Laberinto De La Soledad
Enviado por tacho4 • 21 de Abril de 2013 • 2.096 Palabras (9 Páginas) • 407 Visitas
Introducción
Octavio Paz, fue la mayor aportación de las letras mexicanas del siglo pasado. Una novela bien estructurada. Nos lleva de la mano por el camino de la reflexión y la pregunta, del amor y la duda, de la vida y la muerte. “El Laberinto de la Soledad”, es un estudio del mexicano, Su vigencia es impactante. Contiene ocho capítulos y un apéndice en los cuales recorre la historia de México. Sus momentos simbólicos y dramáticos.
Semblanza del autor
• Octavio Paz Lozano, nace en la ciudad de México en el año de 1914. Estudia en la facultad de Derecho de la UNAM. En 1931 publica sus primeros poemas y ensayos en el Nacional y en la revista Barandal. Su obra, abarca además libros sobre poética, antropología, arte, historia, biografía, y crítica política y literaria. Ha sido traducido a más de 30 idiomas entre los que se encuentran el Estonio, el Alabes, el Islandés y el Malayalam.
• Entre los reconocimientos que ha recibido se encuentran: el Príncipe de Asturias, el Cervantes, el Alexis, y en 1990 el Nobel de Literatura “por su escritura apasionada y de amplios horizontes, caracterizada por una inteligencia sensual, y la integridad de su humanismo”. Muere en la ciudad de México el 19 de abril de 1998. Su último acto público fue la asistencia a la inauguración de la fundación que lleva su nombre.
El Pachuco y otros extremos.
Inicia Octavio Paz su ensayo: habla sobre el adolescente y su asombroso descubrimiento de sí mismo, que lo lleva por conclusión, a una consciente soledad en el mundo. ¿Qué somos y cómo realizaremos eso que somos? La adolescencia, ese preciso momento en que tomamos conciencia de nuestro ser. Fue en la ciudad de Los Ángeles donde Octavio Paz comenzó su análisis, comparando precisamente al gringo promedio, con más de un millón de mexicanos que ahí radicaban.
Pachucos. Es decir, “Bandas de jóvenes generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del sur, que se singularizan por su vestimenta conducta y lenguaje”.
El Pachuco, según Octavio Paz, “Es uno de los extremos a los que puede llegar el mexicano”. Siempre marginal, al Pachuco le gusta irritar a la sociedad, entonces, y sólo entonces, el Pachuco encuentra su lugar en el mundo y por lo tanto, su razón de ser.
“Sentirse solo no es sentirse inferior sino distinto”
Máscaras mexicanas.
El mexicano, ser singular que sin embargo, “siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos también de sí mismo.” Capaz incluso de hacer uso del silencio, además de la palabra, como un instrumento de defensa.
Conceptos como “rajarse”, revelan el grado de machismo que todos llevamos dentro. ¡Puto el que se raje! Otro ejemplo, que sólo en México existe, es el albur. Lenguaje secreto, ingenioso, de fuertes connotaciones sexuales que agrede, reta, y finalmente, termina por demostrar nuestro carácter cerrado frente al mundo.
El mexicano usa máscaras para proteger su intimidad, no le interesa la ajena.
Mención aparte sería el caso de la mujer mexicana. “En un mundo hecho a la imagen del hombre, la mujer es sólo un reflejo de la voluntad y querer masculinos”. Las máscaras del mexicano, sus mentiras, reflejan sus carencias, lo que fuimos y queremos ser.
Todos santos, día de muertos.
“Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo” Durante las Fiestas populares, desde el grito de independencia hasta el día de la raza, el mexicano se siente completo, seguro. La razón es sencilla, en ese instante, en ese presente, “el pasado y el futuro al fin se reconcilian”.
Uno de los festejos que más llama la atención: es el día de muertos. Ya desde antes de la llegada de los españoles, los indígenas creían que la vida se continuaba con la muerte, y de hecho, la vida misma se alimentaba de la muerte.
Octavio Paz señala, “todo funciona como si la muerte no existiera”, se exalta la salud con drogas milagrosas en un siglo donde también hubo campos de concentración. Para el mexicano moderno, la muerte ha dejado de ser tránsito, ahora es su amor más permanente, su juguete favorito.
Los hijos de la Malinche.
. El individuo se vuelve obrero, número de fábrica prescindible. Produce mercancía que el mismo consume. Se disuelve en la masa y entonces cobra significado. Ahora pertenece a una clase.
Frase de Octavio paz “El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo”.
Un grito es suficiente para afirmarnos ante lo exterior, ante los demás: ¡Viva México hijos de la Chingada! Y ¿quién es la Chingada?, ¿a quién o quienes se dirige tal grito de guerra?
La Chingada, es la mujer abierta, violada, es el resultado del conquistador, penetrando por la fuerza a la mujer indígena. Sin embargo, los hijos de la Chingada son los otros, los no mexicanos, los malinchistas.
Y Así, la Chingada y la Virgen de Guadalupe, ambas figuras pasivas, representan el amor –odio del mexicano hacía sí mismo.
Al gritar, ¡Viva México hijos de la Chingada! Continuamos gritando nuestra voluntad de cerrar los ojos al pasado.
Conquista y colonia.
Al llegar los españoles al nuevo continente, encontraron una civilización perfectamente estructurada: Mesoamérica. La próxima Nueva España comprendía el centro y sur de el actual México y parte de conclusión ca, además, se encontraba poblada con distintas culturas peleadas entre si y con enemigo común: los últimos pobladores del Valle de México, los Aztecas
La agricultura, el uso del maíz, el juego de pelota, y los sacrificios humanos, eran rasgos característicos de todos los pobladores de Mesoamérica
Al arribo de los españoles, todos los pueblos sometidos por los Aztecas, vieron una posible liberación, por ello, muchos o no oponían resistencia, o se dejaban llevar por la indiferencia. Algunos más, como los Tlaxcaltecas se aliaron incluso a Cortés.
Posteriormente, el catolicismo se convierte en el corazón de la Nueva España y los indígenas, consientes de su orfandad, abrazan al Cristo ensangrentado, al Cristo humillado pues de alguna manera, ven un certero reflejo de su realidad. Hay que hacer notar, que la decadencia del catolicismo europeo coincide precisamente con está época.
De la Independencia a la Revolución.
No es una independencia propositiva en ideas, no hay postulados ni ideas universales. Los caudillos, es decir los sacerdotes, no tienen una idea clara de que hacer. Su única virtud, es que escuchan de cerca al pueblo. Termina con la esclavitud, Morelos reparte los latifundios, pero, la iglesia
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