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MENÓN, O DE LA VIRTUD


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  Tesis  •  1.197 Palabras (5 Páginas)  •  289 Visitas

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MENÓN, O DE LA VIRTUD

PLATÓN:

Personajes:

SÓCRATES, MENÓN, un ESCLAVO de MENÓN, ANITO

MENÓN. ¿Podéis, Sócrates, decirme si la virtud puede enseñarse, o si no pudiendo enseñarse, se adquiere

sólo con la práctica; o, en fin, si no dependiendo de la práctica ni de la enseñanza, se encuentra en el

hombre naturalmente o de cualquiera otra manera?

SÓCRATES. Basta ahora, los tesalienses han tenido mucho renombre entre los helenos, y han sido

muy admirados por su destreza para manejar un caballo, y también por sus riquezas; pero hoy día su

nombradía descansa, a mi parecer, en su sabiduría, principalmente la de los conciudadanos de tu

amigo Aristipo de Larisa. De esto sois deudores a Gorgias, porque, habiendo ido a esta ciudad, se

atrajo por su saber a los principales aleuades, uno de los cuales es tu amigo Aristipo, y a los más

distinguidos de los demás tesalienses. Os acostumbro a responder con seguridad y con un tono

imponente a las preguntas que se os hacen, como responden naturalmente los hombres que saben;

tanto más, cuanto que él mismo se espontánea a todos los helenos que quieren preguntarle, y ninguno,

queda sin respuesta, cualquiera que sea la materia de que se trate.

Pero aquí, mi querido Menón, las cosas han tornado la faz opuesta. No sé qué especie de aridez se ha

apoderado de la ciencia, hasta el punto que parece haberse retirado de estos lugares para ir a animar los

vuestros. Por lo menos, si te propusieras interrogar sobre esta cuestión a alguno de aquí, no habría uno que

no se echara a reír, y que no te dijera: «Extranjero, sin duda me tienes por algún dichoso mortal, si crees

que se yo si la virtud puede enseñarse, o si hay algún otro modo de adquirirla. Pero estoy tan distante de

saber si la virtud, por su naturaleza, puede enseñarse, que hasta ignoro, absolutamente lo que es la virtud».

En el mismo e idéntico caso, Menón, me hallo yo; tan falto de recursos como mis conciudadanos; y en

verdad siento mucho no tener ningún conocimiento de la virtud. ¿Ni cómo podría conocer yo las

cualidades de una cosa cuya naturaleza ignoro? ¿Te parece posible que uno que no conozca la persona de

Menón, pueda saber si es hermosa, si es rico, noble, o si es todo lo contrario? ¿Crees tú que esto sea

posible?

MENÓN. No. Pero, ¿será cierto, Sócrates, que no sepas lo que es la virtud? ¿Es posible que, al volver

a nuestro país tuviéramos que hacer pública allí tu ignorancia sobre este punto?

SÓCRATES. No sólo eso, mi querido amigo, sino que tienes que añadir que yo no he encontrado aún

a nadie que lo sepa, a juicio mío.

MENÓN. ¿Cómo? ¿No viste a Gorgias cuando estuvo aquí?

SÓCRATES. Sí.

MENÓN. ¿Y crees que él no lo sabía?

SÓCRATES. No tengo mucha memoria, Menón; y así no puedo decirte en este momento qué juicio

forme, entonces, de él. Pero, quizá sabe lo que es la virtud, y tú sabes lo que él decía. Recuerda, pues,

sus discursos sobre este punto, y si no te prestas a esto, dime tú mismo lo que es la virtud, porque

indudablemente en este asunto tienes las mismas opiniones que él.

MENÓN. Sí.

SÓCRATES. Dejemos en paz a Gorgias, puesto que está ausente. Pero tú, Menón, en nombre de los

dioses, ¿es qué haces consistir la virtud? Dímelo; no me prives de este conocimiento, a fin de que, si

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me convenzo de que Gorgias y tú sabeis lo que es la virtud, tenga que confesar

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