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Los Trascendentales.


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  Tesis  •  1.588 Palabras (7 Páginas)  •  504 Visitas

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Los Trascendentales.

Extracto y comentario del libro “Fundamentos de filosofía”

de Antonio Millán Puelles.

Ente (ens) es ‘lo que tiene ser’, pero del hecho de tener ser se siguen un conjunto de propiedades necesarias, que el término ‘ente’ no manifiesta de manera directa. Los trascendentales corresponden a los nombres del ente, dentro de los cuales encontramos esas propiedades que se siguen del ente de modo necesario. Dicho en otros términos, los trascendentales son conceptos que manifiestan directamente aquellas propiedades que podemos atribuir a todo ente por el hecho de ser ente, y que el término ‘ente’ no manifiesta. En este sentido aclara Millán Puelles que:

“No han de ser, pues, conceptos predicamentales, sino “trascendentales”, tan amplios y flexibles como el concepto de ente. Por consiguiente, no pueden constituir más que aspectos distintos, modalidades del ente mismo, visto desde diversas perspectivas”.

Santo Tomás distinguió claramente seis nociones trascendentales: ente, cosa, uno, algo, verdadero y bueno (ens, res, unum, aliquid, verum, bonum). Existe una séptima noción: lo bello (phulcrum), cuya pertenencia al grupo de los trascendentales es discutida hasta hoy.

Una aclaración previa pasa por precisar un término muy cercano y utilizado por todos: el concepto “cosa”. Y es que todo ente se nos presenta como “cosa”, éste es efectivamente un concepto trascendental, porque con él podemos referirnos a todo (todas las “cosas”) sin dejar fuera a ninguna y sin designar ninguna determinada. De hecho cuando digo a alguien “mira esa cosa”, necesito señalarla concretamente para que mi interlocutor sepa a qué me refiero, pues si así no fuera, podría tratarse de “cualquier cosa” o “cualquier ente”.

Sin embargo, el término “cosa” no es una propiedad del ente, pues no expresa ningún aspecto no manifiesto por el término ‘ente’, sino más bien, “ente” y “cosa” son sinónimos. Todo ente (ens) está compuesto de ‘esencia’ y acto de ser (esse): cuando se utiliza el término ‘ente’, se destaca el ‘acto de ser’ del ente, y cuando se utiliza el término ‘cosa’, también nos estamos refiriendo a ‘lo que tiene ser’, pero destacando más el hecho de que ese ente posee una esencia determinada. A partir de esta aclaración debemos precisar que el número de trascendentales no es idéntico al número de las propiedades del ente, pues la nociones de “cosa” y de “ente” son ‘trascendentales’, pero no propiedades del ente, puesto que no expresan directamente nada que ya no esté expresado en la noción de “ente”. Por otra parte, las propiedades del ente son trascendentales por cuanto se siguen de todo ente por el simple hecho de ser. Éstas son: uno, algo, verdadero y bueno. Nos referiremos a estos trascendentales en términos generales a partir de la siguiente cita, para luego estudiarlos por separado.

“Considerado en sí mismo, pero en forma negativa –es decir, lo que no es-, todo ente es indiviso, es decir, “uno”. Este concepto es ya una propiedad, pues además de convenir a todo ente, nos muestra un cierto aspecto no explícito de la idea del ente mismo. Tomado en forma relativa, es decir, puesto en comparación, el ente puede manifestarse como disconveniente o como conveniente a aquello con lo que se lo compara. La relación de disconveniencia sólo la tiene el ente en general con la nada absoluta, y en este sentido todo ente se aparece como “algo”: concepto trascendental, ya que puede aplicarse a todo ente, pero que es también una propiedad, por expresar en el ente su aspecto de oposición al no-ser. Por último, el ente sólo puede convenir en su absoluta universalidad consigo mismo o con un ente que pueda de algún modo hacerse cargo de ella. En este caso se halla todo ente provisto de entendimiento y de voluntad, dada la universalidad característica del objeto de tales potencias. En su conveniencia al entendimiento, todo ente se presenta como “verdadero”, en el sentido de poder ser objeto de una verdadera intelección (sea esta su efecto o sea su causa), y en su conveniencia a la voluntad, todo ente se matiza como “bueno”, es decir, como apto para moverla”.

Veamos cada una de estas propiedades trascendentales por separado:

A. El ente como lo “uno”

Con la noción de “uno” nos referimos a que cada ente, por el hecho de ser ente, es intrínsecamente ‘indiviso’. Esto implica que todo lo que es posee una unidad propia, y la destrucción o división de esa unidad implica que el ente deje de ser lo que era. Esto equivale a señalar que la división deshace la entidad y, en consecuencia, la unidad (no-división) se haya en la raíz de la entidad. Así, por ejemplo, en el caso de una piedra dividida en dos, deja de ser el ente que era y pasa a ser otro ente,

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