MENÓN, O DE LA VIRTUD

Este es un diálogo establecido entre Sócrates y Menón, escrito por Platón, sobre la virtud, cuyo objetivo principal es saber si la virtud puede ser enseñada o de qué forma el hombre la adquiere, por el conocimiento, por la práctica o les he dada por naturaleza.

La persona virtuosa para Menón es aquella capaz de administrar bien cada cosa, además plantea que para toda acción hay una virtud exclusiva, lo que la hace ser virtud. Para que algo pueda ser bien administrado tiene que haber prudencia y sabiduría por parte del administrador, sabiendo este qué debe ser justo en su faena, por lo que la virtud en su esencia es la misma en el hombre y en la mujer.

Se considera que la virtud radica en amar las cosas bellas, por tanto algunas personas no llegan a alcanzar la virtud debido a que no se han dedicado a amar las cosas bellas, lo bueno, lo que hace bien al hombre, pero quienes eligen lo malo es porque a su pensar consideran que están eligiendo el bien, aunque esto sea dañino para ellos. Diríamos entonces que estos individuos que eligen el mal, aceptándolo como bien, lo hacen porque no conocen el mal en sí, y son inexpertos respecto a la elección del bien.

La virtud es útil para el hombre, permite que seamos buenos, de tal modo que quien es bueno y hace de ella buen uso está actuando con sabiduría, por ende la virtud es sabiduría. Lo útil es lo que hace que podamos regirnos rectamente desde la razón, siendo prudentes y sabios.

En definitiva, la virtud no es natural en el hombre y no puede ser enseñada, ni aprehendida, sino que es algo divino que reside en su interior, y éste a la vez debe ponerla en práctica de tal manera que ponga en acción lo divino que hay en él, entonces podemos señalar que la virtud por ser divina es algo imposible de explicar.

...