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Monografia De Filosofia


Enviado por   •  30 de Julio de 2013  •  1.897 Palabras (8 Páginas)  •  650 Visitas

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UN BUEN FILOSOFO SIEMPRE EXAMINA LA VALIDEZ DEL ARGUMENTO.

En lógica, la validez es una propiedad que tienen los argumentos cuando las premisas implican la conclusión. Si la conclusión es una consecuencia lógica de las premisas, se dice que el argumento es deductivamente válido. Algunos consideran estas dos nociones idénticas y usan ambos términos indistintamente. Otros, sin embargo, consideran que puede haber argumentos válidos que no sean deductivamente válidos, como las inducciones. En cualquier caso, de las inducciones a veces se dice que son buenas o malas, en vez de válidas o inválidas.

Ejemplos de argumentos deductivamente válidos son los siguientes:

1. Si está soleado, entonces es de día.

2. Está soleado.

3. Por lo tanto, es de día. 1. Si no es lunes, entonces es martes.

2. No es lunes.

3. Por lo tanto, es martes. 1. Todos los planetas giran alrededor del Sol.

2. Marte es un planeta.

3. Por lo tanto, Marte gira alrededor del Sol.

Nótese que para que un argumento sea deductivamente válido, no es necesario que las premisas o la conclusión sean verdaderas. Sólo se requiere que la conclusión sea una consecuencia lógica de las premisas. La lógica formal establece únicamente una relación condicional entre las premisas y la conclusión. Esto es: que si las premisas son verdaderas, entonces la conclusión también lo es (esta es la caracterización semántica de la noción de consecuencia lógica); o alternativamente: que la conclusión sea deducible de las premisas conforme a las reglas de un sistema lógico (esta es la caracterización sintáctica de la noción de consecuencia lógica). Si un argumento, además de ser válido, tiene premisas verdaderas, entonces se dice que es sólido.

No se debe confundir la validez (una propiedad de los argumentos) con la validez lógica (una propiedad de las fórmulas). Se dice que una fórmula tiene validez lógica, o que es lógicamente válida, cuando es verdadera bajo todas las interpretaciones posibles del lenguaje al que pertenece. Por lo demás, el término «validez lógica» está cayendo en desuso frente al término «verdad lógica» para designar a estas fórmulas.

DIALOGAR CON ARGUMENTO NOS PERMITE PONER EN CUESTIÓN LOS POSIBLES ERRORES EN NUESTRA OPINIÓN Y ACEPTAR LA NECESIDAD DE EVALUARLA.

Toda reflexión filosófica se inicia con una buena pregunta., Incluso, cuando comenzamos a pensar o a dialogar con una afirmación, el primer signo de actitud filosófica es que inmediatamente la ponemos en cuestión mediante una pregunta. Pero, no todas las preguntas son iguales. Debemos aprender a distinguir preguntas filosóficas de preguntas que no lo son, aprendiendo a preguntar de modo filosófico. Preguntas filosóficas clásicas Hay preguntas filosóficas clásicas que nos sirven de modelo para aprender a preguntar. Por ejemplo: • ¿Qué es la justicia? • ¿Qué es la ciencia? • ¿Qué es la felicidad? En todos estos ejemplos se pregunta por la definición de un concepto básico. Son preguntas que tienen la forma: "¿Qué es X?". Esta es una forma típica de preguntar de modo filosófico. Para que la pregunta sea filosófica no tenemos que estar pensando en temas tradicionales. Una pregunta como: "¿Qué es una empresa?" es filosófica, si lo que queremos es pensar el concepto de empresa. y no simplemente obtener una definición de diccionario.

Otra forma de preguntar de modo filosófico es indagar por las razones en las que se apoya una creencia. Todos tenemos opiniones sobre muchos temas, pero empezar a filosofar implica ser capaces de ponerlas en cuestión, examinando su validez. Como la validez de un pensamiento depende en buena medida de los argumentos que lo sostienen, el que filosofa siempre pide argumentos. Por ejemplo: • ¿Por qué pensar que matar es malo? • ¿Por qué creer que existe una realidad objetiva? • ¿Por qué se afirma que tenemos alma? Nótese que lo que se pregunta en cada caso es por razo- nes o argumentos para creer algo. Es muy distinto cuan- do se pregunta por la causa de algo, por ejemplo: 11 ¿Por qué llueve?". Esta es una pregunta científica, no filosófica. Por tanto, no toda pregunta que comienza por un "¿Por qué ... " es filosófica. Como la validez de un pensamiento depende en buena medida de los argumentos que lo sostienen) el que filosofa siempre pide argumentos.

Al filosofar debo buscar razones sé idas para basar mis creencias. En el siguiente tema estudiarás diferentes formas de argumentar una posición. Sea lo que hagas para apoyar tu opinión, debes permanecer alerta y no contentarte con la primera respuesta que se te ocurra. El examen de las creencias debe ser continuo, lo que significa que también es necesario cuestionar y evaluar los argumentos. Un buen filósofo siempre pregunta: 11 ¿El argumento es bueno?".

La búsqueda de la certeza puede convertirte en un pensador exigente. La práctica de la filosofía implica una buena dosis de escepticismo. El que adopta una actitud escéptica es alguien que se mantiene despierto, examinan- do cuidadosamente el valor de cada pensamiento y argumento que se le ocurra o se le presente. La duda es inseparable de la filosofía: el que filosofa no confía ciegamente en cualquier opinión y, sobre todo, duda de la propia. La duda puede aumentar en intensidad y alcance, puede ser cada vez más radical. Si esto sucede, con cada nueva pregunta se ataca de manera más profunda la raíz de un asunto. Aprender a dudar de lo más básico Y obvio, hace parte del quehacer filosófico. Cuando ya dudamos incluso de nuestra propia existencia.

EN LOS RAZONAMIENTOS ANUNCIADOS QUE PUEDAN SER VERDADEROS O FALSOS ESTOS DESCRIBEN EL NOMBRE DE PREPOSICIÓN (ANALISIS Y ARGUMENTO).

La certeza es la plena posesión de la verdad correspondiente al conocimiento perfecto. La conciencia de ella permite la afirmación, sin sombra de duda, con confianza plena en que dicho conocimiento es verdadero y válido. Basada en la evidencia supone un conocimiento comunicable y reconocible por cualquier otro entendimiento racional.

En el extremo inferior del conocimiento estaría la ignorancia absoluta o total. Estando en ella no se

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