La naturaleza de la libertad

La naturaleza de la libertad

Pocas cosas son más difíciles de definir que la libertad. Una idea abstracta que muchas veces responde a una interpretación subjetiva y que se define en base a las vivencias, experiencias, ideas y creencias de la persona. No es posible crear una definición universal, una que podamos poner en los diccionarios y quedar satisfechos con eso. De intentar se ha intentado, pero nunca contenta ni lo hará para todos. Como dijimos, es una idea muy subjetiva, para algunos significa una cosa y para otros otra, y que pueden ser sumamente diferentes entre si sin compartir ninguna idea en común. Todo depende desde donde se defina, de donde provenga, bajo que contexto, momento de la historia y muchos otros factores. Por eso es que nace la pregunta, ¿Se puede definir la libertad? Y con ello, lo más fundamental: ¿Qué es la libertad?

A pesar de poner las trabas, es importante entender que es, y que es para uno la libertad; pero solo nos conformamos con las ideas occidentales y muchas veces simples para un concepto tan complejo y con tantas aristas . ”Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.”, así lo define google, y es correcto, una de las ideas más extendidas de la libertad es la libertad de acción; “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.” Según el diccionario de la lengua española, ambas ideas están bastante arraigadas en las ideas contractualistas. Una libertad de acción hasta cierto límite, siempre en las reglas que estipula la ley. “The state of being able to act without hindrance or restraint”, la definición de freedom, de mano del Oxford English Dictionary; no menciona las limitantes de la ley, pero se sobreentiende. Es ahí que se hace partícipe otra dificultad de darle una definición al concepto de libertad: las diferencias culturales que se apropian de este concepto.

Muchas son las definiciones que podemos darles, pero nunca una unificada. Pregúntale a un americano, o un francés, o a un francés durante la revolución francesa, o a un ruso o a un indu; a Simón Bolívar o Mahatma Gandhi o a Virginia Woolf. A Nelson Mandela, a un esclavo o a Rousseau. A partir de eso, de haber aceptado que no es fácil y que depende de muchos factores, podemos partir a definir qué es la libertad. Y para eso, primero hay que entender su historia.

Si nos queremos remontar al primer momento en la historia en que se empleó la palabra libertad, lo tendríamos muy difícil; nadie sabe con certeza cuándo ocurrió ni dónde ni quién lo dijo. Basta saber que la mayoría de la historia antigua se desconoce y que hasta el día de hoy se siguen descubriendo nuevos hallazgos y realizando investigaciones sobre el tema. A lo más que podemos conformarnos es la primera vez, datada, en el que se haya utilizado. Ama-gi, el grafismo más antiguo del que se tenga conocimiento que alguna vez haya significado algo parecido. Fue escrita en una tablilla de yeso (actualmente ubicada en el Louvre) aproximadamente en el año 2300 A.C. en la ciudad-estado de Lagash (Sumeria). Este cono de arcilla se le atribuye a Urukagina, Ensi (tipo de gobernante sobre una ciudad-estado) de Lagash. Literalmente significa “retorno a la madre”, y hace referencia a manumitir a un esclavo. En él se escribió el código de justicia que regiría a la ciudad de Lagash; y es, aparte, el primer código de justicia de la historia.

El primer filósofo que alguna vez trató el tema de la libertad en sus escritos fue el chino Lao-Tse, el fundador del taoísmo. Parte fundamental de la formación del pensamiento oriental y que en sus escritos guiaba a cómo conseguir una vida de acuerdo a la naturaleza y alcanzar la serenidad del alma. El ser humano ha de vivir libre y sin ataduras; solo de esa manera podrá vivir en armonía con el Tao y alcanzar la plenitud. Además, trata la forma en que los gobernantes deben de dirigir a sus gobernados; que no debe subyugar mediante las armas y la represión, y que debe gobernar facilitando el desarrollo personal de cada individuo, sin intervenir sobre ellos. Un tipo de gobierno totalmente opuesto a las dictaduras.

Recién en la Grecia clásica se habla de la libertad como algo más parecido a lo que entendemos hoy en día, la libertad política. Se excluyó a las mujeres y esclavos (los cuales igualmente tendrán su historia con la libertad, íntimamente relacionados), por temas obvios; la sociedad antigua se caracterizó por ser una sociedad sumamente machista y racista, muchas veces, en las cuales se excluía a ciertos sectores de la sociedad a participar de actividades reservadas a un grupo específico; pero a pesar de eso, tomemos que se realizaron las primeras asambleas públicas, donde se le daba la opción de opinar y votar a la ciudadanía. En Esparta nacen estas, pero es en Atenas donde el concepto de democracia surge verdaderamente. Todos los ciudadanos u hombres libres podían hacerse partícipe de elegir a sus representantes. Se critica a la monarquía, como en la obra de Heródoto, y se justifica basado en el principio de igualdad de derechos; las monarquías son autoritarias, el monarca posee poder absoluto sobre el resto; en la democracia todos son iguales, en libertad y derechos. Todos son libres, y es el objetivo idílico de todos los que aspiran a un sistema de gobierno donde prime la libertad de cada individuo.

Liberté, Égalité y Fraternité, fueron los valores que definieron la sociedad francesa a partir del siglo XVIII, donde la idea de libertad actual, el objeto abstracto que creemos entender, encuentra su verdadero origen. El fin de la monarquía y la instauración de un nuevo tipo de gobierno, en el que todos fuesen iguales y libres (cosa que al final, como sabemos, no ocurrió). A pesar de esto, no hay imagen que mejor represente este momento histórico, y esta idea de libertad, que el cuadro La Liberté guidant le peuple. Es la imagen que nos llega a la cabeza, la libertad, con forma etérea, que guía a su propia gente hacía la anhelada libertad. Una imagen que es, hasta el día de hoy, tan representativa que se entiende como la misma definición de ser libres. Reflejo perfecto de ese momento histórico, tan influyente que llegó a expandirse hasta nuestro propio continente, con la expansión del liberalismo. El desertar la corona española y la instauración de nuevos gobiernos, democráticos y libres. “Chilenos: Ha llegado el día solemne de la consolidación de nuestra libertad.”, así abre la carta de Francisco Antonio Pinto hacía la nación en la primera constitución de la república de Chile en 1828. En su primer artículo “La Nación chilena es la reunión política de todos los chilenos naturales y legales. Es libre e independiente de todo poder extranjero [...].” referencia a la liberación de la nación de manos de gobiernos extranjeros y la reivindicación de la libertad de mando de su propia gente.

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