Nos Habiamos Choleado Tanto
Enviado por alissarg98 • 3 de Junio de 2015 • 2.044 Palabras (9 Páginas) • 332 Visitas
CAPÍTULO Nº 2
“RACISMO Y PSICOANÁLISIS
(YA ERA HORA)”
En esta oportunidad nos toca más bien señalar las omisiones fragrantes de la obra freudiana en lo que respecta al racismo.
Algunos psicoanalistas han hecho esfuerzos denodados para hallar en otras teorías suyas una teoría implícita acerca del racismo o el antisemitismo, tales como Jacques Ascher y Perel Wilgowicz (2002), sus aproximaciones al problema del antisemitismo dejan mucho que desear, sin mencionar el eurocentrismo que lo caracteriza y que Edward Said (2003) señaló con agudeza, poco antes de dormir, en el texto citado.
La española ENRIQUETA MORENO (2000) ha observado como Freud fue endeble por no decir sintomáticamente silencioso ante hechos que convulsionaban Europa ante sus propios ojos, Moreno en su artículo sobre antisemitismo o una carta a la directora de Time and Tide (a petición de ella) sobre antisemitismo en Inglaterra. En esta carta, Freud cita a Jean Sauvé de la Noue:
“El ruido es para el fausto, la queja es para el tonto, el hombre honesto se va sin decir palabra”
Eso fue lo que hizo: Callar sobre un asunto que le escoció en carne propia durante toda su vida, dado que el antisemitismo le cerró incontables puertas, causándole amargas frustraciones y constante temor.
En lo que respecta a los seguidores de Freud, no solo en lo concerniente al racismo, sino en lo que se refiere a una serie de fenómenos de violencia, los psicoanalistas parecen haber seguido, salvo distinguidas excepciones que poco a poco comienzan a dejar de serlo, esa máxima análoga a la célebre anécdota del padre de Freud, donde recoge su gorra que lo a botado un burgués vienés antisemita, sin decir palabra. Freud refiere que esta anécdota lo marcó a fuego, peor las consecuencias de esta marca indeleble parecen haber sido más complejas de lo que parece a simple vista.
Recuerdo haberle preguntado a André Green, un connotado psicoanalista de origen egipcio radicado en Francia que opinaba del hecho de que me pronunciara acerca de una serie de asuntos públicos, entre los cuales a menudo se contaba y se sigue contando hoy. Green me respondió “no veo cómo podría hacer otra cosa en un país como el suyo”. No obstante ha omitido referirse directamente al problema del racismo en su obra.
Freud nos legó una serie de estudios en torno a la diferencias de los seres, sexos y generaciones. En torno al proceso de hominización y socialización Ascher y Wilgowicz integra la elaboración y sublimación de los deseos de matar, parricidio e incesto.
Freud amplía el campo de la reflexión individual al de la humanidad como colectiva.
Luego vendrán sus trabajos sobre la guerra y el malestar en la cultura que nos proporcionan una serie de elementos de gran utilidad para el análisis psicosocial (Psicología de las Masas y Análisis del Yo, de 1921)
El texto en donde aparece el concepto del narcisismo de las pequeñas diferencias de Freud – El Tabú de la Virginidad suele ser considerado como el punto de partida de la reflexión analítica en torno al racismo en dónde destaca el concepto del narcisismo de las pequeñas diferencias, no es de gran utilidad cuando se trata de comprender un racismo como el peruano, en el cual no se describa a una minoría a fin de utilizarla como chivo expiatorio sacrificial; aquí como sabemos, la discriminación trascurre en todas direcciones, pero su corriente principal va en contra de una mayoría de peruanos.
Si se lee la entrada “Racismo, antisemitismo y psicoanálisis” que es un excelente diccionario de psicoanálisis dirigido por Alain de Mijolla en la cual no se dispone todavía una versión en castellano, ahí se demuestra que el racismo ha sido tratado como un asunto marginal por la literatura psicoanalítica dominante, es decir la europea y norteamericana.
Más adelante en el mismo texto el fenómeno de discriminación entre hombres y sub hombres conduce intelectualmente a “Sentimientos de odio, rechazo, fantasmas de peligrosidad y de posesión en sí, proyectándose sobre el “extranjero inquietante”. De donde se desprende la ideología de la purificación de la raza. Los mecanismos de defensa referidos (purificar, depurar, sanar. Limpiar, desinfectar,…..)
El punto es que en sociedades poscoloniales como la nuestra, el perjuicio y la discriminación están orientados contra una gran mayoría. Los peruanos siempre somos el cholo de alguien, delo cual no se exceptúan ni quienes ocupan los lugares más elevados de la pirámide social, como si la choleada formara parte de nuestra esencia.
En los Estados Unidos, en donde se ha comenzado a surgir la literatura analítica, sobre asuntos raciales, durante la última década también suele tratarse del conflicto entre blancos y negro, o con respecto a los judíos, asiáticos o hispanos; es decir que a pesar de haber salido de lo que Moss denomina un “parroquilismo”, se sigue tratando de minorías.
En asunto del racismo siempre la ha generado. Pese a los cambios de enfoque que parecen estarse produciendo en la mirada analítica, sigue siendo un tabú. Como si esa inhibición de los psicoanalistas hiciera eco al racismo que sigue vigente.
¿Cómo podría el psicoanálisis escapar a esta gigantesca contaminación de nuestro lazo social? De la única manera que puede hacerlo es recurriendo a mecanismos análogos a los de la patología individual; a saber, la negación, la alucinación negativa o la escisión.
Este proceso de rompimiento según Didier Anzieu (1981) “El Cuerpo de la Obra” es la noción psicoanalítica que mejor representa los pasajes entre la salud mental y las perturbaciones psíquicas y la curación, entre la creatividad y la creación.
Todo trabajo opera una transformación, el trabajo psíquico de creación dispone de todos los procedimientos del sueño: Representación de un conflicto en otra escena, dramatización (es decir, puesta en imágenes de un deseo reprimido), desplazamiento, condensación de cosas y de palabras, figuración simbólica, transformación en lo contrario.
El estudio pionero de Bruno Bettelhein y Morris Janowitz (1950) acerca del cambio social y el perjuicio contra judíos y negros en la sociedad norteamericana, en el periodo posterior a la segunda Guerra Mundial, de los autores del universo psicoanalítico, quien a mi juicio nos ha dejado los trabajos más interesantes del periodo moderno es Cornelius Castoriadis Castoriadis aborda francamente la cuestión del racismo en diversos textos “El Mundo Fragmentado”, pero sus teorías pese a su enorme utilidad para entender las raíces del odio, por ejemplo en donde
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