PLATON Y Los Tres Diálogos De La Republica, El Político Y Las Leyes.
Enviado por bilimon • 3 de Septiembre de 2014 • 1.190 Palabras (5 Páginas) • 498 Visitas
PLATON (428-347 a.c) habla de las diversas formas de constitución, pero lo hace en los tres diálogos de la Republica, el Político y las Leyes. La Republica es una descripción de la Republica ideal, que tiene como fin la realización de la justicia entendida como la atribución a cada cual de la tares que le compete de acuerdo con las propias aptitudes. Esta república es una composición armónica y ordenada de tres clases de hombres: los gobernantes-filósofos, los guerreros y los que se dedican a los trabajos productivos. Pero este estado no ha existido hasta ahora en ningún lugar.
Los Estados que existen, los Estados reales, son aunque en diferente grado, corruptos. Mientras el óptimo Estado es uno solo, porque una sola es la constitución perfecta, los malos Estados son muchos “una sola es la forma de la virtud, mientras que son infinitas las del vicio”. Tanto las formas buenas como las malas son formas históricas, que son abordadas por platón: son malas pues no concuerdan en formas históricas con la constitución ideal. La única forma buena está más allá de la historia. La idea dominante desde Aristóteles hasta Polibio es que la historia en una continúa sucesión de formas buenas y malas.
En cambio, según Platón, en la historia se suceden solamente formas malas, la constitución buena no forma parte de esta sucesión, como tal no importa si se encuentra al principio o al final. Platón como todos los grandes conversadores, que siempre tienen una visión benévola hacia el pasado y una mirada llena de miedo hacia el futuro, tiene una concepción pesimista de la historia.
Platón vivió en una época de decadencia de la gloriosa democracia ateniense, El como todos los grandes conservadores, en un historiador de la decadencia de las naciones, más que de su grandeza. Las constituciones corruptas que platón examina ampliamente son estas cuatro: timocracia, oligarquía, democracia y tiranía. Se observa inmediatamente que en esta enumeración faltan dos formas tradicionales: monarquía y aristocracia. Pero estas dos formas son atribuidas indiferente mente a la constitución ideal “estos dos aspectos constituyen una sola forma, que uno o varios tengan el mando da lo mismo, pues nada cambiaria en las leyes fundamentales del estado”.
Para platón las formas de gobierno son seis, pero de ellas, dos sirven para designar la constitución ideal y cuatro para indicar las formas reales que se aleja en mayor o menor medida de esta. De las cuatro constituciones corruptas, la oligarquía, democracia y la tiranía corresponden estrictamente a las formas degradadas de las tipologías tradicionales: la oligarquía es la forma corrupta de la aristocracia, la democracia de la “politeia” que es como Aristóteles llama al gobierno del pueblo en su forma buena y la tiranía de la monarquía. La timocracia es un concepto introducido por platón para designar una forma de transición entre la constitución ideal y las tres formas malas tradicionales. En su época la timocracia está representada en particular por el gobierno de Esparta, del que platón fue admirador y que tomo como modelo para delinear su república ideal. Precisamente el gobierno timocrático de Esparta es el más cercano a la constitución ideal: su vicio, y por tanto su elemento de corrupción, está en honrar más a los guerreros que a los sabios. Observación “ya que después de la forma buena viene la mala que le corresponde” Platón presenta las cuatro formas corruptas de la siguiente manera. Las constituciones de las que hablo y que tienen un nombre propio ante todo son: las que es exaltada por muchos, es decir, la creta y Esparta
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