones que de ellas se hicieron en obras de historia, Filosofía, historia natural, geografía, cuentos, leyendas y mitos; muchos de los cuales eran realizados por misioneros y viajeros.  La cual estaba disociada del trabajo de campo y carecía de organización.

Ya para la edad media en la cual se deja sentir el poder de la Iglesia, su influencia afecta a la etnografía, al verse inclinada hacia una interpretación teocéntrica y teocéntrica de vida humana, que ahora quedaba supeditada a la perspectiva cristiana. Es hasta el siglo XVIII que comienza a tenerse un concepto más amplio de la etnografía, esta primera interpretación es obra de los viajeros, los “filósofos” y los naturalistas. Sin embargo, se puede decir que en el siglo XVIII no se produjo un sustancial incremento en la literatura etnográfica, sino que, por el contrario la reflexión fijó las bases de lo que sería la etnografía posterior a las exploraciones que tienen lugar en todo el mundo a finales del siglo XVIII, incitadas por la necesidad de buscar nuevas soluciones para una población creciente como la europea, y también por la curiosidad de muchos estudiosos, condujeron  a una permanente ampliación de las informaciones etnográficas.   La apertura del mundo occidental hacia los territorios de ultramar tomó una dimensión universal: el campo del conocimiento del hombre exótico se extiende por todos los continentes.

La reflexión sobre el hombre exótico se vuelve cada vez más crítica y pretende haber encontrado una lección aprovechable para el hombre occidental.

Filósofos y naturalistas: Los filósofos son, sin lugar a dudas, los verdaderos creadores de las ciencias humanas, gracias a que comprendieron la variabilidad de las sociedades bajo la influencia de las condiciones del medio e hicieron que se resquebrajara la humanidad del hombre “blanco, cristiano y civilizado”.

Al darle una amplia acogida a la realidad exótica conocida, algo cambió de manera irreversible: el hombre empezó a ser estudiado, tímidamente todavía, como uno de los objetos de la ciencia. Los primeros tiempos de la construcción etnográfica se caracterizan por estar disociados del trabajo de campo. Ello es bien evidente en el evolucionismo, aunque con algunos de los antropólogos evolucionistas se inicia el trabajo de campo, la antropología que construyen es más especulativa. Es decir, se imaginaban sociedades en evolución y concluían explicando cuál había podido ser el mecanismo de la evolución.

Algunos antropólogos evolucionistas reúnen auténticos arsenales de datos, pero carentes del amparo de una metodología rigurosa, lo cual se traduce en una pérdida de crédito. Sin embargo, gracias a las teorías del Darwinismo se logra un impulso valioso para las ciencias sociales. Por tanto, y a pesar de que su brote se produce con anterioridad, es en el siglo XIX cuando se constituyen formalmente tres disciplinas sumamente cercanas.

En su objeto la etnografía, la etnología y la antropología, cuyas denominaciones iniciales se han mantenido en el correr del tiempo, razón por la cual se ha optado por unirlas y llamarlas antropología social ya que están íntimamente ligadas. Así, mientras que la etnografía representa la etapa inicial de la investigación puramente descriptiva, la etnología comporta una etapa analítica-comparativa, intermedia que conduce a la elaboración teórica más elevada que supone la antropología (C. LÉ STRAUSS, 1958).

Poco a poco, según iba pasando el tiempo, algunos difusionistas ingleses y los particularistas norteamericanos fueron haciendo del trabajo de campo el centro de sus investigaciones, un ejemplo de este giro lo constituye Franz Boas, haciendo lo propio entre los amerindios norteamericanos. En los últimos años del siglo XIX el cambio en la construcción de la etnografía es ya un hecho, ya que se deja a un lado la realización del trabajo dependiendo de lo que otro relatara de sus experiencias y se opta por una personal.

Estos antropólogos que recurren a la metodología del trabajo de campo se valían a menudo de intermediarios o consultores ya que, elegían a los informantes adecuados en las comunidades que estudiaban, y ellos eran los que les proporcionaban la información que precisaban. Algunas veces se había llamado a los primeros antropólogos que realizaban trabajo de campo antropólogos de veranda o de gabinete, dado que, más que integrarse en la comunidad, reducen su trabajo a la información que les proporcionan los consultores. En la segunda década del siglo XX se produce un nuevo cambio, y es el que se lleva a cabo cuando Malinowski y otros, siguiendo en alguna medida la senda abierta por sus maestros ingleses, proporcionan un profundo contenido científico a la observación participante (Sustituyendo a la realizada mediante informantes previamente escogidos). En esta nueva etapa el antropólogo pasa un largo tiempo con la comunidad estudiada, conociendo su lengua, sus normas, sus creencias y sus valores. El ejemplo de su trabajo en las Islas Trobiand, ilustra lo que se acaba de decir. Los argonautas del Pacífico occidental (1922) contiene una minuciosa descripción de la técnica antropológica del trabajo de campo. Se considera que la etnografía tuvo su inicio en el siglo XIX y en el cual se considera a Bronislaw Malinowski como el padre de la etnografía, sin embargo, otros autores como Franz Boas hicieron grandes aportes; a continuación, presentaremos los autores más representativos de la etnografía:

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