Las Convicciones De Erich Fromm
Enviado por rauldos • 24 de Octubre de 2012 • 3.103 Palabras (13 Páginas) • 623 Visitas
Las convicciones de Erich Fromm
NOVENA PARTE: LA FUERZA DEL AMOR Y LA ESPERANZA
Capítulo 37 - El arte de amar
Cuando escribió el libro “El arte de amar” se propuso convencer a sus lectores que cualquier intento de amar está condenado al fracaso a menos que se desarrolle una personalidad total que signifique adquirir una orientación productiva y se llegue a comprender que el amor individual sólo es alcanzable si también se es capaz de amar al prójimo con humildad, coraje y disciplina.(1)
Antes de introducirse en el tema específico decía que era importante abordar la cuestión de la comunicación entre los seres humanos, pues hay un claro déficit en la sociedad moderna que puede verificarse en la conversación superficial y anodina que abarca gran parte del tiempo en que nos contactamos con los demás.
Es en la conversación diaria o sea en la comunicación rutinaria donde deberíamos elevar el nivel de nuestro intercambio con la finalidad de mejorar las relaciones y el entendimiento con las otras personas. Sobre este aspecto explicaba que: “Un auténtico diálogo no se propone convertir al otro a las propias ideas ni contender con él, sino establecer un intercambio. No se trata de saber quién tiene razón, ni tampoco de si lo que se dice es tan extraordinariamente importante. De lo que se trata es de que sea auténtico”.
La conversación también es un arte y sólo podrá ser recuperada por los hombres cuando en nuestra cultura se supere el modo de vida orientado al logro de fines, la actitud que necesitamos es que la única finalidad sea expresarnos de tal manera que predomine la orientación de ser y no de tener.
Tiempo atrás cuando no existía la televisión, o aún antes cuando no había ni radios ni automóviles, es decir cuando había mucho menos que comprar aún para las clases adineradas, la conversación formaba parte de la vida cotidiana de las personas, esta costumbre se fue perdiendo a medida que se dedicó más tiempo a los aparatos modernos, que paradójicamente nos permiten comunicarnos con personas que se encuentran lejos, pero paralelamente nos incomunican con quienes están en la cercanía. (2)
Comenzando con el tema del amor digamos que la mayoría enfrenta esta cuestión como si el problema estuviera circunscripto a ser amado¸ y no a que seamos nosotros los que amemos, es decir no se tiene en cuenta la propia capacidad de amar, esta actitud provoca que el asunto se encasille en si somos dignos de ser amados o sea en lograr que se nos ame. Para el caso de los hombres el camino parece estar estrechamente relacionado con ser exitoso, poderoso y rico, en tanto que para las mujeres la cuestión se centra en ser atractivas interviniendo el cuidado del cuerpo y la ropa. Ultimamente los varones también han incrementado su preocupación por la vestimenta y la apariencia en general.
La relación así establecida parece tener bastante de transacción comercial, según el concepto imperante en este sistema dos personas se enamoran cuando han encontrado en el mercado el mejor objeto disponible dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio.
Dicho sin tapujos, Fromm mostraba como el amor en el capitalismo tendía a convertirse en una actividad comercial más. “En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que éxito material constituye el valor predominante, no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el mercado de bienes y trabajo”.
El camino que nos sugería si tenemos intención de no caer en esas transacciones comerciales-amorosas era el de tomar conciencia que el amor es un arte igual que el de vivir, por lo cual si queremos adquirir la capacidad de amar debemos hacerlo de igual manera que para aprender cualquier otro arte como la música, la pintura, etc.
Conocer un arte implica interiorizarse tanto de la teoría como de la práctica, a pesar del anhelo de lograr ser amado dedicamos más tiempo a cualquier otra cosa, a la que en definitiva le otorgamos una mayor prioridad, tal como obtener éxito, prestigio, poder o dinero; nos dedicamos gran parte de nuestra vida a estas cuestiones y muy poco a desarrollar el arte de amar.(3)
En las sociedades capitalistas modernas muchas personas suponen que no son amadas porque no son suficientemente “atractivas”, considerando parámetros que se establecen en base a la apariencia: la ropa, el dinero, la posición social, la inteligencia, el prestigio, etc. No consideran que el problema real no consiste en la dificultad de ser amado sino en la imposibilidad de amar, uno sólo puede ser amado si es capaz de amar.(4)
Fromm tendía a darle al amor una significación que excedía la mera relación con otra persona, decía que se trataba por sobre todas las cosas de una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de ese individuo con el mundo. Si alguien ama a otro ser pero le resulta indiferente el resto de sus semejantes, no se puede considerar amor sino que se podría definir como una relación simbiótica, sin embargo Fromm no ignoraba que la mayoría de las personas creen que el amor se relaciona con el objeto y no con la facultad.(5)
Existen formas inmaduras de amar como es mediante una relación simbiótica, esta situación se da generalmente entre la madre y el feto, son dos personas sin embargo conforman una sola. El feto es parte de la madre y recibe de ella todo lo que necesita, lo alimenta y protege. Pero cuando se habla de una relación simbiótica psíquica, los dos cuerpos son independientes pero psicológicamente existe el mismo tipo de relación donde la forma pasiva de la vinculación simbiótica es el masoquismo y la sumisión.
La persona masoquista escapa de su sentimiento de aislamiento convirtiéndose en parte de otra que la dirige, gobierna y protege, el individuo masoquista nunca adopta decisiones, de esa manera no asume riesgos.
La forma activa de la relación simbiótica es la dominación y se vincula con el sadismo, los sádicos escapan de la soledad convirtiendo a otra persona en parte de sí misma y también son dependientes de aquellos a los que someten.
A diferencia de una relación simbiótica, el amor cuando es maduro se preocupa por preservar la propia integridad y la del ser amado, es decir la de ambas individualidades. El amor permite superar el aislamiento y vincularse con otra persona pero permitiéndole ser él mismo.(6)
La envidia, los celos y la ambición son pasiones, el amor es una acción, es la práctica de un poder del ser humano que sólo puede realizarse
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