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Moral De La Vida Y La Verdad


Enviado por   •  30 de Octubre de 2012  •  9.587 Palabras (39 Páginas)  •  587 Visitas

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Moral de la vida y la verdad

1.-LA BIOÉTICA

La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la correcta conducta humana respecto a la vida, tanto de la vida humana como de la vida no humana (animal y vegetal), así como del ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la vida.

En su sentido más amplio, la bioética no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.

La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los animales.1 Más adelante, en 1970, el oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre "la ciencia de la supervivencia"

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la "biopolítica"5 ), derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el ser hu Principios para una bioética madura

Se busca defender la trinidad bioética:

1. Autonomía del individuo: Regula todas las instancias éticas del paciente. Decide autónomamente lo que se trata de hacer con él (diagnóstico-terapia). Relación con el consentimiento informado (debe decírsele lo que se le va hacer).

2. Beneficencia: Para evitar los excesos en los médicos. Regula las instancias éticas de la profesión sanitaria. El fin: defensa de la salud física y psíquica. Aliviar el sufrimiento y respetar la dignidad del paciente.

3. Justicia: Ante el riesgo es preciso la participación de la sociedad. Todos merecen el mismo respeto, el derecho a la vida, la salud, la equidad en el reparto de los recursos sanitarios.

• Dialéctica entre experimentación y terapia. ¿Cuál es el límite? Catecismo de la Iglesia Católica (2293-2301): Visión positiva con respecto a la ciencia y técnica (expresión significativa del dominio del hombre sobre la creación). Por sí solos no pueden explicar el sentido de la existencia. Están ordenadas, eso sí, al hombre pero cuando atenta contra el hombre no es aceptada. Deben respetar los criterios fundamentales de moralidad; deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables, de su bien verdadero e integral, conforme al designio y la voluntad de Dios. Es una respuesta ética en beneficio del hombre y su desarrollo integral (de todos).

2.- El respeto de la vida y la legítima defensa.

2.1 INTRODUCCION.

Las culturas de todos los tiempos, han prohibido el asesinato, pero a pesar de eso han corrido ríos de sangre a lo largo de la historia. Actualmente en la conciencia individual y social está la concepción de que la vida humana tiene un valor sagrado e intangible. Pero existe una cultura de muerte en nuestra sociedad actual, que van desde los homicidios voluntarios, hasta la aceptación que con el pretexto del progreso científico o médico, reducen a la vida humana a material biológico del que se puede disponer libremente. Asimismo con una mentalidad eugenésica se llega a acoger la vida solo en determinadas condiciones y rechazar la limitación, la minusvalidez, le enfermedad, negar el cuidado a niños con deficiencias, a legitimar el aborto y el infanticidio. Finalmente una actitud eutanásica ante enfermos incurables y minusválidos es un mal que se debe eliminar (cfr. EV 12)

Tales realidades son contrarias a la naturaleza del ser humano, y al mandamiento de “amar a nuestro prójimo”. Mandamiento que se encuentra plasmado en el querer de Dios que hace una alianza con su pueblo y le da el decálogo, concretamente en el quinto mandamiento.

2.3.- Qué dice la doctrina cristiana y el magisterio

Ya la revelación del AT destaca en todo momento el valor trascendente de la vida humana: Caín y Abel (Gn 4, 10-11); hombre creado para la vida (Sap 2, 22-23); Dios es la fuente de la vida (Prov 14, 27); etc.. En el NT sobresale aún más la valo- ración de la vida: Jesús es Verbo de la vida (1 Jn 1, 1), posee la vida desde la eternidad (Jn 1, 4), es la vida (Jn 14, 6).

«No matarás» (Ex 20, 13). «Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal» (Mt 5, 21-22). “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, intr. 5).

SCDF, Donum vitae int., 5: “La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde el comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directa un ser humano inocente”. Dada la importancia de la vida, es lógico que la bioética cristianA empiece con la defensa de la capacidad procreadora del hombre y de la mujer. De ahí, la condena de la esterilización. Ésta puede ser directa o indirecta, física o química, temporal o perpetua

2.4.-

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