Multiculturalismo

Como sociedad y como individuos nos basamos en percepciones preconstruidas por las clases dominantes, el “pánico moral es creado por el estado y los medios de comunicación para destruir la credibilidad y la confiabilidad. Se están tocando los intereses de quienes, de una manera u otra, tienen seriamente comprometida su “moralidad” se crean criterios, se promueven opiniones, se desvaloriza la dignidad de la persona humana, se crean corrientes de opinión para atacar, señalar, satanizar a un otro(a) hasta lograr su eliminación o desaparición.

La xenofobia, la homofobia, el racismo, el sexismo, son un claro ejemplo de cómo las percepciones preconstruidas amenaza a los valores e intereses de la sociedad, se trata de agresividades visibles, cercanas, que tradicionalmente son enfrentadas con procesos de control social generalmente apoyados por medidas represivas solicitadas a las autoridades, enfocados contra infractores morales que suelen ser localizados entre los miembros más desposeídos y marginales de la sociedad. Las autoridades gubernamentales pueden diagnosticar un estado de pánico sin haber sondeado adecuadamente la opinión de la ciudadanía, generando una respuesta exagerada frente a los riesgos reales y creando nuevas situaciones de incertidumbre moral. Es así como el pánico se ha convertido en el paradigma de gobierno, en una nueva forma de control social donde no se necesita la dominación ni ganarse el consentimiento de la ciudadanía para controlarlos, basta con la fragmentación social que, entre otras causas, se explica en el pánico construido en torno a la seguridad ciudadana inducido a través de cinco ejes:

a) Crear una preocupación ante una amenaza o peligro sobredimensionado.

b) Generar hostilidad social ante esa amenaza o peligro real o imaginario.

c) Desproporción entre la realidad y el imaginario colectivo inducido por la constante mención a esa amenaza.

d) Violencia verbal y polarización al exponer esta campaña.

e) Generar un consenso que criminaliza al atacado, a priori.

Se está sufriendo de una alineación de la alineación, vivimos en un mundo de apariencias siendo nosotros mismos una extensión de los medios no hemos aprendido a respetar ni valorar las diferencias.

En esta época en la que se separa artificialmente la mente de la carne, nos recuerda que nuestro cuerpo es un aspecto integral de lo que somos, diferentes de otros pero conectados materialmente con la sociedad civil por medio de las relaciones intersubjetivas. La responsabilidad de crear por medio de estas relaciones una sociedad en la que los individuos estén seguros dentro de la integridad de sus prácticas sexuales y de otras prácticas sociales.

El lenguaje es un aspecto sumamente importante impone cierto orden moral del discurso el cual es un acto de poder un voraz centro de valores dominante que trabaja silenciosa e invisiblemente para domesticar los valores construido en los márgenes.

La homosexualidad es considerada invisible porque está construida como la antítesis de lo que las comunidades heterosexuales consideran normal basados en elementos de identidad expulsados, proyectados y negados en los términos siempre subordinados de antemano: gay, lesbiana y homosexual es un efecto cruel sobre la existencia social especialmente por el estilo de vida. Tanto homosexuales como heterosexuales están articulados históricamente y culturalmente sus identidades según la raza, género y clase social.

Otros factores tales como la especificidad geopolítica, la edad, la afiliación política, también desarrollan un roll, en la entrevista hecha a Walter Mignolo se puede apreciar como las geopolíticas del conocimiento y la colonialidad del poder determinan las pautas para la creación del mismo, determinado por su lengua y lugar de origen, es así como de forma automática y sin contratiempos el conocimiento es manejado por los países con liderazgo en el mundo. El conocimiento funciona como la economía, quien ostenta riqueza tiene poder y credibilidad (medios de comunicación), por ende quien

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