Moralidad
Enviado por kikey2014 • 25 de Noviembre de 2014 • 1.591 Palabras (7 Páginas) • 217 Visitas
Recopilado por: C.L. Pedro Mario Marrello
Argentina
La moralidad es la calidad de los actos humanos en cuya virtud los designamos como buenos o malos, como acertados o erróneos. Se trata de un término común relativo a la bondad o la maldad de un acto humano, sin especificar a cuál de los dos se refiera. El opuesto de lo moral es propiamente lo no moral, términos que indican que el acto no tiene significado moral en absoluto, que simplemente no se refiere a la moral. La palabra amoral se utiliza también en este sentido, pero se aplica con mayor frecuencia a personas faltas de un sentido de responsabilidad moral. Puesto que palabra inmoral significado moralmente malo, indica un acto que posee una calidad moral definida (un acto malo). Si se lo opone claramente a lo inmoral, el término moral significa moralmente bueno. Así, pues, moral e inmoral son contradictorios, porque toda cosa tiene o no tiene alguna referencia con la moral; moral e inmoral son contrarios, por cuanto marcan los extremos del bien y del mal en el campo de la moral, excluyendo lo moralmente neutro o insignificante.
Al juzgar la moralidad de un acto humano podemos tomar en cuenta las peculiaridades subjetivas del agente y considerar el acto como condicionado por su conocimiento y su consentimiento, por sus antecedentes, su preparación, sus prejuicios, su estabilidad emocional y otros rasgos personales. Preguntamos si dicha persona individual obró bien o mal en el caso particular considerado, y si dicho acto particular fue bueno o malo para él. La moralidad considerada en esta forma es una moralidad subjetiva, y está condicionada por el hecho de que el acto concuerde con la conciencia propia del agente o discrepe de ella.
Pero podemos también hacer caso omiso de dichas condiciones abstractas, las que, aunque siempre presentes en todo acto individual, sólo pueden ser conocidas directamente por la conciencia personal del actor. Podemos considerar simplemente la clase de acto realizado y las circunstancias externas manifiestas para todo observador. No preguntamos si dicho individuo está dispensado o no de responsabilidad por el acto, a causa de su ignorancia, de su pasión o de cualquier otro modificador de la responsabilidad, sino si una persona normal cualquiera, en plena posesión de sus facultades, está autorizada o no a querer deliberadamente aquella clase de acto. Estamos juzgando el carácter objetivo del acto realizado, y no el estado subjetivo del actor. La moralidad considerada en esta forma es moralidad objetiva.
SÍ preguntamos, "¿es el asesinato malo?" "¿Es la sinceridad buena? ". Estamos preguntando por la moralidad objetiva. Pero si preguntamos, "¿se dio este individuo perfectamente cuenta de lo que hacia al matar a aquel hombre? " "¿Se proponía aquel individuo decir la verdad cuando soltó aquella observación? " Estamos preguntando por la moralidad subjetiva.
La moralidad en su integridad incluye los aspectos tanto subjetivo como objetivo. No tiene caso preguntar cuál sea más importante. En efecto, a menos que los actos posean una bondad o maldad propias, con las que el juicio de la conciencia debería estar de acuerdo, el juicio de cualquiera es tan bueno como el de cualquier otro, y la ética se convierte en una mera relación de opiniones. La ética en cuanto estudio pone el acento en la moralidad objetiva. Pero es el caso que cada uno ha de vivir su propia vida, ha de rendir cuentas de sus actos tales como los vio, y se le tiene como bueno o como malo según su sinceridad en cuanto a seguir su conciencia, inclusive si sus juicios morales fueron objetivamente erróneos. En este sentido la moralidad subjetiva es principal.
La conciencia
La conciencia es una realidad de experiencia: todos los hombres juzgan, al actuar, si lo que hacen esta bien o mal. Este conocimiento intelectual de nuestros propios actos es la conciencia.
Es innegable que la inteligencia humana tiene un conocimiento de lo que con toda propiedad puede llamarse los primeros principios del actuar: hay que hacer el bien y evitar el mal, no podemos hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros, la inteligencia (o, propiamente, la conciencia), juzga sobre los actos concretos; el acto de la conciencia es, por tanto, el juicio en que esos principios primeros o los deducidos de ellos se aplican a las acciones concretas.
Un ejemplo:
* Las mentiras no están permitidas
* Esta explicación de mi conducta es una mentira.
* Luego esta explicación de mi conducta no está permitida.
* Los errores peligrosos han de corregirse.
* El error que acabo de cometer es peligroso.
* Luego el error que acabo de cometer ha de ser corregido.
* Aquello que no pertenece a nadie puede guardarse.
* El objeto que acabo de encontrar no pertenece nadie.
* Luego el objeto que acabo de encontrar puede
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