Leyes De La Conciencia

Las leyes de la conciencia, que decimos que nace de la naturaleza, nacen de la costumbre, afirmaba Montaigne. Y anunciaba con eso un tema escandaloso e incomodo; escandaloso en el siglo XVI, pero también hoy, e incomodo siempre en muchas razones. Para empezar, y ya bastante por que por poco que se piense en ello, resulta que cosas tan graves como la verdad, el bien y la justicia son contingentes: no más una forma habitual de mirar las cosas.

Desde luego, que es la costumbre hasta donde llegue el imperio son cosas discutibles y que no han estado nunca muy claras. Hace mucho que parece evidente, sin embargo, que su papel es decisivo en la configuración de las formas de la conducta humana; tanto, que es un lugar común decir que la costumbre constituye, con propiedad, una “segunda naturaleza”. Dándole vueltas a la sola idea de la “segunda naturaleza” llegaba Blaise Pascal, por ejemplo, a la suposición vertiginosa de que lo llamemos naturaleza pudiera ser si no una “primera costumbre”, resulta de solo de nuestra manera de mirar al mundo. Pero no hace falta llegar tan legos en este momento, y tomar nota en lo que sospecha el sentido común: que no hay cosas que cambian de lugar a otro, de un tiempo a otro, por que no están sujetas a las velocidades de las costumbre.

Pero volvamos ala frase de Montaigne, para tratar de entender mejor el escándalo, las leyes de la conciencia, dicen, como otros podrían decir (las inclinaciones del alma), las categorías de la razón, como cosa semejante se trata de cualquier cosa que se reconoce, como lo propio o lo característico de la condición humana. Y eso proviene de la naturaleza y no de la costumbre.

Lo que dice Montaigne, lo que nos dice su frase, que cualquier cosa que sea, finalmente, la naturaleza humana, se busca através de la costumbre, donde se tiene toda reflexión sobre lo humano y el problema de la variabilidad. Sabemos que las costumbres cambian, y es como uno de los rasgos que conocemos del ser humano, cómo se relaciona, sus creencias, como ocupa el espacio y su manera de pasar el tiempo, manera de pensar. En cada caso, la magnitud, la naturaleza, el ritmo, el significado de las variaciones son diferentes. En conjunto lo que se a llegado de la característica humana es su vulnerabilidad, y su rutinas en todos los ámbitos. Es un hecho que todas disposiciones instintivas son extraordinariamente débiles, por lo cual la organización en la conducta de todo individuo debe aprenderse casi por completo.

En este plano, de la discusión de “segunda naturaleza” tiene la complejidad y sofisticación que cabe imaginar, pero eso distinta de ser cosa nueva. De hecho es una cosa de las mas antiguas y persistentes, para cualquier sociedad, es de contraste de lo mas escandaloso_ de las costumbres de tus vecinos, le gustase mas cerca o mas lejos, se adoraban a otros dioses existía otras leyes, se hablaba otra lengua, se permitían cosas extravagantes.

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